La valentía de los aventureros piratas les llevó a enfrentarse a la cruel tormenta. A fin de cuentas, el mar habia sido toda su vida y, por tanto, nada mejor que él para ser, en caso de que así ocurriera, su lecho de muerte.
Los marineros se agarraron fuertemente y se dispusieron a atravesar el temporal. Fueron momentos de pánico e incertidumbre: los rayos caían sobre la cubierta, y la lluvia y el viento a punto estuvieron de hundir el velero... Tras unos minutos de angustia, la tormenta finalmente pasó y los piratas volvieron poco a poco a recuperarse y a encontrar la normalidad, buscando nuevos tesoros en el Mar Cálido. Otra batalla ganada.
FIN