FIESTAS Y TRADICIONES


MOROS Y CRISTIANOS

El penúltimo fin de semana del mes de Agosto, los relojes se detienen en Ontinyent. Se vuelve hacia atrás, sobre las páginas de la historia, y el tiempo se detiene en los episodios en que las cortes moras y cristianas luchaban por conquistar esta plaza.

Desde 1860 l’Entrà de los dos bandos en la ciudad, representadas por las comparsas moras y cristianas, es una apoteosis espectacular de colorido, metales, música y fantasía.

Más de 6.000 personas toman parte en un desfile, en el cual, a ritmo de marchas moras y cristianas, el espectador queda encantado por su animación y vistosidad.

Este jolgorio de l’Entrà contrasta con el silencio y la armonía de las procesiones que trasladan al patrón, el Crist de l’Agonia, desde su ermita de Santa Ana hasta la Parròquia de San Carles, en el centro de la ciudad. El Crist de l’Agonia preside el solemne desfile del Domingo. La imaginación ocupa las calles y se reviven las batallas medievales.


Entrà de moros y cristianos

En el último del día de las fiestas los embajadores de los dos bandos protagonizan una de las funciones teatrales más originales que se pueden presenciar. A los pies de un imponente castillo de madera que se levanta en la Plaça de l’Ajuntament se dialoga, se discute y finalmente se lucha.

El resultado es el que marca la historia. Las tropas cristianas acaban por derrotar a las moras y realzan su estandarte en lo alto de la fortaleza.



FIESTAS POPULARES

Si con el calor de Agosto se recuerdan las gestas históricas de la reconquista, en la primera semana de Diciembre se celebran las fiestas más ancestrales de la población, aquellas que se dedican a la Puríssima, la virgen de plata de Ontinyent.

La fiesta llega precedida por los heraldos de la Puríssima, els Angelets.

Encarnadas por chicas de voces blancas, sobre la montura de caballos, recorren las principales calles de la ciudad anunciando la proximidad de la festividad, y lo hacen con un cántico en valenciano, el Cant dels Angeletes, que es toda una pieza de incalculable valor musical y literario con unos orígenes que se remontan a 1662.

El Bou en Corda congrega en las calles y plazas a gran parte de los ciudadanos que comparten unos días de festejo con sabor popular.

Esta fiesta cuenta con un espectáculo peculiar, l’Embolà dels Bous en la Plaça de l’Ajuntament, un acto único en todo el país.

Las fiestas de la Puríssima impregnan la población con millones de flores que los Ontinyentins ofrendan a su patrona en una manifestación del multicolor de la mediterránea.



El penúltimo fin de semana del mes de Agosto, los relojes se detienen en Ontinyent. Se vuelve hacia atrás, sobre las páginas de la historia, y el tiempo se detiene en los episodios en que las cortes moras y cristianas luchaban por conquistar esta plaza.

Desde 1860 l’Entrà de los dos bandos en la ciudad, representadas por las comparsas moras y cristianas, es una apoteosis espectacular de colorido, metales, música y fantasía.

Más de 6.000 personas toman parte en un desfile, en el cual, a ritmo de marchas moras y cristianas, el espectador queda encantado por su animación y vistosidad.

Este jolgorio de l’Entrà contrasta con el silencio y la armonía de las procesiones que trasladan al patrón, el Crist de l’Agonia, desde su ermita de Santa Ana hasta la Parròquia de San Carles, en el centro de la ciudad. El Crist de l’Agonia preside el solemne desfile del Domingo. La imaginación ocupa las calles y se reviven las batallas medievales.


El Bou