MITOS.
Habitualmente se justifica y se trata de
dar explicación a este tipo de violencia atendiendo a:
- Características personales del
agresor (trastorno mental, adicciones), ·
- Características de la víctima
(masoquismo, o la propia naturaleza de la mujer, que “lo busca, le provoca,
es manipuladora…”),
- Circunstancias externas (estrés
laboral, problemas económicos),
- Los celos (“crimen pasional”),
- La incapacidad del agresor para
controlar sus impulsos, etc.
- Además existe la creencia
generalizada de que estas víctimas y sus agresores son parejas mal avenidas
(“siempre estaban peleando y discutiendo”), de bajo nivel
sociocultural y económico,
inmigrantes… Es decir, diferentes a “nosotros”, por lo que “estamos a
salvo”.

Aquellos hombres que son alcohólicos y
maltratan a sus mujeres, sin embargo no tienen, en su gran mayoría, problemas o
peleas con otros hombres, con su jefe o su casero. El estrés laboral o de
cualquier tipo afecta realmente a mucha gente, hombres y mujeres, y no todos se
vuelven violentos con su pareja.
En el fondo, estas justificaciones
buscan reducir la responsabilidad y la culpa del agresor, además del compromiso
que debería asumir toda la sociedad para prevenir y luchar contra este problema.
