La niña creció y se dió cuenta de que no todo era tan bello como aquellas nubes que veía de niña
por su ventana.Existía la maldad, la humillación, la pedantería, la inferioridad, el desasosiego,...
Sin embargom ella encontró la calma hace tiempo en la cafetería de la esquina. Tomaba té con
leche mientras observaba tras el cristal el ir y venir de la gente (ese horrible estres rutinario).
Por suerte, ella no había perdido nunca el gusto por los pequeños placeres: Hundir la mano en un saco
de legumbres, partir el caramelo quemado de la Crema Catalana con la cucharilla y hacer rebotar
las piedras en el canal Saint Marthin Trataba de buscar siempre el lado bueno de las cosas,
aunque a veces era complicado.
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