Porque quererte es mucho más que estrechar tu mano y decirte que te quiero. Cada día
al verte, ese beso que parece tan rutinario es lo que me despierta, lo que me hace seguir.
Sólo un leve roce con tus labios. Ver que tu mirada me observa con dulce ternura. Sentir
tu mano deslizarse por mi espalda mientras hablo con alguna de ellas. Ver que entre nosotros
se ha creado algo más que un código, algo que sólo tú y yo podemos comprender. Un idioma de
caricias, roces y miradas. Besos y locuras. Tonterías varias que se unen haciéndome un
poquito más niña de Nunca Jamás. Y no sé cuanto durará ni tan sólo me preocupa cuánto esta
durando. Sólo estoy.
Tenerte cada día es más que monotonía, es necesidad. Porque no haces cosas extraordinarias
pero consigues que las pequeñas cosas del día a día lo sean. Eso es. Y me alegra comprobar
que contigo es mejor. Que contigo puede funcionar. Me alegro de no haberme arrepentido, de
una segunda oportunidad. Ahora bizcochos de chocolate, de queso y frambuesa, gominolas a
media tarde y besos de melocotón…
Voy volando de tu mano por un cielo azul celeste y me encanta comprobar que a tu lado puedo
ser niña, adulta o extraterrestre.
Fdo. Ella
©Thais Bonilla Martínez |