...*tengan ustedes paciencia con la música*...*vale la pena*...





Sus miradas se cruzaron en lo que parecía un empellón del señor destino. Su mirada mostraba la posibilidad de que fuera un hombre lleno de rarezas. Le vio allí mientras la lluvia empapaba el cristal. Se había sentado en el lugar que ella solía ocupar cuando iba cada día a beber su café de media tarde. Al entrar en la cafetería y cerrar su paraguas, sus ojos se cruzaron y durante varios minutos el mundo entero se paro. Ella no habló, pero él había entendido todo. Ella paso por su lado y se sentó en la barra de espaldas a él. Él esbozo una sonrisa y siguió soplando su humeante café. A partir de ese instante, de apenas unos minutos, cada día a la misma hora sus miradas se cruzaban y sus labios no se atrevían a pronunciar palabra. Ella era demasiado tímida y él no quería intimidarla.



Volver al mundo paralelo general



Creative Commons License

©Thais Bonilla Martínez