UNIVERSIDAD DE VALENCIA
Facultad de Medicina y Odontología. Departamento de Anatomía


BASES ANATÓMICAS

Y FISIOLÓGICAS

DEL SUEÑO

portada

Teresa Bonet Luz.
Valencia, Junio de 2008






“ Estamos hechos del mismo tejido que nuestros sueños” (Shakespeare)




Al que sabe lo que nunca otro sabrá: mi padre



ÍNDICE

1. INTRODUCCIÓN            5
2. ETAPAS DEL SUEÑO            6
3. REGULACIÓN DE LA VIGILIA Y EL SUEÑO            8
4. ORGANIZACIÓN DEL SUEÑO FISIOLÓGICO            11
5. RELOJES BIOLÓGICOS            13
6. LOS ENSUEÑOS            15
7. CONCLUSIONES            17
8. BIBLIOGRAFÍA            18
9. APÉNDICE LÉXICO            20
10. APÉNDICE BIOGRÁFICO            21





      1. INTRODUCCIÓN

     El sueño es un estado fisiológico en el que el nivel de vigilancia está disminuido y el individuo reposa o descansa. Pero esta apariencia externa de depresión funcional es engañosa (Bradley, 2005, 1977). En realidad, la fisiología del sueño es tan compleja como la de la vigilia en su regulación neurológica, endocrina, metabólica o cardiorrespiratoria. El estado de sueño puede sufrir alteraciones por motivos físicos o psíquicos, que ocasionen trastornos potencialmente graves.

     En el sueño se precisa de un ambiente y una postura adecuados, que son variables en distintas especies: hay animales que pueden dormir de pie, y otros que pueden hacerlo con los ojos abiertos.
     En contraposición al coma, el estado de sueño es reversible en respuesta a estímulos adecuados y genera cambios electroencefalográficos que lo distinguen del estado de vigilia (Guyton, 2005, 831). La disminución en la motricidad de la musculatura esquelética y en el umbral de reactividad a estímulos son otras dos características de este estado.
     El sueño es periódico y en general espontáneo, y se acompaña en el hombre de una pérdida de la conciencia vigil. Sin embargo, aun cuando el hombre tenga sueño, puede, voluntariamente, no dormir. El sueño tiene distintos grados de profundidad, y se presentan modificaciones fisiológicas concretas en cada una de las etapas del mismo (McCarley, 1995, 554.)

     Para el estudio de los cambios funcionales que se dan durante el sueño se atiende a unas variables que se denominan indicadores del sueño:
          · El electroencefalograma (EEG)
          · Los movimientos oculares
          · El tono muscular

     La polisomnografía es el registro de los tres indicadores (Moizeszowicz, 1998, 388) .

TEORÍAS BÁSICAS SOBRE EL SUEÑO

     Se cree que el sueño está producido por un proceso inhibidor activo. Una de las primeras teorías del sueño proponía que las áreas excitadoras del tronco encefálico, el sistema reticular activador, se fatigaban a lo largo del día de vigilia y por tanto se inactivaban: TEORÍA PASIVA DEL SUEÑO (Bremmer, 1935).
     Un experimento cambió este punto de vista por la creencia de que el sueño probablemente está producido por un proceso inhibidor activo. Se descubrió que la sección de tronco encefálico por la región protuberancial media crea un cerebro cuya corteza nunca duerme (Moruzzi et al, 1949). En otras palabras, parece existir un centro del sueño debajo del nivel protuberancial medio que inhibe otras partes del cerebro.



      2. ETAPAS DEL SUEÑO

     Según estos indicadores, se distinguen varias etapas en el sueño:

     El Insomnio Familiar Grave es una enfermedad de tipo priónico y evolución fatal que fue descrita por primera vez en los años ochenta, cuyo estudio permitió descubrir la importancia de tal estructura talámica para la instauración del sueño lento o profundo (Lugaresi, 1986, 1003). Es la fase del sueño más reparadora. Hay movimientos organizados del dorso; el individuo da vueltas en la cama, cambia de postura. Esta fase dura aproximadamente un 25% del total del tiempo del sueño.

Fases del sueño
Fig. 1. Esquema de los EEF característicos de cada una de las fases del sueño y la proporción en la que se dan (Belmar) .

     Las etapas I a IV se denominan en su conjunto sueño NO REM (NREM).

     La siguiente etapa es la de sueño paradójico, que se caracteriza por una actividad EEG que recuerda al estado de vigilia (por eso se habla de sueño paradójico), debida a una activación cortical por parte de estructuras encefálicas profundas, como es la formación reticular activadora. Fue descubierto por Kleitman y Aserinsky, junto con Dement, en los años cincuenta del siglo pasado. Hay una desincronización del EEG, que se asemeja a una situación de vigilia, de alerta. Se observan movimientos oculares rápidos (también se habla de sueño MOR, de movimientos oculares rápidos o sueño REM, de rapid eye movements), dependientes de la actividad de estructuras profundas tales como la formación reticular pontina (Aserinsky, 1953, 273 ).
     Se produce una atonía (desaparición del tono muscular), de lo que son responsables estructuras como la formación reticular bulbar, el locus coeruleus, etc. El músculo diafragma sigue manteniendo el tono, y contrayéndose, permitiendo la respiración.



      3. REGULACIÓN DE LA VIGILIA Y EL SUEÑO

     La regulación de la vigilia y del sueño implica al conjunto del SNC, aunque ciertas áreas tienen una importancia crítica.

     En el tronco cerebral, diencéfalo y prosencéfalo basal, existen centros cuya influencia es contrapuesta sobre el tálamo y la corteza cerebral; cuando predomina el sistema activador reticular el individuo está alerta, y cuando su influencia decae los sistemas inhibidores inducen el estado de sueño (Guyton, 2005, 835).

Sustancia reticular
Fig. 2. Disposición de la sustancia reticular y sus conexiones (Haines, 2003, 169).

     El proceso del ciclo vigila-sueño está regulado por una red neuronal compleja en la que intervienen diversas zonas del sistema nervioso central, a base de activaciones y de inhibiciones, cuyo resultado es la vigila o el sueño. Dentro del sueño, la fase de sueño REM es regulada por una complicada red neural en la que intervienen diversos neurotransmisores. (Velayos et al., 2007, 8).
     Una explicación simplificada no es posible (Fig. 3).

Mecanismos celulares implicados
Fig. 3. Resumen de los mecanismos celulares implicados en el sueño y la vigilia (Anales sistema sanitario Navarra, 2008) .

     El mantenimiento de la Vigilia se debe, sobre todo, a la actividad tónica de las neuronas catecolaminérgicas y colinérgicas del sistema reticular activador. También facilitan el estado de vigilia proyecciones histaminérgicas y peptidérgicas del hipotálamo posterior. La actividad de los sistemas sensitivos y sensoriales (visual, auditivo) también contribuye al mantenimiento de la vigilia. A través del área postrema del bulbo, donde la barrera hematoencefálica es menos activa, algunas sustancias del torrente sanguíneo como la adrenalina pueden contribuir a la activación del sistema reticular (Cambier, 2000, 123).
     En la génesis del sueño lento o NREM intervienen de manera decisiva los núcleos serotoninérgicos del rafe del tronco cerebral, así como el núcleo del fascículo solitario, el núcleo reticular talámico, el hipotálamo anterior y núcleos del área preóptica y el prosencéfalo basal. Las neuronas serotoninérgicas bloquean la actividad motora y la intensidad de las aferencias sensoriales. Otros neurotransmisores inhibidores son la adenosina y el ácido g-aminobutírico (GABA), así como diversos péptidos. La desactivación progresiva del sistema colinérgico reticular activador permite la aparición de los ritmos recurrentes talamocorticales que dan origen a los «husos de sueño» y al enlentecimiento del EEG (Zarranz, 2001, 681) .
     La regulación del sueño REM es aún más compleja, pues en él se producen al mismo tiempo fenómenos fisiológicamente antagónicos, como la disminución profunda de la vigilancia con un estado de activación del EEG o la intensa inhibición motora con hipotonía generalizada junto con movimientos rápidos oculares y otras actividades motoras fásicas (distintas en las diferentes especies) (Ojeda et al., 2004, 249) .

     Todos estos fenómenos están regulados por diferentes núcleos del tronco cerebral: (Rouvieère, 2005, 255)

     Aún se ignora en gran medida cuál es la finalidad fisiológica última que impone la necesidad que tienen todos los animales de dormir a pesar de que ello los expone a múltiples riesgos. El sueño es una necesidad absoluta y su supresión total durante suficiente tiempo produce graves trastornos e incluso la muerte en los animales de experimentación.
     Una supresión total de sueño en el hombre se tolera sólo si es breve, de 1-2 noches. Si persiste más tiempo aparecen trastornos progresivamente graves de la atención, la concentración y la memoria, rritabilidad, alucinaciones e incluso convulsiones (Pocock et al., 2005, 205). Una supresión parcial de sueño puede tolerarse mucho tiempo, a veces a costa de fatiga crónica.



      4.ORGANIZACIÓN DEL SUEÑO FISIOLÓGICO

     El registro combinado del EEG, el electrooculograma, el electromiograma de los músculos submandibulares, el ECG y la respiración (lo que se conoce como poligrafía del sueño o hipnograma) constituye la base objetiva para el estudio del sueño (Bradley, 2005, 2021) .
     Normalmente, en el adulto, el sueño nocturno de unas 8 horas se organiza en 4-5 ciclos de unos 90-120 min durante los cuales se pasa de la vigilia (estadio o fase I) a la somnolencia (fase II), al sueño lento (fases III y IV) y finalmente al sueño REM (fase V) (López et al., 2005, 668) .
     Su distribución estándar en un adulto sano es aproximadamente la siguiente:


Distribución del sueño fisiológico
Fig. 4. Distribución estándar del sueño fisiológico (Belmar)

     Las necesidades de sueño son muy variables según la edad y las circunstancias individuales (Pocock et al., 2005, 205).



      5. RELOJES BIOLÓGICOS

     El sueño es un estado dinámico, en el que se activan e inhiben distintas zonas del encéfalo, con las repercusiones funcionales que se han indicado. Obedece a un ritmo biológico, circadiano (cada 24 horas), relacionado con el ritmo día- noche, nictemeral, al que se ajusta el proceso (Pocock, 2005, 206).

Distribución sueño vigilia
Fig. 5. Distribución sueño-vigilia durante 24 horas (Belmar J.)

     De por sí, el ritmo sueño-vigilia es cada 25-29 horas, según se ha estudiado experimentalmente en voluntarios encerrados en una habitación a la que no llegan las influencias exteriores. Pero la presión del sueño aumenta en torno a las dos de la tarde, lo que explica que sea fisiológico sentir sueño después de comer. La voluntad puede evitar el dormir después de comer.

     Existen unos relojes biológicos en el sistema nervioso central. Uno de ellos, situado en el hipotálamo (núcleo supraquiasmático), establece el ritmo sobre los otros relojes biológicos, situados caudalmente, y hace que el sueño NREM y el sueño REM duren un tiempo fijado (Ojeda, 2004, 273). Intervienen en su regulación no sólo, y de modo fundamental, los impulsos retinianos, sino también otras influencias, como es el pH de la sangre o la glucemia. El núcleo supraquiasmático no es responsable en sí mismo del ritmo vigilia - sueño, pero sí forma parte de las redes neurales implicadas en el proceso, redes neurales sobre las que deben de actuar diversos sistemas para hacer que el proceso quede anulado por un tiempo, y al fin y al cabo retrasado.

· SUEÑO Y RITMOS CIRCADIANOS

     Los ritmos circadianos dependen de la interacción de los estímulos externos, el más importante de los cuales es la luz, y de estructuras internas que actúan como marcapasos» de la entrada en juego de las diferentes funciones.

     En el individuo completamente aislado de influencias exteriores (en una cueva) sin modificaciones de temperatura ni de luz y sin indicaciones externas de horarios convencionales (trabajo, comidas), los ciclos de sueño se van alargando a medida que entra en juego su «marcapasos» interno de manera autónoma.

     En condiciones normales, el indicador externo más poderoso para sincronizar los ritmos circadianos es la hora de despertarse y levantarse, que puede fijarse estrictamente. La hora de irse a la cama también es importante, pero la de dormir no puede fijarse a voluntad. La estructura cerebral decisiva en la organización de estos ritmos circadianos, neurológicos, metabólicos y endocrinos, es el núcleo supraóptico del hipotálamo (Ojeda, 2004, 274)., cuya lesión altera profundamente el acoplamiento de la vigilancia, el sueño, el apetito, la temperatura, la secreción hormonal y otros ritmos.

Núcleos hipotalámicos
Fig. 6. Representación de los núcleos hipotalámicos; en este caso destacar el núcleo supraóptico (amarillo) como estructura organizadora del ritmo circadiano (Damiani, 2004).

     La hormona del crecimiento, el cortisol y otras hormonas se segregan durante la noche. Así ocurre también con la melatonina, cuya secreción por la glándula pineal es inhibida por la luz; al disminuir la luz se incrementa la liberación de melatonina (Cordova, 2003, 717). Ésta favorece la entrada en el sueño, quizá permitiendo el descenso de la temperatura corporal que va ligado a la entrada en sueño NREM. La exposición prolongada a la luz, por ejemplo en los viajes transoceánicos en dirección oeste, inhibe la secreción de melatonina y puede ser la causa del síndrome del jet lag.



      6. LOS ENSUEÑOS: BASES ANATÓMICAS

     Durante el sueño hay actividad mental: se trata de las experiencias oníricas, los ensueños, que pueden relatarse en una proporción del 80% al despertar al sujeto después de pasada una fase de sueño paradójico.
     Por lo tanto, el sueño no significa falta de vida ni falta de actividad mental.      Los sueños de la fase REM son de tipo cinematográfico y en color. Algunos piensan que el movimiento de los ojos en esta fase REM va en seguimiento de las imágenes visuales del ensueño.

     También se sueña durante la fase de sueño profundo, pero estos sueños son más bien de tipo abstracto.
     El procesamiento de las imágenes de los ensueños, según los hallazgos clínicos, se hace de forma preferente en la corteza occipitotemporal.

     En el sueño REM habría una activación del sistema reticular activador del tronco del encéfalo y del prosencéfalo basal, estructuras que también están activas en la vigilia. Estructuras como los núcleos talámicos relé, que son los que reciben la estimulación sensorial, quedarían activados, lo que contribuiría a la aparición de las diversas modalidades psicológicas que aparecen en los sueños (Hobson, 1995, 1375).

     Las estructuras límbicas, tales como la amígdala y la corteza cingular, también estarían activadas, lo que explicaría los fenómenos emotivos durante la fase de sueño REM.

sistema límbico
Fig. 7. Estructuras encefálicas implicadas en los ensueños tales como la amígdala, el hipocampo y el cerebelo entre otros (Depresiones, 2008).

     Los ganglios basales y el cerebelo, que regulan la motricidad, también activados, explicarían los movimientos ficticios de los sueños en la fase REM.

     Están activas cortezas asociativas tales como las del lobulillo parietal inferior y de la corteza occipitotemporal (Orrison, 2000, 150) , todo lo cual explica las imágenes visuales de esta fase del sueño.

     La corteza prefrontal, importante en los procesos mentales, está inhibida, lo cual puede explicar la falta de lógica en los razonamientos que se experimentan en el sueño. Precisamente, según Reinoso (2002), las mismas estructuras que son necesarias para la consolidación de la memoria, tales como el tálamo medial, la amígdala, el hipocampo, las estructuras parahipocampales, la corteza orbitofrontal y cortezas asociativas monomodales están activas en el sueño REM.

     En el sueño NREM, en cambio, hay una inhibición de las zonas que están activadas en el sueño REM y activación de las inhibidas, lo que puede explicar que en tal sueño NREM haya ensoñaciones más de tipo abstracto que en el sueño REM (Bradley, 2005, 1981). El despertar en esta fase da lugar a estados confusionales y un rápido retorno al sueño.



      7. CONCLUSIÓN

     Se puede resumir que el sueño es un estado fisiológico activo, en que participan diversas estructuras encefálicas, formando una red neuronal, en que se dan activaciones e inhibiciones complejas, con una regulación cíclica, y sobre la que puede actuar la voluntad, modulando y estableciendo determinadas actitudes, comportamientos.

     Por ejemplo, cada persona tiene su "liturgia", sus hábitos para dormir: unos necesitan leer un poco antes de conciliar el sueño; otros han de tomar un vaso de agua; otros, precisan de una oscuridad total; otros, de cierto grado de luminosidad, etc.

     Los sueños son distintos de unas personas a otras; así por ejemplo, las personas creativas tienen sueños particularmente ricos, mientras que las más simples, los tienen más elementales. Por tanto, la impronta personal también deja su huella en estos procesos.



      8. BIBLIOGRAFÍA

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      9. APÉNDICE LÉXICO