PARA LOS AMANTES DE LA FILOLOGÍA Y LA PUESTA EN PRÁCTICA DE LA LENGUA Y LA LITERATURA
MORFOSINTAXIS ESPAÑOLA
![]() | ¿Cómo combinaremos práctica y teoría en este apartado? Parece misión imposible, pero seguro que se os ocurrirán numerosas actividades con las que ejercitaros en el reconocimiento de las reglas gramaticales y también, relacionándolo con nuestra sección de Norma y Uso, en la corrección de textos. Si continuáis leyendo, descubriréis una tarea compleja pero bastante gratificante como es la descripción de las preposiciones y la crítica sobre algunas de las definiciones más imprecisas que el Diccionario de la Real Academia les ha otorgado. Para obtener una óptima del estado de definición y tratamiento de esta categoría gramatical, recomendamos que se consulten algunas de las fuentes que hemos adjuntado nada más concluir con el análisis de las preposiciones por y para. Como podréis observar en las imágenes laterales, a nuestra izquierda, “con calzón azul”, se sitúa una de los compendios gramaticales más prácticos y acertados de los últimos años: la Gramática Descriptiva de la Lengua Española de Ignacio Bosque y Violeta Demonte, publicada en 1999. Y a nuestra derecha podemos ver, “con calzón amarillo”, la obra culmen de gramática publicada en el siglo XXI por la Asociación de Academias de la Lengua Española. La NGLE (Nueva Gramática de la Lengua Española), con fecha de 2009, y dirigida por el mismo Bosque, reúne la práctica totalidad de contenidos morfológicos y sintácticos, conjuntamente a los fonéticos y fonológicos que nuestra lengua contiene. | ![]() |
Nuestro ejercicio, por consiguiente, situará estas dos obras como herramientas que nos ayudarán a entender y a caracterizar mejor los valores de nuestras dos preposiciones. Asimismo, indicaremos cuál de ellas, en cada caso, proporciona un acercamiento más didáctico, mejor perfilado y mayor acertado, para que podamos también comenzar a crearnos nuestro propio criterio a la hora de escoger una obra u otra a la hora de redactar futuros trabajos. Además de todo este análisis, nosotros hemos querido un paso más allá e intentar dar respuesta a una pregunta muy frecuentada, sobre todo por los estudiantes extranjeros de español ¿Cuál es la diferencia real entre por y para? Y con el fin de responderla, hemos adjuntado el ANEXO que aparece tras la bibliografía, en el que podemos aproximarnos, dentro de la lingüística y la gramática cognitiva, a unas precisiones conceptuales óptimas para entender cómo los hablantes nativos usamos estas dos preposiciones, a veces con sentido equifuncional. ¿Ves alguna diferencia entre un enunciado como “VIVO POR TI” Y “VIVO PARA TI”? ¿Son realmente lo mismo? ¿Están respondiendo a las mismas circunstancias? ¿Verdaderamente SIGNIFICAN lo mismo? Si quieres averiguarlo, el viaje comienza desde este mismo instante. Antes de dejaros empezar, nos gustaría agradecer a los compañeros que hicieron posible que este trabajo saliera adelante: Carmen, Héctor y Fanny, nuestra compañera suiza, y señalar que este pequeño ápice de investigación tiene como periodo de redacción los meses de mayo y junio de 2011, y se enmarcan dentro de la asignatura “Morfología española”, impartida por la profesora Marta Albelda. |
INSUFICIENCIA DESCRIPTIVA DEL SISTEMA PREPOSICIONAL ESPAÑOL: MULTIPLICIDAD DE VALORES E INVESTIGACIÓN DE POSIBLES ACEPCIONES INDEFINIDAS POR LA REAL ACADEMIA DE LA LENGUA ESPAÑOLA
I. Presentación del ejercicio El objetivo del trabajo se basaba en la señalización múltiple de valores que una proposición puede connotar, y como consecuencia, la extensión figurada hacia otros significados más abstractos. Tal ha sido ese proceso, que hoy en día, las personas que deciden aprender español como lengua extranjera, encuentran algunas dificultades en el uso de estos elementos. Nuestro propósito, entonces, ha sido el de identificar una serie de valores sencillos, en contraste con algunas acepciones imposibles de clasificar y el de exponer qué Gramática puede explicarnos semánticamente y de una manera clara esta partículas relacionales.
II. Introducción: Definición semántica-sintáctica de preposición Según la RAE (2009), la preposición puede definirse como una palabra invariable y por lo general átona que se caracteriza por acompañar a un complemento al que denominamos TÉRMINO, respecto al cuál funciona como elemento introductor. La preposición y su término, regido tan solo mediante un correlato formal y semántico, consistente en la posición contigua de dicho complemento, forman en conjunto un GRUPO PREPOSICIONAL O PREPOSITIVO. Estos elementos MARCAN SEMÁNTICAMENTE a su adyacente, ya que INDUCEN en él ciertos significados que serán interpretados en función del predicado subordinante. Se constituyen como una clase gramatical CERRADA, sin contenido LÉXICO, pero sí GRAMATICAL, lo que quiere decir que solo ofrecen un significado en relación a otros elementos de la lengua. Existen casos en que guardan esa relación con el núcleo verbal, pero el valor está en gran medida GRAMATICALIZADO. Asimismo, su significado ha de considerarse abstracto y casi siempre RELACIONAL, explicado en razón del término al que acompañe. En cuanto a su función, se pone de manifiesto su carácter relacional, además de su rasgo de transpositor o índice funcional, es decir, la capacidad de alterar el papel que desempeñe el grupo sintáctico al que acompañe. No olvidemos que el sistema preposicional en español actual es sustituyente del sistema casual latino anterior, del que las funciones circunstanciales de los diferentes casos de acusativo, genitivo, dativo y ablativo quedan asumidas por este. Así y todo, nuestra labor consistirá en intentar explicar el valor aproximado de cuatro preposiciones del conjunto existente en español, por lo que concretaremos una posible clasificación según los valores espaciales, temporales, y usos figurados, llamados nocionales, debido a lo cual nuestra reflexión tratará de partir siempre desde una concepción semántica-cognitiva de la preposición, no siempre fácil de exponer. III. La preposición para A. Introducción El RAE (2001) nos propone trece entradas diferentes para la preposición “para”. A fin de hacer una crítica objetiva de esta definición, procederemos mediante dos ejercicios, el primero, en que desarrollaremos las acepciones que nos parecían más claras, añadiéndoles matices y ejemplos, y una segunda parte, por el contrario, en la que intentaremos encontrar algunos fallos en las definiciones, buscando expresiones que desde nuestro punto de vista no se podrían incluir en ninguna de las diferentes entradas. También queremos señalar que a la hora de citar la evolución histórica de “para”, utilizaremos el mismo apartado de la preposición “por”, dado su idéntico origen diacrónico. B. Multiplicidad de valores Ø Finalidad Una de las acepciones más claras era la de finalidad. Esta denota el fin o término al que se encamina una acción. De hecho, en expresiones tales como “Para acabar la pelea, me llevé a uno de los que reñían” se podría sustituir por “a fin de” o “por”. Este valor de finalidad también se puede encontrar en interrogativas como “¿Para qué madrugas tanto?” (1), denotando el motivo o la causa de algo. Ø Dirección o destino Con verbos de movimiento, “para” indica también dirección o destino. Para ilustrarlo, tomamos el ejemplo de frases tales como: “Vamos para tu casa en cuanto terminemos de trabajar” o “El tren para Albacete sale a las cuatro” (2 y 3). Debemos subrayar que esta dirección no suele ser siempre geográfica, ya que se puede usar también en otro ámbito, como el profesional, en esta expresión: “Ese chico va para médico” (4), o el temporal: “Va para tres años que no la he visto” (5). Ø Valor temporal Cuando “para” adquiere un valor temporal, puede indicar dos valores distintos, aun considerándolos bastante cercanos. En la frase “Los ejercicios que os he indicado son para el viernes“(6), “para” indica un plazo temporal. Sin embargo, en “Pagará para San Juan” o”El mueble estará terminado para la semana que viene” (7 y 8), ya no se indica un plazo temporal sino un tiempo límite para que se realice una acción. Ø Partícula adversativa Como conjunción adversativa, “para” significa el estado en que se halla actualmente algo, contraponiéndolo a lo que se quiere aplicar o se dice de ello. “Con buena calma te vienes para la prisa que yo tengo” (9). Por lo tanto, se puede usar en valoraciones negativas como “Para lo mal que me tratas, lo mejor es que me marche” (10) o irónicas tal como “Para lo que nos está explicando hoy, podría haberme quedado en casa leyendo” (11). C. Ambigüedad y ejemplos confusos
Ahora que hemos visto algunas acepciones de manera más detallada, podemos cuestionar la definición del RAE (2001), preguntándonos si aquella es completa o si carece de algunos matices. Para realizar esta tarea, desarrollaremos nuestro razonamiento en torno a frases hechas, intentando ver si tienen cabida o no en alguna de las entradas propuestas por la RAE. Comenzamos con la expresión “no estar para”, que connota una ausencia de ánimo en ejemplos como “con los problemas que tengo, la verdad es que no estoy para fiestas” (12). Muy rápidamente, nos pareció que esta expresión se podía considerar como el equivalente negativo de la décima acepción del RAE (2001): “Junto con verbos, resolución, disposición o aptitud de hacer lo que denota, o la proximidad o inmediación a hacerlo. Este último valor se une al verbo estar.” Sin embargo, esta solo habla de la combinación de la preposición “para” con un verbo, mientras que nuestros ejemplos están ambos formados por un sustantivo. Por consiguiente, podríamos decir que esta entrada no es completa y que debería añadir la perífrasis “no estar para + sustantivo”. Bosque y Demonte (1999) es la gramática que explica de manera más sencilla el sentido de la oración negativa: “La construcción “estar para”, sobre todo en frases negativas o de significado negativo, expresa desgana, inoportunidad o ineptitud”. No obstante, ya que no nos habla de la combinación de la perífrasis “no estar para” con un sustantivo, la explicación de la RAE (2009) nos pareció más apropiada, dado que sí que desarrolla este punto con la explicación siguiente: “Este uso, frecuente en las oraciones negativas, se obtiene también con grupos nominales. No estar alguien para viajes”. En algunos casos, cuesta aún más relacionar una expresión con una entrada. Tomamos como ejemplo el caso de “la comida está para chuparse los dedos” (13). Se nota que esta expresión tiene un valor enfático muy fuerte, pero debido a que sea una frase hecha, cuesta asignarle un valor específico. En Bosque y Demonte (1999), se dice que cuando “para” puede ir precedido de “como”, este indica finalidad o motivo y que “la frase puede teñirse entonces de matiz causal”. Según la RAE (2009), estas fórmulas se asocian a veces con los efectos irónicos provocados por alguna exageración en frases tales como “veo que trajiste papel (como) para escribir una novela” (14). Sin embargo, en muchos casos, de los cuales forma parte nuestro ejemplo del principio, estas fórmulas ya están lexicalizadas, por lo que dejan de connotar el matiz antes señalado.
D. Conclusión: Gramática con mejor definición semántica Finalmente, podríamos decir que deberían introducirse algunas apreciaciones concretas respecto a las frases hechas en el RAE (2001), ya que a veces no se pueden relacionar muy claramente con alguna de las acepciones. Por su estructura muy detallada aunque un poco compleja, la Nueva Gramática de la Lengua Española (2009) fue la que más nos ayudó a completar estos valores inconexos.
IV. La preposición por A. Origen y evolución histórica Su origen procede de la preposición latina “per”, que poseía el principal valor físico de “movimiento a través de”, sobre la que influirá otra forma, “pro”, utilizada para designar la “posición delantera o anterior” (con respecto a nuestras espaldas), tras lo cual se derivarán el resto de usos figurados. Consecuentemente, surgirá el término iberorrománico por, en el que confluirían formal y semánticamente ambas preposiciones, y que más tarde será combinado con la preposición ad, que expresaba un locus de dirección y que derivaría en valor final inequívoco. Variantes como por a, pora, per a y per concurrirán todas en la forma actual por. Progresivamente, se produjo la distinción entre las formas para y por y la atribución de los valores de “causalidad” y “finalidad”, lo que no impidió que por siguiera pudiendo expresar ambos valores. B. Multiplicidad de valores preposicionales Entre los valores más comunes y clarividentes de por en la RAE (2001) destacan: Ø Introductor del segundo término en una operación matemática en la que se multiplican las cifras (valor nº 15): Ejemplo 1:Dos por dos son cuatro, pero uno más uno no son siete. Ø Tránsito por el lugar. En el valor nº 2 de por, se señala un locus entre dos puntos espaciales a través del cual se pasa de un origen (A) a un destino (B). Ej. 2: Si llegas a ir por el puente de San José ese día, te mueres. Se derivarán valores como “trayecto o curso de un movimiento” (Ej. 3: “Pasear por el parque.”) o “atravesar el espacio vital o cercano”, como en “La A7 pasa por el chalet de mi sobrina (4)”. Ø Medio por el cual se concibe la realización de una acción (valor nº 8): Ej. 5: “¡Mujer, cómo dejas al pobre por teléfono!”
Ø Determina espacios temporales imprecisos, sin una fijación exacta en el futuro: Ej. 6: “Por marzo, habremos cambiado de gobierno” (valor nº 5). En el §29.8ñ de la RAE (2009), este es uno de los valores cercanos con respecto a la preposición “para”, que en este contexto expresaría “tiempo preciso en un futuro”. Ejemplo 7: “Para el lunes, quiero la presentación”. C. Ambigüedad y ejemplos confusos
I. Desfase de actualización de la construcción preposicional a + por + sustantivo, con el sentido de “en busca de”. Ej. 8: “Paco, vete por una gallega.”. La RAE (1973) describe las dos opciones y Bosque y Demonte (1999) considera este giro un solecismo, pese a su aceptación en el español actual, pero anómalo en la mayoría de América. [En BOSQUE y DEMONTE (1999: 689-690)] A pesar de su posterioridad, el valor nº 22 expresa que “se usa en lugar de la preposición a y el verbo traer u otro”. En la RAE (2009), este uso aparece ya como una expresión correcta. II. Inapropiada definición formal del valor nº 23. Si indagamos en el cuarto valor de significado en el RAE (2001), entenderemos que esta acepción, “Con ciertos infinitivos, usado igual que para.” es inadecuada. Ej. 9: “Por// Para no molestar, me fui al salón”. Construido en base a “cierto tipo de” formas verbales no personales, sintagma que no especifica y ni clarifica los valores del término, reformularíamos la acepción con un matiz de “finalidad”.
III. Ausencia de culminación descriptiva. El valor nº 14, define tal que así: “Junto con algunos nombres, denota que se da o reparte con igualdad algo. Además de la imprecisión del sintagma “algunos nombres”, ante el rigor categórico de un diccionario, podemos observar que el valor ofrecido denota “el reparto equitativo de un todo entre diferentes partes”. Sin embargo, “casa por casa, busqué mis apuntes” (10), ejemplificaría esa falta de matización. Este valor distributivo se explica de una manera más detallada en el §29.8s de la RAE (2009), donde como hemos anotado, la acción del predicado se reparte entre los miembros de un complemento a quienes consideramos “uno a uno” sucesivamente.
IV. Ausencia de matización en el valor nº 18, “idea de compensación o equivalencia”. Ej. 11: “Te doy mis veinte tazos por tu bolsa de Ruffles”. Tal y como se redacta el apartado 36.10e del RAE (2009), este uso de por lleva implícita una idea de sustitución y de cambio, ya que este significado podría equipararse a la locución prepositiva “a cambio de”. Por tanto, la solución a este problema se solventaría con una definición algo más detallada, dirigida hacia todo el mundo hispanohablante, ya que no debemos olvidar el uso de distintos colectivos, tanto nativos como extranjeros, que hacen sobre esta obra.
D. Conclusión: Gramática con mejor definición semántica Como podemos observar, la imposibilidad de describir en su totalidad los diversos valores y usos de por radica, en gran medida, en su evolución paralela con la preposición para. La RAE (2009), obra referencia en el panorama actual, detalla con rigurosidad y atención la mayoría de valores de estos elementos relacionales, y estructura estas aclaraciones en función de la categoría gramatical a la que pertenezca la construcción dada. En este sentido, los diferentes apartados a los que remite la descripción de por contrastan con la sencillez y síntesis de Bosque y Demonte (1999), que nos describe de una manera más pragmática sus valores. En cualquier caso, y al ser una obra posterior, no podemos negar que nos hayamos basado en ella como pilar estructural de nuestras explicaciones, dado su inmensa capacidad descriptiva del carácter semántico-sintáctico de una preposición, por otra parte, necesario en cualquier gran obra que se precie.
V. Comentario final Para finalizar, hemos de disculparnos dado la extensión del trabajo, que ha sobrepasado el límite establecido, argumentado por la gran cantidad de justificaciones necesarias para una comprensión clara y sencilla del comportamiento de estos valores. En el anexo que adjuntamos, ajeno a la demanda del ejercicio grupal, explicaremos brevemente la múltiple problemática entre las preposiciones por y para, centrándonos, en ese colectivo de personas que estudian español como lengua extranjera. Con el fin de aclarar su uso diferente, intentaremos ofrecer una visión cognitiva de ambas preposiciones, basada en un primer valor físico y espacial, del que se derivarán el resto. Por último, añadiremos que la RAE (2009) ha demostrado su capacidad descriptiva a partir de criterios, tanto semánticos, formales y sintácticos, que siempre han dirigido, el desarrollo de los capítulos. En contraposición, la antepenúltima obra publicada por la RAE, la vigésima edición de su diccionario, se estructura en base a distintos argumentos, los cuales, difieren entre sí. Sabemos de la complejidad absoluta que una tarea como esta debe suponer, pero también exigimos como miembros de la comunidad hablante un rigor y un criterio dignos, plasmados en teoría tras una obra de tal referencia como lo es ésta.
VI. Bibliografía
-ALARCOS LLORACH, Emilio (1994): Gramática de la lengua española, Madrid, Ed. Espasa Calpe. -ALVAR, Manuel y POTTIER, Bernard (1987): Morfología histórica del español, Madrid, Ed. Gredos. -BELLO, Andrés (1875): Gramática de la lengua castellana destinada al uso de los americanos (Ed. 1988), Madrid, Ed. Arco-Libros. -BOSQUE, Ignacio y DEMONTE, Victoria (1999): Gramática Descriptiva de la lengua española, Madrid, Ed. Espasa Calpe. -DELBECQUE, Nicole (1996): “Towards a cognitive account of the use of the prepositions por and para in Spanish” (pp. 249-319), en H. CASAD, Eugene (editor) (1996): Cognitive linguistics in the redwoods: the expansion of a new paradigm in linguistics, Berlín, Mouton de Gruyter. -JOSEP CUENCA, María e HILFERTY, Josep (1999): Introducción a la lingüística cognitiva, Barcelona, Ed. Ariel. -MOLINER, María (2003): Diccionario de uso del español (3ªed.), Madrid, Ed. Gredos. (II vols.) -REAL ACADEMIA ESPAÑOLA (1973): Esbozo de una nueva gramática de la lengua española, Madrid, Ed. Espasa Calpe. -REAL ACADEMIA ESPAÑOLA (2009): Nueva gramática de la lengua española, Madrid, Ed. Espasa Libros (vols. II) -REAL ACADEMIA ESPAÑOLA (2001): Diccionario de la Real Academia de la lengua española (22ª ed.), Madrid, Ed. Espasa Calpe. -SECO, Manuel, ANDRÉS, Olimpia y RAMOS, Gabino (1999): Diccionario del español actual, Madrid, Ed. Aguilar. -SLAGER, Emile (2004): Diccionario de uso de las preposiciones españolas, Madrid, Ed. Espasa Calpe. |
INTRODUCCIÓN A LA GRAMÁTICA COGNITIVISTA: DIFERENCIAS ENTRE POR Y PARA
Como hemos anunciado a lo largo del trabajo, una de las mayores problemáticas en el estudio del español como lengua extranjera es el particular uso otorgado a los elementos preposicionales. Los matices y diferentes valores que cada idioma asigna a sus elementos relacionales conllevan una gran dificultad, ya que el sistema lingüístico difiere bastante. En relación con el español, las correlaciones y equivalencias entre las preposiciones por y para plantean la problemática mayor en tanto a su asimilación, por lo que intentaremos, en este anexo, descifrar en base a la teoría cognitivista unos ciertos rasgos semánticos que nos ayuden a entender su utilización correcta.
El Cognitivismo y la Lingüística Cognitiva
Según el diccionario de términos clave de ELE, el cognitivismo puede definirse como “una teoría psicológica cuyo objeto de estudio es cómo la mente interpreta, procesa y almacena la información en la memoria. Dicho de otro modo, se interesa por la forma en que la mente humana piensa y aprende. El cognitivismo, entendido como término polisémico, puede entenderse como referente de la ciencia cognitiva como punto de encuentro de la psicología cognitiva y la inteligencia artificial, del movimiento constructivista, teoría psicológica del aprendizaje, o por último, centrando ya nuestro interés, como base teórica de la lingüística cognitiva que, como tal, nace a finales de los años 80 del siglo XX en gran medida como reacción al generativismo ortodoxo, excesivamente formalista. Mª J. Cuenca, y J. Hilferty, en su Introducción a la Lingüística Cognitiva, de 1999, ofrecen una vía de conocimiento en torno a estas teorías, aunque destacan otros como G.Lakoff, anteriormente teórico de la semántica generativa, o R. Langacker. El cognitivismo, aplicado a ramas idiomáticas, ha contribuido a modificar las perspectivas didácticas de los distintos idiomas, permitiendo una nueva forma de concebir la enseñanza-aprendizaje de la gramática, en la que el significado de las palabras y su representación icónica desempeñan un papel relevante. Para finalizar con el breve resumen de esta introducción, añadiremos que la gramática cognitiva, disciplina de investigación de base semántica dentro de esta lingüística Cognitiva, trata de desentrañar el significado de las formas lingüísticas y su uso comunicativo. Basada en el lenguaje, destaca su carácter simbólico, tal y como su precusor, Ferdinand de Saussure, establecía en tanto que los elementos lingüísticos eran ‘signos’ compuestos de un concepto y una imagen acústica, independientes entre sí en cuanto al significado.
Basándonos ya en nuestro trabajo, necesitaremos tener en cuenta dos conceptos claves para comenzar a descifrar la problemática preposicional inicial. Hemos visto que la Gramática Cognitiva trata de extraer esa recreación mental del pensamiento que los seres humanos construimos a partir de los objetos más físicos o de las realidades más cercanas expresadas por el lenguaje. El ejercicio de esta práctica, por tanto, se basa en la abstracción mental de estos planteamientos, para así, inconscientemente, un entendimiento perfecto del uso del lenguaje. Debemos entender, por tanto, que conceptualizar lleva implícito la idea de extraer de una manera figurada ese lenguaje más real y cotidiano que utilizamos para comunicarnos, y que por consiguiente, el hablante se convertirá en nuestro conceptualizador, ya que será desde su punto de vista quien efectúe tal planteamiento figurado. Antes de continuar, remarcaremos que aquí se encuentra en problema, y la expansión en el marco de la didáctica y aprendizaje de un idioma. Los planteamientos mentales inherentes a la comprensión del lenguaje materno son increíbles, en cuanto a su profundidad asentada en la capacidad comunicativa de un halbante. Ahora bien, cuando intercambiamos esa posibilidad de expresión en otra lengua diferente, es donde nos encontramos con una carencia a la hora de asimiliar todos estos planteamiento. Categorización cognitiva de por Para explicar cómo se derivan los usos figurados que aparecen en las listas ingentes de acepciones de las preposiciones en español, partiremos de Cuenca y Hilferty (1999), en donde el valor más físico de por (“tránsito”), se utilizará para derivar los otros figurados. Ejemplo 1: El famoso político saltó por la ventana.
A la idea de trayecto, entendido como el desplazamiento desde un punto origen (A) hasta un punto destino (B), se le añade un espacio intermedio a través del cual, el ente transferido o trayector, en este caso nuestro querido líder carsimático, avanza hacia ese destino a través de un locus o punto de referencia, la ventan (En DELBECQUE, Nicole, en H.CASAD, Eugene (1996 : 249-318). Nicole Delbecque los denominará en su artículo sujeto preposicional, traducido directamente del término inglés prepositional suject, para el primero y objeto preposicional (prepositional object) en relación con el segundo. Proyectemos el siguiente esquema:
En esta figura 9, extraída de Cuenca y Hilferty (1999), observamos el esquema gráfico en el que deducimos el trayceto físico que se desarrolla en el ejemplo 1. ¿A partir de cómo podemos derivar los diferentes usos figurados de esta preposición? Ejemplo 2: Me mandó la presentación por correo electrónico. En este caso, el ente transferido o trayector sería ese powerpoint para la presentación de Morfología, desde un origen, que coincidiría con una tercera persona del singular, un compañero de clase, hasta un destino, correspondiente al sujeto que está formulado la oración, receptor del mensaje. Establecidas estas correspondencias, faltaría designar el locus o referente a través del cuál se envían tales documentos, por lo que la vía de internet, un sistema equiparable al correo ordinario, pero actualizado al siglo XXI ejercería esa función de medio a través del cual, o intermediario artificial, gracias al cuál el sujeto puede recibir al trayector. Deducimos por tanto esa derivación abstracta del valor inicial físico de la preposición. Pero no solo nos detenemos en un uso algo más cercano al original que otros.
En la clase de hoy, el profesor insta a su alumno despistado con el fin de que haga las tareas que nunca trae a clase. En su primera intervención (ya que la segunda tampoco permite un análisis retórico y morfosintáctico muy elaborado y digo de análisis), podemos comprobar cómo los modos de acción también son trayectos. Esta metáfora queda sustentada en la idea de que los intermedios son para alcanzar una finalidad lo que los modos de actuar para la consecución de un resultado. Siendo así, partiríamos de un punto origen (A), en el que Jaimito no habría realizado sus deberes, para llegar, desgraciadamente para él, a un punto final destino (B), dado el estadado de consecución del acto por parte del profesor. Por tanto, expuestas las correpondecias, tanto ontólogicas, como epistémicas, en las que destacamos la igualación entre origen y no consecuión de la actividad, destino como logro de la finalidad, y locus como medio de acción a través del cual podemos llegar a ver a Jaimito, setando, relajado, practicando sumas y restas con mayor o menor acierto. Sobre la base de estos tres ejemplos, tal y como se realiza en el capítulo 5.3.2, Trayectos e ideas afines, de Cuenca y Hilferty, podremos establecer una pequeña red conceptual, partiendo de la valor físico de por hacia otros más abstractos como los antes citados, con el fin de clasificar todos y cada uno de los diferentes y enraizados usos preposicioanles.
Diferencias entre por y para
La problemática en los valores de por viene dado en muchas ocasiones por su concurrencia con la preposición para, que como hemos citado en el apartado VII - A (pág.9), se correspondía en origen en una antigua forma iberorrománica común, a partir de la cual, con el paso del tiempo, se fuero diversificando los valores de “causalidad” y “finalidad” que se atribuyen respectivamente en torno a por y para. Ahora bien, tal y como la entrada nº 24 del RAE (2001) dice, ”junto con ciertos infinitivos”, puede equipararse como para. “Por / Para no molestar, me marché a dormir al salón” (4). De esta oración puede llegar a desprenderse el matiz de que la causa de querer dejar dormir a tu pareja sea la que te lleve a tumbarte en el sofá, o por el contrario, que la finalidad de tu acción sea el descanso de esa persona tan querida. Otro uso en el que difieren, con un valor temporal es el que aparece en las siguientes oraciones:
Ejemplo 5: Por Agosto, estaremos disfrutando de la playa con un librito de Bosque bajo la tumbona. Ejemplo 6: Para el martes, día 6 de Septiembre de 2011, estaré en la recuperación de Morfología. Didácticamente, se explica en niveles medio de español, que Por y Para son dos preposiciones muy parecidas, pero con una metodología distinta de trabajo (en la empresa Lengua Española S.A.) Por es un tipo despistado, sin prisas y con poca memoria. De ahí que deriven los usos imprecisos temporales (5), como los de localización aproximada (Mi casa queda por Alameda) (6). Para, todo lo contrario que su compañero, es atenta, activa y le gusta mucho viajar, por lo que nunca llega tarde a coger un vuelo o un ferrocarril. De nuevo, observamos que el uso direccional (Voy para la facultad, ¿te acerco?) (7) o el del sexto ejemplo se explican de una manera fácil y sencilla. Pero, ¿dónde se encuentra la verdadera diferencia entre estas dos preposiciones? ¿Qué procedimiento mental realizamos los hablantes de español para comprender los usos preposiciones sin ningún esfuerzo, motivo por el cual podemos decir que se encuentran totalmente gramaticalizados? Esa es una de las cuestiones que Nicole Delbecque ataja en su artículo, uno de los pocos que se atreven a tratar el tema. Y es que este anexo que realizamos, simultáneamente a su redacción, nos parece algo insensato, dado el carácter enigmático del problema. Por ella, simplemente trataremos de dar un vistazo a las nociones más importantes de estas páginas. Y lo haremos mediante estos dos ejemplos: -“Lo hago por mis padres”(8) -“Lo hago para mis padres”(9)
Sin duda, ante una ocasión como esta, en la que se celebra una fiesta en casa de unos amigos después de celebrar la fiesta de “Paellas”, cancelada recientemente por el Rectorado, nadie podría decir que no. Sin embargo, Marta tiene una hermana pequeña a la que cuidar, dado que sus padres, ambos, han encontrado a última hora un empleo de vigilante nocturno, y de asistenta de una mujer mayor. Por todo, nuestra protagonista les comunica a sus amigos la noticia, a lo que entre algún otro comentario fallido, todos están de acuerdo en el valor de su acción. Analicemos estos dos posibles comunicados: Con la primera oración, desde un punto de vista sintáctico, el sintagma nominal mis padres está realizando, inducido por la preposición, la función de “causa”. El hecho alrededor de la situación por la acontece su familia es el motivo por el cual ella decide no asistir a la celebración. A diferencia de esto, habiendo formulado la segunda, Marta expresaría que la finalidad de su acto se dirige hacia un beneficio en relación a sus padres, a quien ha de hacerles tal favor. De nuevo, el complemento sintáctico que realizaría poseería un matiz de “finalidad”. Hasta aquí, todo perfectamente entendible. Pero, ¿qué diferencia, en realidad, se podría extraer entre las dos oraciones? ¿Tiene alguna un carácter más enfático? ¿Equivalen a la misma formulación? ¿Para qué entonces el uso de dos preposiciones? La respuesta de esta pregunta queda bien deducida después de los análisis exhaustivos de nuestra autora. Según redacta en su artículo, la diferencia cognitiva entre por y para se halla en los valores de CONDICIÓN y PROYECCIÓN que asimilan en la formulación de estas preposiciones, respectivamente. En un plano más esquemático, en el primer ejemplo, el sujeto preposicional (PS, según Delbecque) se situaría en una misma línea horizontal que el objeto de la preposición. Es decir, que la relevancia entre Marta, el sujeto y sus padres estaría equiparada. Consecuencia de ellos, es ese valor de “factor condicionante” que se entrecruza entre ambos sintagmas, estableciendo unos matices de “inmanencia” y “trascendencia”. Por otro lado, nuestra protagonista podría haberles contestado a su insistencia de venir a la fiesta con un sencillo “No puedo ir, chicos. De veras me gustaría, pero lo hago para mis padres”. En esta ocasión, el argumento que aparece en el artículo hablaría, ya no de una posición simultánea en la que sujeto y objeto preposicional coincidirían, sino que aquí mis padres se separaría de Marta en tanto que su acción connote una proyección, un propósito decidido a beneficiar a su familia. Por ello hallaríamos en este caso la función de complemento de “finalidad”, que estaría sustentado por la idea de ese matiz de proyección que parte del sujeto u origen hacia el destino, que estaría ubicado en una acción con beneficio familiar.
Acaba Delbecque su artículo alegando que el sintagma que introduce por es, ciertamente, la motivación real de la acción, mientras que para introduce simplemente el destino hacial el cual se dirige la acción, derivándose de ahí el valor físico direccional.
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