WEB ABRUZZO
La región Abruzos tiene un récord. El 30% de su territorio está protegidopor leyes de defensa ambiental.
Ninguna otra región en Europa se acerca a esta cifra. No por nada se llama "la región de los parques". Tres parques nacionales, un parque regional y decenas de áreas y reservas naturales protegidas. En una región como esta es natural que la capital se llame L'Aquila. Dominada por un castillo del siglo XVI (que encierra el Museo Nacional de Abruzos), L'Aquila posee monumentos civiles y religiosos espléndidos,de época medieval y renacentista. En la costa abruzesa (con localidades balnearias muy frecuentadas) se destaca Pescara, patria de Gabriel D'Annunzio (cuya casa natal es actualmente un pequeño y sugestivo museo).En Chieti se encuentra un importante museo arqueológico nacional, conocido (y premiado) por la modernidad y la eficacia de su organización expositiva.La pieza más importante del museo es el guerrero de Capestrano, una estatua funeraria del siglo VI a.C., descubierta en la provincia de L'Aquila en el año 1934.En Téramo no hay que dejar de visitar el estupendo Paliotto del siglo XV (en el interior de la Catedral) construido por el gran orfebre Nicola da Guardiagrele.La región Abruzos es sorprendentemente tan rica en tesoros arquitectónicos y artísticos, como en tesoros naturales y tradiciones populares(como la "Fiesta de los cazadores de serpientes" de Coculo, que el primer domingo de mayo atrae millares de personas en el minúsculo pueblo).
WEB SICILIA
Ven a Sicilia. Es una paradoja, cierto, pero hasta un cierto punto.Las ciudades griegas de Sicilia (Agrigento, Selinunte, Segesta, Siracusa, para citar las mayores)eran entre las más hermosas del mundo helénico.Visitar el Valle de los Templos en Agrigento o asistir en verano a un espectáculo en el grandioso teatro griego de Siracusa,es un salto en el pasado remoto helénico. Y esto sucede en Sicilia, para muchas otras épocas y civilizaciones, de la española a la francesa. Con la única excepción del dominio árabe, que ha dejado escasas pruebas físicas. Sicilia es un libro de historia y de historia del arte, un compendio de las mayores civilizaciones y culturasde todas las épocas. Una isla solar, con una naturaleza rica de contrastes, con una costa espléndida y una gastronomía refinada, gustosa y variada, de sabores antiguos y aromas exquisitos: la quinta esencia de la "mediterraneidad", y sin embargo compleja y densa de refinamiento intelectual, muy bien representada por las obras maestras literarias de Luis Pirandello,Giuseppe Tomasi di Lampedusa, Leonardo Sciascia, Gesualdo Bufalino y, actualmente de Andrea Camilleri.Cada estilo, cada corriente de arte están representados conspicuamente en Sicilia.En ciudades como Palermo, Catania, Caltanissetta, Enna, Siracusa, Ragusa, Trapani, Agrigento yMessina. Y en los centros menores como Cefalú, agrupada alrededor de la catedral normanda,o Noto, con su extraordinaria catedral barroca, o bien Taormina, con su espléndido teatro griego-romano.
WEB LAZIO
Descubrirían Lazio ,una región de gran fascinación naturalista y ambiental, con una variedad extraordinaria de paisajes: amplias playas, grandes pinares,montes como el Terminillo (óptimo centro de esquí) , dulces colinas y llanuras extensas.Una región rica de monumentos de arte, que recuerdan inmediatamente la historia extraordinaria de esta región. En Tarquinia, Cerveteri y Tuscania, las necrópolis y los museos recuerdan al antiguo y misterioso pueblo de los Etruscos (siglos VII-VI a.C.) que dominó Italia central antes del auge de Roma. Los testimonios del romanismo y de las sucesivas épocas históricas son innumerables en las afueras de Roma, en las otras provincias del Lacio y enlas mismas ciudades principales: Rieti, Viterbo, Latina y Frosinone. Recordamos únicamente la espléndida, grandiosa villa Adriana de Tivoli (donde se encuentra también la renacentista villa d'Este), el palacio Barberini di Palestrina del siglo XVII, la catedral de Anagni.La misma grandiosidad de la religiosidad romana se proyecta y se duplica fuera de Roma: en las abadías de Montecassino, de Casamari, de Fossanova y en los monasterios de Subiaco, lugares amados por San Benedetto de Norcia. O sea, el Lacio no es sólo Roma. Roma es también el Lacio.
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