contexto histórico
james joyce y la revolución
lingüistica
La obra
de James Joyce- con su culminación en " Ulises" - es el hecho
máximo de la experiencia de la literatura narrativa moderna. Es
evidente que los primeros veinticinco años de nuestro siglo han
representado, en todos los aspectos de la cultura y la sociedad, una revolución
radical que ha puesto en cuestión los puestos sobre los que venía
viviendo la mente humana desde hace milenios: la revolución joyceana,por
lo que toca a la narrativa, ha desempeñado un papel equivalente
al de la relatividad en física,, al del vanguardismo en poesía...
Consecuencias más tardías serán impacto sobre el psicoanálisis
-Lacan- y, pasando a otra perspectiva, la destrucción de la teología
y la " cultura cristiana" , hasta dejar la opción de la fe
en su desnudez original.
Lo que ocurre en la obra de Joyce es que el papel de protagonista
es asumido, por un hombre cualquiera, que nos muestra que el
hombre es el "animal hablante".
La vida intelectual, sobre todo la filosofía, ha sido durante milenios
un intento de liberarse del lenguaje o de ignorarlo, apuntando a unas grandes
ideas sobreterrenales y rogando al lector que le entendiera "dejando a
un lado las palabras". Es en Romanticismo
cuando amanece la conciencia del lenguaje, y por tanto, de la realidad
del hombre: Wilhelm von Humboldt es el primero en decir claramente que
el pensamiento sólo existe mediante el lenguaje, encarnado en él.
Nietzsche, sin haber leído a Humblodt, intuye también esa
realidad nuestra, pero para rebelarse hermosamente ante ella, aunque sepa
que es una rebelión imposible.
El crecimiento de la conciencia lingüística, en la filosofía,
progresa de modo subterráneo, casi inconsciente: aún en la
segunda década de nuestro siglo, Russell y Wittgenstein sienten
la desazón del pensamiento que querría seguir "el seguro
camino de la ciencia", que envidió Kant. Russell insiste en despreciar
por menor de edad, al lenguaje real, comparándolo con modelos de
lenguaje" bueno" .
Va a llegar la gran crisis de la filosofía, con el dilema de
o bien aceptar ser lenguaje -renunciando a la primacía de lo ideal-
o bien rebelarse contra él, reduciéndose a desarrollo de
formalizaciones que querrían ser científicas. Vuelve a cobrar
actualidad,
traducida a términos lingüísticos, la fábula
de la paloma que ponía Kant por delante de su "crítica de
la razón pura".
Durante milenios, los filósofos han estado filosofando gracias a
las palabras que les sostenían en vuelo, con la ingrata convicción
de que pensarían mejor si no hubiera lenguaje. Pero en nuestro siglo,
la ilusión se acaba, y el pensador, o se cae de las nubes, o acepta
- y aun disfruta- el vuelo lingüístico.
Todo uso de la palabra es, al fin y al cabo, "juego de palabras". chiste,
retruécano: el hombre es un vivo chiste: su misma naturaleza es
cómica.
Desde un punto de vista mas ingenuo, la conciencia lingüística,
nos liberaría de una milenaria alienación, devolviéndonos
a la aceptación de nuestra realidad: no es que el hombre esté
en el cuerpo y use la palabra, sino que "es" cuerpo y "es" palabra. Pero
esa realidad lingüística nuestra, una vez intuida y aceptada,
ni nos salva ni nos condena.
información extraida de:
Joyce, "El autor y su obra"
de José Mª Valverde
primera edición. ed. Barcanova
pg. de 11 a 14
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Academic year 2000-2001
©a.r.e.a./Dr.Vicente Forés
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