Justicia y Drogodependencias

Características de los Educadores Sociales en este ámbito de actuación:

Introducción:

Tenemos que diferenciar entre la persona que consume la droga y la persona que trafica con ella. En realidad los drogodependientes son considerados como personas que están habituadas al consumo de drogas. Por ello los educadores, para realizar el proyecto, tienen que conocer, aunque sea mínimamente, qué es la droga y sus tipos y además cuáles son sus efectos.

La Droga se considera como una sustancia que produce efectos negativos sobre el sistema nervioso central, crea adicción, taquifilaxia (consumición de dosis cada vez mayores para conseguir los mismos afectos que al principio) y cuadros de abstinencia.

Los efectos de las drogas son complejos y multiformes, variables según los estímulos ambientales y personales. Pueden clasificarse en euforizantes y excitantes (cocaína, anfetaminas, alcohol en su primera fase, nicotina en su segunda fase), relajantes, sedantes y depresores (opiáceos —heroína, morfina—, benzodiacepinas —ansiolíticos, relajantes musculares e hipnóticos—, alcohol en su segunda fase, nicotina en su primera fase, barbitúricos, cannabis —marihuana—, inhalantes), y alucinógenos (LSD, peyote, fenciclidina).

Adicción es la necesidad imperiosa de consumir droga regularmente (no ser capaz de moderar el consumo o suprimirlo). Viene determinada por fenómenos psíquicos y físicos.

Taquifilaxia es la necesidad de consumir dosis cada vez mayores para conseguir los mismos efectos. La presentan muchos fármacos porque el organismo potencia sus mecanismos de degradación de la sustancia, pero a las drogas se añade un fenómeno de ‘tolerancia’ psicológica.

Los cuadros de abstinencia siempre son psicológicos y, en el caso de algunas drogas, son además síndromes físicos que pueden resultar mortales. Pueden controlarse con medidas terapéuticas (sustancias menos nocivas, de efectos parecidos, que se retiran progresivamente). Ej: Naltrexona (antagonista de la heroína)

Llegados a este punto y al saber los efectos de la droga, diferenciaremos que no toda persona que consume droga es un “drogadicto”. Hay diversas relaciones con las drogas pero básicamente vamos a diferenciar tres tipos: uso, abuso y dependencia.

Entendemos por uso aquel tipo de relación con las drogas en el que, bien por su cantidad, por su frecuencia o por la propia situación física, psíquica y social del sujeto, no se detectan consecuencias inmediatas sobre el consumidor ni sobre su entorno.

Hay que tener en cuenta y afinar la mirada antes de caracterizar por “uso” aquello que puede no ser así. De este modo, no basta con fijarse en la frecuencia, porque podrían darse consumos esporádicos en los que el sujeto abusará rotundamente de su sustancia. Tampoco podemos atender solo a la cantidad, ya que podría haber consumos en apariencia no excesivos, pero repetidos con tanta frecuencia que estarían sugiriendo a alguna forma de dependencia.

Vamos a entender por abuso aquel tipo de relación con las drogas en la que, bien por su cantidad, por su frecuencia o por la propia situación física, psíquica y social del sujeto, se producen consecuencias negativas para el consumidor y/o para su entorno (normalmente es a consecuencia de que en un momento determinado se consuma una cantidad elevada).

En último lugar, entenderemos por dependencia aquella pauta de comportamiento en la que se prioriza el uso de una sustancia psicoactiva frente a otras conductas consideradas antes como más importantes. El consumo de drogas, que quizás empezó como una experiencia esporádica sin aparente transcendencia, pasa a convertirse así en una conducta entorno a la cual, se organiza la vida del sujeto. Éste dedicará la mayor parte de su tiempo, a pensar en el consumo de drogas, a buscarlas, a obtener financiación para comprarlas, a consumirlas, a recuperarse de sus efectos... Los tipos de drogas son los siguientes: cannabis, cocaína, drogas de síntesis: éxtasis, anfetaminas, alucinógenos, heroína, alcohol., tabaco.

 Por otra parte, por tráfico de drogas se entiende no sólo cualquier acto aislado de transmisión del producto estupefaciente, sino también el transporte e incluso toda tenencia que, aun no implicando transmisión, suponga una cantidad que exceda de forma considerable las necesidades del propio consumo, ya que entonces se entiende que la tenencia tiene como finalidad promover, favorecer o facilitar el consumo ilícito (entendiéndose como ilícito todo consumo ajeno). En algunas legislaciones se considera delito solamente el tráfico, pero no la tenencia de drogas en cantidades reducidas a las necesidades personales del consumidor, mientras que otras tipifican como conductas delictivas tanto el tráfico como la tenencia.

 

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