Comienzos III (SIC) Guerra Púnica

   Asdrúbal El Bello:

    Anibal y los comienzos de la II guerra púnica:  Arse el pretexto

    El sitio de la ciudad de Arse

 

Asdrúbal el Bello

Asdrúbal el Bello fue un general cartaginés (ca. 270-221 adC), yerno de Amílcar Barca. Acompañó a su suegro a la conquista de Iberia, y fue elegido como su sucesor en esta labor a su muerte,. en 228 adC. Asdrúbal prosiguió la política apaciguadora de Amílcar para granjearse la fidelidad de los pueblos de Iberia, utilizando la fuerza sólo en contadas ocasiones

Junto a su suegro, el general cartaginés Amílcar Barca, participó en las campañas de ocupación del sur y el este de la península Ibérica. durante el último tercio del siglo III a. C , en un contexto previo al estallido de la Segunda Guerra Púnica entre romanos y cartagineses, que asolaría buena parte del Mediterráneo occidental.Tras la muerte de Amílcar, le sucedió y se convirtió en caudillo de los ejércitos establecidos en Iberia. Hizo de Cartago Nova una floreciente y rica ciudad.

Nacido mundo en Cartago  hacia el año 270 a . C. Pertenecía a una de las familias notables asentadas en la metrópoli norteafricana .se casó con una de las hijas del influyente militar Amílcar Barca. Juraría  odio eterno a Roma tras el desastre cartaginés en la Primera Guerra Púnica.

Después del desastre de la primera guerra púnica, en 237 a .C., el cartaginés Amílcar Barca desembarcó en Gadir y desarrolló una base  de poder en Hispania, estableciendo la dinastía bárcida o bárquida. los Durante nueve años, Amílcar –proclamado jefe de aquella expedición colonizadora– sostuvo enconados combates con las tribus autóctonas hasta que, en 228 a . C,

El elegido para sucederle fue Asdrúbal, quien por entonces ya hacía gala de una acreditada carrera bélica y que de inmediato se decantó por la alianza con las tribus ibéricas, en detrimento del extenuante conflicto. Para consolidar dicha intención, contrajo de nuevo nupcias, esta vez con una princesa local, lo que le granjeó la amistad de muchos pueblos.

Asdrubal  llamado el Bello por sus agraciados rasgos morfológicos, fue nombrado strategós autokrátor; es decir, caudillo de los ejércitos establecidos en Iberia. En 227 a . C. puso sus ojos en la antigua ciudad de Mastia para levantar una urbe que le sirviera como centro de mando y operaciones. Así, se fundó Qart Hadashat, la que los romanos llamaron Cartago Nova, enclavada en uno de los lugares más ricos y estratégicos del Mediterráneo.(derecha, Carthago-Nova sobre plano actual de Cartagena)

La plaza estaba rodeada por excelentes yacimientos minerales, entre los que destacaban los argentíferos. Además, era una zona privilegiada para los cultivos, y su bahía marítima no tenía parangón en aquellas geografías. Desde su nueva capital, Asdrúbal administró inteligentemente los recursos disponibles, mejoró el comercio de los tradicionales salazones ibéricos, obtuvo una ingente cantidad de metal y gestionó con eficacia la industria del esparto. La riqueza comenzó a cubrir las arcas cartaginesas y se acuñaron monedas de plata con la efigie del propio Asdrúbal.

El creciente poder asustó de nuevo a las factorías griegas establecidas en el noreste de la península Ibérica. En 226 adC, Ampurias y Sagunto, recurrieron a Roma, la cual, temerosa de esta expansión, trató de delimitar el área de influencia púnica. Fue firmado por los romanos El acuerdo, comúnmente denominado Tratado del Ebro,el cual  limitaba la esfera de influencia púnica al Sur del río Iberus. Con algunas cláusulas. Por ejemplo, la de Sagunto, ciudad levantina aliada de Roma, que debía ser respetada a ultranza. Sin duda, fue un gran acuerdo para los cartagineses, siendo su primera victoria política tras la hecatombe de la Primera Guerra Púnica.

   Asdrúbal hubo de aceptar el acuerdo, debido a que el dominio  no estaba aún lo suficientemente establecido como para hacer peligrar la expansión en un prematuro conflicto.

Cartago Nova aparecía en el concierto internacional como floreciente ciudad del Mediterráneo. En la metrópoli, el auge del yerno de Amílcar se veía con recelo, algunos llegaron a denunciar que Asdrúbal se estaba desentendiendo de Cartago mientras pensaba en la creación de un reino independiente. Pero él se mantuvo fiel a su ciudad natal, fortaleciendo las relaciones con África y nutriendo a la debilitada potencia con los beneficios de su envidiable situación económica.

En 221 a . C. Asdrubal murió a manos de un esclavo del rey celta Tago, que vengó con este acto la muerte previa de su señor. La pérdida del cartaginés sembró de incertidumbre el campo púnico. Sin embargo, los soldados supieron elegir un nuevo caudillo. A pesar de su juventud, sólo tenía 25 años, Aníbal Barca –hijo mayor de Amílcar– aceptó el honor de liderar aquella tropa tan identificada con su familia para conducirla a las mismísimas puertas de Roma.

 

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Aníbal

Entre los grandes estrategas de la Antigüedad destaca Aníbal. Miembros de la familia de los Barca e hijo de Amílcar, participó en la conquista de la península Ibérica cuando sólo contaba nueve años, acompañando a su padre. El fallecimiento de Amílcar supuso que el joven quedara bajo la tutela de su cuñado Asdrúbal. En el año 221 a .C. Asdrúbal moría y Aníbal era elegido general, iniciando una agresiva campaña contra Roma. El primer paso sería la conquista de Sagunto lo que provocó el estallido de la Segunda Guerra Púnica. Está considerado uno de los líderes militares más importantes de la historia por sus excepcionales habilidades en la táctica y la estrategia en el campo de batalla.

A la muerte de Asdrubal el ejército eligió a Aníbal como general. Sin embargo, como sucediera con Asdrúbal, en Cartago el nombramiento fue mal recibido entre los aristócratas, denominados "Los Viejos", defensores del nombramiento de Hannón el Grande, ya que consideraban que era peligroso convertir el mando del ejército en un cargo hereditario y más cuando lo ostentaban miembros de una familia demócrata, como era el caso de los Barca. A pesar de ello, el Consejo púnico confirmó el nombramiento hecho por la tropa

Aníbal Recorrió el interior de la península ibérica durante dos años alcanzando con su campaña renombre militar, la confianza de sus soldados y tesoros inmensos para Cartago, llegando de esta manera a una situación en la que sí podría enfrentarse a los romanos. Para evitar una inminente confrontación entre Roma y Cartago, Asdrúbal, yerno de Amílcar Barca y general de los ejércitos cartagineses a la muerte de éste, estableció un tratado por el cual no se podía extender la influencia cartaginesa más allá del norte del río Ebro. La alianza entre Roma y Arse, firmada posteriormente al tratado, vulneraba este tratado debido a estar la ciudad en la órbita de influencia cartaginesa. Esa es la razón por la que Aníbal atacó Arse en el año 219 adC, provocando el estallido de la contienda.

La oportunidad se presentó a las puertas de Arse, a la sazón aliada de Roma, la misma ciudad que casi veinte años antes su padre había respetado al considerar que Cartago no se encontraba aún preparada para la guerra. Enfrascada en un pleito sobre los límites territoriales con Túrbula (la actual Teruel) atacaron a territorios pertenecientes a Cartago y Aníbal, con la autorización del Consejo cartaginés, respondió a las agresiones destruyendo por completo la ciudad en el año 219 adC, tras un sitio que se prolongó durante ocho meses.

Aprovechando este hecho como excusa, una embajada de Roma declaró la guerra contra Cartago, una guerra que estaba planeada hacía mucho tiempo, pero que había sido postergada por el escaso apoyo popular romano. Aníbal le confió la defensa de Iberia a su hermano Asdrúbal y partió en la primavera del 218 adC con 100.000 infantes, 12.000 caballos y 50 elefantes a la conquista de Roma. Su ejército estaba formado por libios (africanos) y mercenarios íberos que se habían ido uniendo al ejército cartaginés a medida que, primero su padre, luego Asdrúbal, y finalmente el propio Aníbal, conquistaran el territorio. De esta forma, Aníbal pretendía desviar el golpe mortal que recaería sobre la metrópolis cartaginesa mediante un ataque desesperado directo al corazón de la República Romana.

Dirigiéndose hacia el norte, llegó a vadear el Ebro, frontera con el territorio romano, sin hallar resistencia entre los pueblos que encontró a su paso. En este punto confió a Hannón 11.000 hombres para mantener las comunicaciones entre el Ebro y los Pirineos, lugar hasta el que continuó, atravesándolo y avanzando luego hasta el Ródano. A pesar de sostener algunos combates con los galos que encontró a su paso, consiguió firmar pactos con algunos de ellos, ofreciéndoles las riquezas que encontraran más allá de las montañas.

Se dirigió con su potente ejército hacia Italia, atravesando los Alpes nevados, e inició una serie de victoriosas campañas contra los romanos: Ticino, Trebia y Trasimeno. El Lazio estaba en sus manos y Roma quedaba a su merced pero por una inexplicable razón no entró en la ciudad, prefiriendo desplazarse a la zona de Cannas donde pasó el invierno con sus tropas. El año 216 a .C. tuvo en este lugar una de las más famosas batallas de la antigüedad, suponiendo para los romanos una contundente derrota. Durante catorce años Aníbal realizó diversos movimientos por la zona sur de Italia sin llegar nunca a Roma, posiblemente porque no contaba con un ejército suficientemente potente. Y es que los esperados refuerzos de Hispania no llegaron ya que Escipión Africano decidió llevar la guerra a la península Ibérica donde venció a Asdrúbal en Metauro. Aníbal tuvo abandonar Italia para socorrer a Cartago que estaba sufriendo la amenaza de Escipión. En Zama ( 202 a .C.) fue derrotado por lo que se impuso la paz, siendo obligado a abandonar Cartago.

 

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El sitio de la ciudad de Arse

El asedio de Arse  fue un enfrentamiento que tuvo lugar en el 218 adC . La batalla es principalmente recordada hoy, ya que condujo a la Segunda Guerra Púnica. En el plan de Aníbal, la captura de Sagunto es fundamental. La ciudad era una de las más fortificadas de la zona y no era buena idea abandonar esa ciudad en manos de enemigos. Aníbal también esperaba que con el saqueo mantuviera contento a su ejército (en su mayoría mercenarios del Norte de África, España y la Galia ). El dinero de la ciudad también podría ser gastado a los ojos de sus opositores políticos a su vuelta a Cartago.

En la estrategia de Aníbal se pretende arriesgar muy poco, pues se trataría de una simple operación de desgaste que busca mucho más la eficacia que la brillantez. Su ataque se va a desarrollar principalmente por tres flancos de la ciudad, valle, río y el extremo occidental del alcázar (punto más vulnerable de la ciudad) en el punto más llano que mira al valle. El general ordena que sus máquinas de guerra o Vineas se arrimen contra el muro para abrir un boquete con el ariete. Sin embargo, la existencia de una torre de defensa dificulta enormemente lo que en un principio parecía una operación rápida y contundente del general cartaginés

Los ciudadanos van a emplear toda clase de armas arrojadizas impidiendo que el ariete batiera el muro. Por la noche los ciudadanos de Arse salen de la ciudad aprovechando la oscuridad para realizar incursiones en el campamento cartaginés, lo que provoca numerosas bajas entre los mismos pero Finalmente, las Víneas y Arietes consiguen derribar tres torres y parte del muro defensivo que las une, son demasiados  puntos los vulnerables y los habitantes de la ciudad no pueden hacerse cargo de la defensa de todos ellos .(en imagen ciudadela de sagunto)

La narración de la gesta por parte de los historiadores romanos contribuye a magnificar la heroica defensa de la ciudad. Así, Livio señala la gran precisión y meticulosidad en la planificación de la defensa de Arse. Estos utilizan una nueva arma llamada falarica que consite en lanzar un madero de tres pies de largo coronado con puntas de hierro, con su astil forrado de estopa e impregnado de pez y azufre negro, al que se le prende fuego lanzándose sobre el enemigo el cual al ver su escudo ardiendo lo suelta quedando como un blanco fácil desde la muralla.

Aníbal suspende la invasión durante varios días. Esto es aprovechado por los ciudadanos de Arse para restaurar la muralla y fortificar nuevas defensas. Pero , ante Roma, Para Aníbal, el sitio de Sagunto se ha convertido en una cuestión de honor y llega el momento de cambiar la estrategia de asalto. Se construyen varias torres de madera más altas que el muro, y sitúa en ellas numerosos soldados, encaramados y bien guarnecidos del peligro de las armas arrojadizas. Así, ordena que las torres se aproximen al muro y abran una brecha en él. Abierta la brecha en un abrir y cerrar de ojos, los cartagineses consiguen situarse en un sitio muy elevado desde donde comienzan a colocar catapultas y ballestas formando una especie de castillo en la misma ciudad y continúan su avance por la parte de la ciudad más arruinada. Los ciudadanos de Arse construyen con los escombros otra muralla a espaldas de la ciudad reduciendo su recinto y defendiéndose como pueden del avance cartaginés.

Asolada la mayor parte de la ciudad y ante la falta creciente de víveres, los ciudadanos de Arse pierden la esperanza de la ayuda romana y deciden resistir como se pueda los embites de las fuerzas de Aníbal. los ciudadanos de Arse proponen una rendición honrosa que no es aceptada por Aníbal. Éste impone las suyas con brutales consecuencias para los ciudadanos. Entre las condiciones impuestas destaca :  entrega de todo el oro y la plata que poseen y el abandono de la ciudad con sólo dos vestiduras. Finalmente, los ciudadanos de Arse optan por la máxima "morir antes que entregarse" y deciden montar una pira inmensa, llena de objetos valiosos, prendas, piedras preciosas, vasos sagrados de los templos, plomo y bronce para deteriorar completamente el oro y objetos de valor, prendiendo fuego al conjunto en la Plaza.

An
te la desesperación del momento, cuentan las crónicas que numerosos ciudadanos de Arse deciden perecer consumidos por el fuego antes que rendirse al general cartaginés. La crónica también cuenta que esa misma noche un grupo salió de la ciudad "a la desesperada" hacia el campamento cartaginés, para acuchillar a todos aquellos que encontraran a su paso, la superioridad numérica de los cartagineses presagiaba el triste final de los desesperados ciudadanos de Arse. Desde lo alto de la muralla mujeres y niños contemplan el fatal desenlace y muchas de ellas deciden asesinar a sus criaturas antes de lanzarse desde lo alto de la fortaleza al vacío. Poco después, entran los cartagineses ordenando el asalto general sin compasión.

Así queda Arse después de ocho meses ininterrumpidos de asedio y bloqueo continuado. Esto marcó el inicio de la Segunda Guerra Púnica. Aníbal ahora disponía de una base desde la que podía suministrar a sus fuerzas alimentos y más tropas. Este fue uno de los primeros errores que los romanos cometieron en la Segunda Guerra Púnica: si hubieran llegado al socorro de Arse contra Aníbal en lugar de combatir la revuelta iliria, podrían haber reforzado la ciudad y detener a Aníbal antes de que cruzara los Pirineos.

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