De uno a otro confín

por Víctor Pastor

3-0. El resultado, aunque importe, es lo de menos. Excepto algún partido, el Valencia nos ha estado aburriendo infinitamente como espectadores. El partido en el Sánchez Pizjuán, un ejemplo más de que el equipo está pensando en la mona de Pascua (o, tal vez, en todo el dinero que tienen y les sobra...), fue la gota que colmó el vaso. Un vaso a punto de rebosar desde hace muchas muchas semanas pero que, con destellos aislados y gracias a victorias angustiosas, consiguió aguantar hasta la pasada madrugada.
Son tantas las metáforas que pasan por la mente para describir esta historia recien acabada... Tal vez la mejor sea la que parangona la entidad valencianista con un barco cuyo capitán, el señor Quique Sánchez Flores, ha estado dirigiendo por mares difíciles de surcar por no probar nuevas rutas hasta que, de tanta cabezonería, el barco se ha topado con unas rocas que han producido una brecha tal que ya no hay vuelta atrás (sí, como en el Titanic). O ¿qué decir de la comparación preferida por los medios de comunicación en la que todo este asunto no es más que una relación amorosa entre Flores y el Valencia Club de Fútbol? Resulta que el ya ex-entrenador del club ché tenía una relación estable con sus jugadores, con su presidente,... hasta que tanto los resultados como los piques infantiles con el ex-secretario técnico, Amedeo Carboni, comenzaron a encauzar dicha relación por un camino tortuoso. Amedeo fue destituido cual heredero aspirante al trono es asesinado por ansias de poder. Y, ayer, tras una relación de, por lo menos, dos San Valentines, el desamor llegó en forma de destitución.
El nuevo, capitán o amor (como ustedes gusten), será el técnico del Valencia Mestalla, Óscar Hernández. Esperemos que el estratega canterano, aunque sea de manera provisional, ofrezca un aire nuevo al equipo, un aire que golpee contra las velas del barco ché y lo encauce por mares cristalinos, calmos y cuna de tesoros en forma de buen juego y puntos (y no de monedas de oro que sobran en el mundo del fútbol). Aviso para navegantes: ¡En el horizonte se divisan candidatos! Y el director deportivo del Valencia, Miguel Ángel Ruíz, clava la siguiente nota con una daga en una puerta de madera corroida: "Buscamos alguien con prestigio y que sea una solución duradera". ¿Qué importa el prestigio de los hombres ahora? Lippi, Mourinho, Capello, Scolari,... Si de mi dependiese la contratación del nuevo técnico, colgaría en la web oficial del club una encuesta y, el más votado, ¡contratado! Sería un gran voto de confianza en la afición que, en múltiples ocasiones, es el más sabio entrenador y, si con el prestigio quieren dar una sorpresa, innovar, que hagan caso a la afición. Eso sí sería nuevo...


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