EL PUEBLO


Morella es la capital histórica de la comarca dels Ports.

El término municipal, de 414 Km2, és el más grande de la provincia de Castellón y uno de los más grandes de la Comunidad Valenciana. Tiene una población de 2931 habitantes. El recinto enmurallado está a 1000 m de altitud sobre el nivel del mar y el término entre 600 y 1300 metros. La mayor parte del término desagua al río Bergantes, que es un subafluente del Ebro.

Ciudad limítrofe entre Teruel y Tarragona, aparece ante los ojos del visitante rodeada del encanto que le transmiten sus murallas centenarias y coronada por su robusto castillo, a más de mil metros de altitud y sus puertos de montaña son Torre Miró (1259 m.) y Querol (1020 m.).

El relieve abrupto y montañoso de la comarca de Els Ports siembra el camino para llegar a Morella atravesando barrancos, bosques de pinos, carrascas, robles, ramblas y muelas.

Su clima es mediterráneo de alta montaña, con veranos frescos e inviernos muy frios con heladas frecuentes y abundantes nevadas. Durante los meses más centrales del invierno, el fuerte viento de Mestral, que frecuentemente sopla en esta zona, provoca que la sensación térmica descienda en numerosas ocasiones a los -20°C.

El municipio de Morella está dividido en “denes” y también tiene tradición la división en 3 parróquias: Santa Maria, Sant Joan i Sant Miquel. Además, estan Xiva y Hortells, que fueron municipios independientes hasta mediados los años 70. Otros núcleos históricos del término són Herbeset, la Llèqua, la Pobleta y Salvassòria.


El castillo de Morella, construido en lo alto de la población sobre la "Mola" es una fortificación del siglo XIII, de arquitectura islámica con reformas posteriores de arquitectura medieval. Consta de la plaza de armas (1.070 m), el palacio del gobernador, el Aljibe, la torre de la Pardalea, (retretas al vuelo por donde entraron en 1838 los Carlistas), prisión de Cacho, restos de palacios reales, torres de Homenaje, y pabellones oficiales, por donde han pasado diferentes formas de civilización y culturas.


Corría el año 1672. La epidemia de peste negra que asolaba en esos momentos la Comarca estaba llegando a su màximo punto de virulencia. En la ciudad de Morella se decide a propuesta de los notables de la villa que 30 cofrades vayan hasta la ermita de Vallivana y traigan a Nuestra Señora a la ciudad. El 31 de diciembre, la imagen de la Virgen de Vallivana es exhibida por las calles de Morella. Los enfermos ven recuperadas sus fuerzas y se sienten reconfortados. Otros, recobran la salud y pueden seguir la procesión hasta la Iglesia Arciprestal.


A principios de 1673, el contagio de peste remite desapareciendo por completo. Es entonces, cuando el 17 de enero, fiesta de los labradores, los morellanos deciden celebrar perpetuamente un novenario a Nuestra Señora de Vallivana en acción de gracias: (La Justicia, Jurados y Consejo de Morella, tienen a bien dar gracias a la Emperatriz de todas las criaturas y Señora nuestra la Virgen de Vallivana, ahora y en todo tiempo, en un novenario de seis en seis años, por el beneficio de la salud alcanzada en el año pasado).
Con este voto acababa de nacer El Sexenni de Morella. Más de 325 años después, los morellanos, fieles a la promesa hecha a su patrona, regresan para emprender un nuevo ciclo sexenal y a hacer todos los preparativos que empezaran en agosto de 2012, con la celebración, una vez más desde 1678, del 53 Sexenni.