Entrevista con Vannevar Bush

por Rocío Vidal


De niño, Bush estaba a menudo enfermo por lo que permanecía largos periodos de tiempo postrado en cama. En la escuela demostró una gran aptitud para la matemáticas.
En 1919, se une al Departamento de Ingeniería Electrica del MIT, donde ejerció la docencia durante 12 años (en total estuvo 25 años como docente). Trabajó en tareas como la fabricación de dispositivos ópticos y de composición fotográfica, de sistemas de almacenamiento y recuperación de microfilms.
En la década de 1930 construyó la primera computadora analógica a la que llamó analizador diferencial. Se diferenciaba de las digitales en que representan los números mediante tensiones eléctricas de voltaje variable, y servía para realizar automáticamente algunas de las operaciones elementales.
En 1941 fue nombrado, por el presidente de EE.UU., director de la Office of Scientific Research and Development, siendo jefe de una comunidad de científicos encargados de la creación de la bomba atómica en los albores de la Segunda Guerra Mundial.
En 1945 publica un artículo llamado «Cómo podríamos pensar» "As we may think", en la revista Atlantic Monthly, donde describió, principalmente, la llegada de dos dispositivos.
En primer lugar, una máquina pensante que fuese capaz de realizar ciertos cálculos; tarea que actualmente es desarrollada por sencillas calculadoras. En segundo lugar, una máquina que funcionaba mediante el dictado y que era capaz de almacenar la información de voz para representarla de forma escrita. Hoy en día hay software capaz de realizar esto, aunque pueda conseguirse un grado de precisión mayor.
El último de sus logros, y el que más influyó en la visión del hipertexto y de la Internet para etapas posteriores, fue sin duda el Memex, un dispositivo mecánico de almacenamiento de libros, grabaciones y comunicaciones, de búsqueda muy sencilla, rápida y no lineal; el Memex nunca se desarrolló, pero inspiró el trabajo de sus sucesores Douglas Engelbart, Ted Nelson y, más adelante, Tim Berners Lee.

http://es.wikipedia.org/wiki/Vannevar_Bush


R.V.:

¿Cuáles han sido los beneficios que el ser humano ha extraído del uso de la ciencia y de los instrumentos que su investigación ha dado como fruto?

V.B.:

En primer lugar, han aumentado su control sobre el entorno material. Han mejorado su comida, su vestido y su vivienda, además de aumentar su seguridad y liberarlo, al menos en parte, de las ataduras de la existencia primitiva. Asimismo, le han proporcionado un creciente conocimiento de sus propios procesos biológicos, de modo que lo han ido liberando progresivamente de la enfermedad y han aumentado su esperanza de vida. Al mismo tiempo, han arrojado luz sobre las interacciones de sus funciones psíquicas y fisiológicas, otorgándole la promesa de una mayor salud mental.

R.V.:

¿Qué puede decirnos acerca de la evolución de la fotografía?

V.B.:

Ciertamente, el progreso en el campo de la fotografía no va a detenerse. Es ya inminente la aparición de nuevas lentes y de materiales más rápidos, de cámaras más automáticas y de películas de grano más fino, que contribuirán a la expansión de la idea de la minicámara. Proyectemos a continuación esta tendencia en el futuro, hacia un resultado si no inevitable al menos lógico. La cámara fotográfica del futuro contendrá, en su parte frontal, un saliente de un tamaño ligeramente mayor al de una nuez. Tomará fotografías de tres milímetros cuadrados de superficie, que posteriormente deberán ser proyectadas o ampliadas, algo que conlleva, en definitiva, una reducción de tamaño a una décima parte con respecto a lo que existe en la actualidad.

R.V.:

En su opinión la forma de escribir también cambiará en el futuro. ¿De qué manera?

V.B.:

En la actualidad, para introducir un registro en el archivo utilizamos el método de ejercer presión con un lápiz o el de pulsar las teclas de una máquina de escribir. Posteriormente, se da un proceso de compilación y corrección, seguido de un intrincado proceso de composición tipográfica, impresión y distribución. Respecto al primer estadio del procedimiento, podemos preguntarnos “¿dejará el autor del futuro de escribir a mano o a máquina para hablar directamente con el archivo?”. En la actualidad lo puede hacer de manera indirecta, hablando a una estenógrafa o a un cilindro de cera o cerámica, pero se encuentran presentes todos los elementos para, si así lo desea, conseguir que sus palabras habladas den como resultado directo un archivo mecanografiado. Todo lo que necesita es utilizar los mecanismos ya existentes y alterar su lenguaje.


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