2.Real Chancillería
3.Iglesia de Santa Ana
4.Monumento a las capitulaciones
5.Madraza o Universidad Árabe
6.Capilla Real
7.La Catedral
8.Alcaicería
9.El Ayuntamiento
Ciudad Baja
El recorrido que se sugiere constituye el núcleo básico de la ciudad. Fue en principio el centro de la urbe musulmana y posteriormente de la cristiana.
Aquí se concentran los principales monumentos que surgieron tras la ocupación cristiana del año 1492. Éstos sustituyeron a los edificios musulmanes anteriores, que fueron destruidos o transformados.
Perduran en esta zona restos árabes -como la Alcaicería o la Universidad árabe o Madraza-; pero otros edificios desaparecieron, al construirse sobre ellos las nuevas edificaciones cristianas, como es el caso de la Catedral o la Capilla Real , que ocupan la zona de la antigua Mezquita mayor.
Hay que señalar, por otra parte, que tanto los alrededores de la Alcaicería como de la Plaza de Bibarrambla son un importante centro comercial de la ciudad, en donde el visitante encontrará tiendas de recuerdos, bares y restaurantes.
En torno a esta plaza la visita a estos lugares puede desarollarse con serenidad en una mañana, porque, aunque de una gran concentración monumental, es geográficamente reducida.
En la Plaza Nueva, se encuentra una primera zona artística en torno a la Real Cancillería . Junto a ella, se halla la bella Iglesia de Santa Ana y el comienzo de la típica carrera del Darro.
Real Chancillería
La Chancillería, Audiencia o Tribunal Superior de Justicia, según la época, es un edificio levantado en el siglo XVI.
Lo conforma un patio central con arcada y vestíbulo. El patio, diseñado por Diego de Siloé, tiene una planta baja con columnas dóricas que sostienen arcos de medio punto con medallones y hojas. Sobre esta arcada, hay otro piso superior con baranda de piedra y columnas clásicas de estilo jónico.
La fachada, de estilo severo y escasa armonía, tiene una enorme variedad de elementos decorativos de gran dinamismo, característicos del barroco que apuntaba ya en este período; ofrece también elementos renacentistas claros, como el almohadillado o los frontones triangulares. Por ello, constituye un edifico de transición entre el renacimiento y el Barroco. La Plaza donde se sitúa es una zona muy transformada tras la conquista cristiana.
Iglesia de Santa Ana
Frente a la chancillería y la plaza de Santa Ana, está la iglesia de este nombre. Es una pequeña iglesia diseñada por Diego de Silo. Presenta una sencilla portada con un arco semicircular, diversos nichos con imágenes y un medallón con la Virgen y el niño. La torre de ladrillo tiene balcones -el superior, partido- con arcos decorados con azulejos.
El interior presenta cinco capillas a cada lado cubiertas con techo de artesonado mudéjar. La capilla mayor tiene una bella armadura de lazo. Conserva importantes obras escultóricas de los siglos XVI y XVII, entre las que destacan algunas de José de Mora y Risueño.
En el exterior, junto a la iglesia, el bello Pilar del Toro, obra de Diego de Siloé, decora la plaza, anteriormente separada de la plaza Nueva por un puente.
Monumento a las Capitulaciones
Prosigue el recorrido por la calle Reyes Católicos, que desemboca en la plaza de Isabel la Católica, lugar donde se encuentra el Monumento a las Capitulaciones. Es obra del escultor del siglo XIX, Mariano Benlliure. Sobre un alto pedestal, con inscripciones históricas alusivas, se sitúan las figuras de Colón y de la reina Isabel en el momento en que el descubridor presenta a ésta sus proyectos.
Por la Gran Vía, que está situada frente al monumento, se accede a la calle Oficios, en la que destacan la Madraza y la Capilla Real.
Madraza o Universidad Arabe
Situada frente a la Capilla Real, fue fundada por el rey Yusuf en el siglo XVI, a pesar de su fachada barroca del siglo XVIII. Ha sufrido grandes transformaciones tras la conquista, pues fue cabildo o ayuntamiento.
El patio tiene una bella arquería y en el piso superior destaca la sala de Caballeros, del siglo XVI, ricamente decorada en estilo plateresco con los colores emblemáticos de Granada: el rojo y el verde.
Capilla Real
La capilla fue mandada construir por los reyes católicos para su enterramiento. Junto a ellos, fueron sepultados por voluntad del emperador Carlos V, los reyes de Castilla Felipe y Juana.
Se encargó la realización a Enrique Egas, que ya había colaborado en los proyectos de la catedral. Su arquitecto ofrece un gótico final, combinado con elementos renacentistas. En el conjunto destaca la profusión de su decoración heráldica, con escudos de los Reyes Católicos, el emblema real del yugo y las flechas y las iniciales Fe Y.
Los muros exteriores, sujetos por contrafuertes, están coronados con balaustrada, gárgolas y pináculos empleados para el desagüe en los aleros.
La portada -que no es la principal, ya que esta queda integrada en la catedral- es de estilo plateresco, con arco semicircular, pilastras con relieves y frontón con figuras religiosas.
El acceso a la capilla se realiza a través de la antigua Lonja de los mercaderes. Ésta es de planta rectangular, con columnas decoradas con cordones y capiteles góticos, sobre los que destacan arcos de medio punto. La planta superior tiene balconada gótica.
El interior de la Capilla Real presenta una planta de cruz latina, en la que haces de columnas sostienen unas bóvedas ojivales nervadas. Una franja azul con inscripción, rodea toda la capilla y ventanas acristaladas la iluminan. Las paredes están decoradas con escudos de los Reyes Católicos y con el emblema del yugo y las flechas.
El crucero de la capilla se cierra con una espléndida reja dorada y pilicromada, por la que se accede a la zona de los sepulcros reales.
El Sepulcro de los Reyes Católicos es obra del toscano9 Domenico Fancelli, hecho en Génova sobre mármol de Carrara. Presenta forma de tronco piramidal con relieves de los apóstoles y medallones con el Bautismo, la Resurrección, Santiago y San Jorge. Escudos reales, ángeles y una inscripción alusiva sirven de reposo a las esculturas de los cuerpos reales, ricamente ataviados.
El sepulcro del rey Felipe y de doña Juana es obra del español Bartolomé Ordoñez. Está construido sobre una base vertical, en la que descansa un sarcófago exento. Éste se encuentra apoyado en diversas figuras de animales y medallones de tema religioso, (Nacimiento, Adoración de los Reyes, Oración n el huerto y el Descendimiento).
Se remata con una cartela en la que figura una inscripción. Sobre este conjunto descansan las esculturas mortuorias, protegidas por dos leones que se encuentran a sus pies.
Bajo los sepulcros, se halla la Cripta con los ataúdes reales y el del pequeño príncipe Miguel.
El retablo del altar mayor, obra de Felipe Vigarny, es voluminoso, con grandes imágenes de gran naturalismo, y detalles góticos. A ambos lados del altar destacan las esculturas de Fernando e Isabel, obra atribuida a Diego de Siloé.
Por el lado derecho del crucero, se accede a la sacristía, hoy Museo y Tesoro de la Capilla. En él se puede contemplar las coronas reales, el cetro y la espada del rey Fernando, diversas tablas góticas y flamencas, viejos estandartes y vestimentas religiosas de gran valor.
Al otro extremo del crucero, en unos pequeños altares, se contemplan bellas pinturas flamencas, entre las que sobresale el tríptico de El Descendimiento, obra de Dierick Bouts.
La Catedral
Se vuelve a la Gran Vía para acceder a la Catedral. Su interior produce una fuerte impresión. Una planta gótica de cinco naves, con diversas capillas laterales y una doble cabecera o girola, acoge, según proyecto de Diego de Siloé, una estructura renacentista, en la que se aprecian con claridad elementos góticos.
Llama poderosamente la atención la gran altura de las naves, conseguida por el empleo de pedestales sobre los que se apoyan haces de columnas partidas, con capiteles clásicos, y entablamento superior, coronado todo ello por bóvedas ojivales de fuertes nervaduras y vidrieras con temas religiosos, algunas de ellas de factura flamenca, que iluminan el interior.
La Capilla Mayor, destaca por su dorada belleza. Diego de Siloé alcanza en esta obra casi la perfección. El arco de acceso a toral, se estrecha en su centro para adaptarse a la enorme bóveda circular que soporta.
A los lados de este arco se encuentra situadas las estatuas orantes de los Reyes Católicos y, sobre ellas, los bustos de Adán y Eva.
Se aprecia el estilo del Renacimiento de esta Capilla Mayor en el uso de columnas corintias y entablamento con relieves. Las columnas presentan sobre repisas adosadas, esculturas de los doce apóstoles y otros santos.
Completan este conjunto balconcillos corridos. El cuerpo superior presenta columnas corintias más finas, sobre pedestales decorados con pinturas; entre éstas hay retablos de piedra de color dorado que acogen siete grandes cuadros del maestro Alonso Cano y narra la vida de la Virgen.
Iluminan la capilla grandes vitrinas flamencas del siglo XVI. Además se conserva un coro del siglo XVII, que ocupó originariamente el centro de la nave principal. De las capillas laterales, de variado interés, destacan la de la Virgen de la Angustias y la de Santiago, con esculturas de Mena, Cano y Hurtado Izquierdo.
De vuelta a la Gran Vía, rodeamos la Catedral por su cabecera a través del pasaje de Diego de Siloé, para contemplar sus portadas exteriores.
La puerta del Colegio o del Ecce Homo data de 1530. Es adintelada, con decoración de bichas y candelabros y un medallón central, obra de Siloé, con un relieve del Ecce Homo.
En la calle de la Cárcel se halla la Portada del Perdón, la más rica y decorada de todas, obra de Diego de Siloé.
Sobre un arco de medio punto figuran las esculturas de la Fe y de la Justicia, sosteniendo una inscripción alusiva al rey Fernando y la conquista de la ciudad. En sus laterales se hallan dos grandes escudos, de los Reyes Católicos uno y de Carlos V el otro. El cuerpo superior es más tardío y de mayor sencillez. Sin embargo, el conjunto ofrece una riqueza, resultado de la combinación de elementos renacentistas y platerescos.
La siguiente es la Portada de San Jerónimo , obra también de Siloé. Es de estilo renacentista, con elementos platerescos.
La fachada principal de la Catedral, se levanta imponente en la plaza de las Pasiegas, con una gran simplicidad. Sus puertas están enmarcadas por grandes contrafuertes. Sobre la principal figura un gran relieve circular dedicado a la Encarnación, y a sus lados, las esculturas de San Pedro y San Pablo.
Las pilastras están decoradas con relieves de temas religiosos, y sobre las puertas laterales aparecen otros relieves con la Visitación y la Encarnación. El segundo cuerpo de la fachada está ocupado por claraboyas -estrellada, la central, y circulares, las laterales.
En la cornisa que separa ambos cuerpos figuran esculturas de los evangelistas, Los escultores Duque Cornejo y los hermanos Verdiguier trabajaron en esta fachada. El proyecto preveía, a ambos lados de la misma, la construcción de dos torres de gran altitud, pero sólo se realizó la torre de la izquierda, que ha quedado inacabada.
Alcaicería
A la plaza de Alonso Cano se abre la Alcaicería, zona turística y comercial, resto de la antigua alcaicería musulmana. Ésta formaba un barrio cerrado sobre sí mismo. Famoso en todo el reino por sus tejidos de seda y terciopelo. Mantiene, a pesar de sus restauraciones, el carácter musulmán de sus orígenes.
El Ayuntamiento
Desde aquí se accede a la plaza del Carmen por la calle del príncipe. En ella se ubica el Ayuntamiento, construido sobre los restos del antiguo convento del Carmen, del que sólo se conserva el patio central.