nuca chica Opinión

por ANNA ARAGÓ

Si preguntásemos a la mayoría de los universitarios si invierten más tiempo tomando cervezas con los amigos o leyendo algún libro que les apasione, todos suponemos la respuesta. Esta sería, y con risas incluidas, en el bar. Aunque nos resulte contradictorio, aquellos que están dedicando su juventud a formarse no aprecian tanto la lectura como deberían. Pero este hecho tiene razones justificadas. Porque si cursas unos estudios te obligan a leer aquello que consideren necesario para tu formación, pero que, en su mayoría, no se corresponde con aquello que leerías por iniciativa propia. Como decía Jorge Luís Borges cuando era profesor “no lean por obligación, la lectura es un placer, como el amor o el sexo y hacer sexo o amor por obligación es prostituirse, leer por obligación es prostituirse.” Esto te quita tiempo para leer aquello que te interese, entonces cuando tienes tiempo libre ya no lo dedicas a leer (para qué, lo haces en el día a día en clase), y es preferible dedicarte a otras aficiones. De esta manera se llega a considerar le lectura como una pérdida de tiempo que impide disfrutar de la vida. “La lectura (…) es buena cuando tus amigos leen, como pasaba en nuestra época. Ahora es un síntoma jodido.” (Juan José Millás, Clandestinos, artículo publicado en El País, 14 octubre 2005). Como bien ejemplifica Millás en su artículo, si dedicas más horas a leer que a divertirte significa que no tienes vida social. Sin embargo, me atrevería a decir que sí existe una relación de respeto-admiración hacia los libros, en el sentido de que son los medios por los cuales aprendes y progresas en la vida. Te abren puertas para conseguir el trabajo que deseas, los conocimientos que requieres, incluso te sirven para crecer a nivel personal. Los tiempos cambian, y las tecnologías también, en muchas ocasiones no se tienen en cuenta la lectura que se hace a través de la red. Por ejemplo, a los periódicos y revistas digitales, fragmentos de obras accesibles en red, etc. Pese a todo, en el sistema educativo español se lee poco y mal. Poco referido a aquellas lecturas dirigidas a determinadas noticias de interés o libros que se ponen de moda, sobretodo si aluden a películas cinematográficas. Y mal, cuando se lee por obligación, a desgana y sin entender realmente el mensaje de las palabras. La cuestión es si la lectura es sólo para los frikis habrá que buscar una alternativa, alguna manera de motivar e incentivar esta actividad. Se han hecho campañas publicitarias dirigidas a los niños, a los jóvenes… pero ¿quien se preocupa por un enorme público semianalfabeto cuyo único interés es trabajar para pagar los recibos? Considero que existe un gran número de lectores perdidos puesto que ni se plantean el hecho de coger un libro y leerlo. Tal vez porque no se sienten preparados, o porque lo ven innecesario para su día a día, y no llegan a entender la riqueza que les produciría leer en su vida. La escasa promoción de los libros en la sociedad es un factor decisivo. Se promociona música, perfumes, películas, pero no libros. De modo que la gente considera una pérdida de dinero gastárselo en un libro. Leer es una fuente de sabiduría desaprovechada.


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