Caes al agua y empiezas a nadar. Piensas que has tenido suerte porque los piratas no te han visto. Pero a tus espaldas oyes un fuerte tic-tac; miras por encima del hombro y lamentas haberlo hecho porque... ¡te persigue un enorme cocodrilo! Es el mismo que devoró la mano del capitán Garfio. Como también se tragó un reloj despertador, Garfio siempre sabe si la bestia está cerca. Nadas con todas tus fuerzas. - ¡Socorro!- gritas. Los piratas te ven y avisan al capitán Garfio. En lugar de rescatarte, Garfio suelta una carcajada y dice: -¡Una carrera acuática! ¡Qué deporte más divertido! En ese instante cae al agua el pirata que se había asomado por la borda. - ¡Vuelve aquí, Smee! – grita el capitán Garfio a su segundo oficial-. No te he dado permiso para bañarte. Ya es demasiado tarde. ¡El cocodrilo ve a Smee! No sabe cuál de los dos será más sabroso, si Smee o tú. Aún te queda una oportunidad. - ¡Ay, por favor!- imploras-. ¡Que persiga a Smee y no se meta contigo! FIN