Luego dicen de la bruja de Blancanieves o de Hansel y Gretel… pero mi madre no se quedaba demasiado atrás…

 

        Me acuerdo una vez que me regaló una bicicleta nueva. Os parecerá algo bonito y cariñoso, ¿verdad? Pues a mi adorable madre se le ocurrió poner una especie de pequeños punzones en los frenos. Estaban tan bien camuflados que apenas me di cuenta…hasta que tuve que frenar. Imaginaos como acabé: arañazos, una pierna rota, un chichón que parecía una segunda cabeza… ¿Y qué creéis que me dijo?:

 

“Vaya, ¿te has hecho daño? Eso te pasa por ir sin cuidado”

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