Entrevista con Vannevar Bush

por Marta Alacreu Garrigues


M.A.:

¿ Cómo son los métodos para transmitir los resultados de las investigaciones ?

V.B.:

Profesionalmente, nuestros métodos para transmitir y revisar los resultados de las investigaciones tienen varias generaciones de antigüedad y, en la actualidad, han dejado de resultar adecuados a la finalidad que persiguen. Si el tiempo adicional dedicado a escribir obras científicas y el dedicado a leer las que han escrito los demás pudiese ser cuantificado, la proporción entre ambos resultaría sorprendente. Todos aquellos que intenten mantenerse al día del pensamiento actual por medio de la lectura continua y detallada, incluso restringiendo su elección a campos muy concretos del conocimiento podrían llegar a sentirse profundamente desanimados si se les demostrase, mediante cálculos, qué parte del esfuerzo realizado durante los meses anteriores ya habrían tenido a su disposición. Sin ir más lejos, las leyes de la genética que Mendel formulara se perdieron durante toda una generación debido a que no llegaron a oídas de aquellos científicos capaces de llegar a comprenderlas y difundirlas. Y este tipo de catástrofe continúa repitiéndose en nuestros días y entre nosotros: logros verdaderamente significativos se pierden entre el maremágnum de lo carente de interés.

M.A.:

¿ Hay posibilidades de que se expanda el progreso en el campo de la fotografia ?

V.B.:

Ciertamente, el progreso en el campo de la fotografía no va a detenerse. Es ya inminente la aparición de nuevas lentes y de materiales más rápidos, de cámaras más automáticas y de películas de grano más fino, que contribuirán a la expansión de la idea de la minicámara. Proyectemos a continuación esta tendencia en el futuro, hacia un resultado si no inevitable al menos lógico. La cámara fotográfica del futuro contendrá, en su parte frontal, un saliente de un tamaño ligeramente mayor al de una nuez. Tomará fotografías de tres milímetros cuadrados de superficie, que posteriormente deberán ser proyectadas o ampliadas, algo que conlleva, en definitiva, una reducción de tamaño a una décima parte con respecto a lo que existe en la actualidad. Las lentes serán de foco universal y funcionarán a cualquier distancia a la que se pueda acomodar el ojo humano sin ayuda alguna debido, sencillamente, a su corta distancia focal. La cámara fotográfica dispondrá, asimismo, de una célula fotoeléctrica en el saliente de tamaño ligeramente mayor que un una nuez al que nos hemos referido más arriba, similar a la que posee al menos una de las cámaras existentes en la actualidad. Esta célula fotoeléctrica tendría como misión ajustar automáticamente la exposición a una amplia variedad de niveles de iluminación. La película fotográfica tendrá capacidad para unas cien exposiciones, y el dispositivo para operar el disparador y desplazar la película en el interior de la cámara quedaría correctamente situado de una vez por todas en el momento mismo de introducir la película. Ésta producirá sus resultados, sin duda alguna, en color, y es posible que la cámara incluso sea estereoscópica, de modo que registre las imágenes por medio de dos lentes separadas entre sí a una cierta distancia, como si fuesen ojos de cristal, pues no debemos olvidar que las mejoras en las técnicas estereoscópicas están a la vuelta de la esquina.

M.A.:

¿ Qué es el memex ?

V.B.:

El memex consiste en un escritorio que, si bien puede ser manejado a distancia, constituye primariamente el lugar de trabajo de la persona que accede a él. En su plano superior hay varias pantallas translúcidas inclinadas –visores– sobre las cuales se puede proyectar el material para ser consultado. También dispone de un teclado y de un conjunto de botones y palancas. Por lo demás, su aspecto se asemeja al de cualquier otra mesa de despacho. En uno de sus extremos se encuentra almacenado el material de consulta. La cuestión del volumen de éste queda solucionada por el uso de un tipo de microfilm similar al actual pero sobre el que se han introducido ciertas mejoras, por lo que únicamente una pequeña parte del memex se utiliza como almacén de material, el resto se dedica al mecanismo. Incluso si el usuario fuese capaz de introducir en él 5.000 hojas de material al día, necesitaría cientos de años para rellenar por completo la zona destinada al almacenaje. Así que el usuario dispone de total libertad para derrochar espacio e introducir en el memex todo el material que desee. La mayor parte de los contenidos del memex se adquieren en forma de microfilm listo para ser almacenado en su interior. Libros de todo tipo, imágenes, publicaciones periódicas y diarios se pueden ir introduciendo cuando se desee. Del mismo modo, se puede introducir en él correspondencia comercial u otra información de manera directa. Efectivamente, en el plano superior del aparato hay una superficie transparente sobre la que se pueden colocar notas confeccionadas a mano, fotografías, memorándums y todo tipo de material informativo. Cuando cada una de ellas se encuentra situada en el lugar apropiado, la manipulación de una de las palancas hace que sea fotografiada en la sección vacía de microfilm más próxima, por medio de la técnica de la fotografía seca.


TIME Magazine
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