ACTIVIDAD PRODUCTIVA

La agricultura era la principal actividad productiva de los íberos, complementada con la ganadería. Poseían un variado instrumental agrícola de hierro, muy semejante al utilizado hasta nuestros días, compuesto por rejas de arado y arrejadas hoces, podones, layas, alcotanas, etc... que nos hablan, junto con los restos carbonizados de semillas, de la importancia del cultivo de secano. La introducción del arado de timón, tirado por bueyes permitía cultivar en extensión tierras antes improductivas. Así, a los pies del poblado se extendían los campos de cereales, de viñedos y de olivos, mientras que junto a los cursos de agua, en zonas bien irrigadas, se cultivaban leguminosas y se plantaban árboles frutales.
Los animales domésticos comprendían rebaños de ovejas y cabras fundamentales para el aprovisionamiento de carne y leche, pero también de pieles y lana. No hay que olvidar la importancia del consumo del cerdo y del ganado vacuno. El buey era muy apreciado como fuerza de tiro, el burro como animal de carga, mientras que el caballo era considerado como un animal noble de monta. La caza fue también un recurso económico significativo, en especial el ciervo y el conejo, así como el aprovechamiento de frutos silvestres.