La Bastida de les Alcusses fue en el siglo IV a.C. una de las ciudades más importantes del norte de la región de la Contestania ibérica. Sin embargo, su existencia fue efímera, tan sólo cien años, en el momento de máximo apogeo de la cultura ibérica, aunque las causas de su destrucción y abandono hacia el 325 a.C. aun se desconocen.
En las excavaciones realizadas por el Servicio de Investigación prehistórica de la Diputación de Valencia entre 1928 y 1931 se obtuvieron hallazgos de gran magnitud como son, a parte de la estructura de la ciudad, figurillas como la del Guerrero de Mogente, una lámina de plomo con escritura ibérica, así como piezas de hierro y cerámica que hicieron que el yacimiento fuera declarado Monumento Histórico-Artístico en 1931.
Las excavaciones, en la actualidad, han sido retomadas, para mostrar la importancia de este patrimonio y tratar de arrojar luz hacia el conocimiento de la existencia de nuestros antepasados íberos.