La familia Borja, que es la que ha motivado esta ruta destaca por haber tenido
personajes que alcanzaron unos cargos eclesiásticos importantísimos. Cabe
destacar los papas Borja, Calixto III y Alejandro VI. Así también como San
Francisco de Borja, protagonista indiscutible en la historia de Gandía.
Otros dos integrantes de la familia que
también ocuparan nuestro itinerario son Lucrecia de Borja y Cesar Borja, hijos
del papa Alejandro VI. De la primera es remarcable su gran belleza, la cual su
padre aprovechó para pactar alianzas matrimoniales y así ir acumulando poder en
distintas zonas. Del segundo recordaremos que obtuvo importantes cargos
otorgados por su padre y que logró crear un ejército perfecto.
--> Familiares:
Alfonso de Borja, Papa Calixto III (1378-1485)
Nació en la Torre de Canals. Comenzó su carrera intelectual y eclesiástica en la Universidad de Lleida y
estudio las primeras letras latinas en Xàtiva.
El encuentro que tuvo con Alfonso V de Aragón, el Magnánimo fue decisivo, el cual
lo hico consejero y diplomático de la corona. Este Papa español (1455-58)
alcanzó además otros importantes cargos eclesiásticos ya que fue obispo de
Valencia y cardenal llevando acabo grandes acciones durante su pontificado que
lo hicieron famoso por su diplomacia y su buen hacer negociando. Cabe destacar
su intervención para hacer frente a la invasión turca y derrotar a las tropas
otomanas y la rehabilitación de la memoria de Juana de Arco mediante un nuevo
proceso en el cual la canonizó.
Otro aspecto a remarcar de Calixto III fue el nepotismo exagerado que lo caracterizó
debido a que concedió muchos cargos y privilegios a los miembros de su familia,
en especial a su sobrino Rodrigo de Borja.
Rodrigo de Borja, Papa Alejandro VI
Llegó a ser cardenal, notario apostólico, vicecanciller de la iglesia romana y
comandante supremo de los ejércitos pontificios, cargos que le otorgó Calixto III.
Nació en Subiaco, cerca de Roma y ya desde muy pequeño estuvo separado de su madre Vanozza, la cual se desprendió de
él en beneficio de una vida y una educación adecuadas a su rango.
Es sin duda el miembro femenino más conocido de esta familia. Sus encantos y gran
belleza fueron virtudes que su padre Alejandro VI y su hermano César supieron
aprovechar bien ya que veían en ella una valiosa pieza con la pactar alianzas
matrimoniales y así seguir con su política acumuladora de poder.
El segundo matrimonio de Lucrecia con Alfonso de Aragón la colmó de felicidad ya
que esta vez se casaba realmente enamorada. Fruto de este amor nació un niño que
llevará el mismo nombre que su abuelo, Rodrigo. Pero esta dicha no le durará
mucho a la hermosa Lucrecia pues su marido será asesinado en su propia
habitación, seguramente a manos de César, hermano de ella. Este trágico hecho
dará como resultado a una joven viuda desconsolada, pero que se verá obligada
otra vez por intereses familiares a contraer terceras nupcias con el heredero de
Hércules de Ferrara.
Nació en Gandía el 28 de octubre de 1510, aunque a los 10 años de edad tuvo que salir
huyendo de los “agermanats” y no volvió hasta 1543 cuando murió su padre para
tomar posesión como nuevo duque.
Fue un hombre que estuvo relacionado con varias mujeres y un padre siempre
preocupado por la posición social de sus hijos, fruto de esas relaciones.
Durante la época dorada de os Borja adquirió para sus hijos el ducado de Gandía
y las baronías de Llombai, Xella y Torís. Al mismo tiempo compró muchos de los
pequeños señoríos de la Safor volviendo a dar unidad a Gandía. Sucesivamente
incorporó a este ducado Bellreguard, las alquerías de Balaguer y Carbonell,
Xeresa y Alcodar, Almoines y El Real.
De entre las mujeres con las cuales estuvo relacionado cabe destacar a Vanozza
con la que tuvo a César y Lucrecia, otros de los Borja que trataremos.
Fue estudiante en las universidades de Perusa y de Pisa y con sólo nueve años fue nombrado tesorero de la Catedral
de Mallorca, además de ser nombrado por Alejandro VI Generalísimo de fuerzas
pontífices.
En Roma se consagró a trabajar seriamente en tareas políticas para el buen gobierno de las ciudades, los
castillos, los territorios de la Romania, trabajos militares hasta lograr
conseguir un ejército modelo. Pero todos estos triunfos se verán untando
ensombrecidos con la sospecha de que este duque pudo haber sido el culpable del
asesinato del segundo marido de su hermana Lucrecia.
A muy temprana edad Lucrecia contrajo sus primeras nupcias con Giovanni Sforza, pero
el matrimonio fue anulado cinco años después debido a que el esposado sólo
quería la dote de la joven y también a que esta unión nunca se consumó.
Lucrecia, la que fuera durante un tiempo duquesa de Ferrara y gobernadora de Spoleto morirá tan sólo a los 39 años dejando como recuerdo su inmensa belleza fuente de inspiración de poetas y numerosos artistas.
Era aficionado a la caza, la música y a la buena mesa pero cuando entró en contacto
con la Orden de los Franciscanos su vida cambió por completo y se dedicó por
entero a la oración, aunque no por ello olvidó sus prioridades en Gandía. Se
casó con Leonor de Castro, dama de la emperatriz Isabel, con la que tuvo ocho
hijos.
En relación con la religión realizó obras tan importantes como el Convento de los
Dominicos en LLombai, donde le otorgaron el título de Marqués de Llombai. Este
título se lo otorgó el emperador Carlos V en el año 1529, cuando D. Francisco se
casó.
Finalmente moría en Roma a los 62 años de edad y sus restos serán depositados en
la iglesia madrileña de los Jesuitas. Años más tarde en 1624 fue beatificado por
Urbano VIII y en 1671 lo hizo santo Clemente XI.