LOS INICIOS DE LA CIENCIA-FICCIÓN

                  

JULES VERNES Y H.G.WELLS

 

Dentro de toda esta literatura que constituiría algo así como la edad de piedra de lo que consideramos que es la ciencia-ficción, aparece en Francia una primera excepción digna de ser reseñada con todas las matizaciones que sean precisas. Esta excepción se llama Jules Verne.

Nacido en Nantes en 1828 y muerto en los primeros años de nuestro siglo (1905), Verne obtuvo a los 36 años de edad y con la publicación de Cinco semanas en globo un éxito que compensó ampliamente sus anteriores fracasos como autor teatral. A partir de entonces se consagra a la novela de aventuras convirtiéndose en uno de los escritores más populares de su época. Novelas como Viaje al centro de la tierra, Veinte míl leguas de viaje submarino o La isla misteriosa se reeditan hoy en todo el mundo, habiendo alcanzado también un gran éxito sus versiones cinematográficas. Además Jules Verne, que durante tiempo fue considerado un escritor para niños, ha calado en los últimos años en un tipo de lector maduro que ha sabido encontrar en el alto valor simbólico de sus personajes un reflejo de sus propias fantasías.

El término ciencia-ficción, traducción del Science-fiction bajo el que circula este género en el mundo anglosajón, no comenzó a usarse hasta el año 1927. Y no conviene aplicarlo todavía a la narrativa de Verne por cuanto Verne no escribió cíencia-ficcíon, sino novela científica.

Con este término designaremos a aquella clase de narrativa en cuya trama argumental, y como elemento esencial de la misma, aparezcan descubrimientos científicos, imaginarios o reales, en torno a los cuales gire la acción de la novela. En Verne se dan estas condiciones y, si bien los adelantos científicos que muestra aparecen en su época como posibles, la crítica que de él se hace desde el mundo de la ciencia-ficción es que no profundiza bastante en la problemática social que generarían tales adelantos.

Que Verne sea o no un precursor de la ciencia-ficción es algo que se ha discutido con frecuencia. Desde nuestro punto de vista, no hay ninguna duda de que es así, y no sólo por el hecho de que en sus novelas combina sabiamente las aventuras con elementos científicos imaginarios, sino también porque en su obra se dan de forma más o menos explícita reflexiones que atañen al porvenir de la ciencia y del hombre en un mundo dominado por ella.

Tras esta primera excepción de novela científica de calidad, aparece de nuevo en Europa (en Inglaterra esta vez) un segundo foco de irradiación en la figura del escritor Herbert George Wells (1866-1946), cronológicamente posterior a Jules Verne.

La formación de este escritor, de cuya biografía nos ocuparemos más extensamente en el apéndice de esta obra, eminentemente científica. Había estudiado ciencias tales (con Huxley) en la universidad de Londres y llegó a publicar un manual de biología.

No hay duda de que esta base científica influyó notablemente en su actividad como escritor de anticipación, Sus novelas La máquina del tiempo, El hombre invisible y La guerra de los mundos obtuvieron pronto un éxito notable, siendo inevitablemente comparadas con las de Verne no ya por la asociación temática, sino sobre todo por la minuciosa elaboración y el cuidado formal común en la obra de ambos escritores.

Pero es preciso hacer notar que Wells, aparte de poseer bagaje científico considerable, es un autor muy politizado, que observa con cierta distancia crítica los adelantos de sociedad industrial. La combinación de ambas tendencias darán lugar a un tipo de escritura más «realista» que la de Verne y en la que subyace siempre un cierto pesimismo sobre  el futuro de la humanidad. Este pesimismo habría de aumentar con el inicio de la segunda guerra mundial, marcado por los primeros descubrimientos de la era atómica.

La discusión sobre si Wells es un precursor o no de la novela de ciencia-ficción se ha desarrollado en semejantes términos a la sostenida a propósito de Verne. Desde nuestro punto de vista no hay ninguna duda de que se trata de un escritor de novela científica de anticipación, y en ese sentido, aunque también por las connotaciones ideológicas presentes en su obra, nos parece el inmediato precursor del género que en esta introducción analizamos.

 

© Grupo Anaya,S.A.,1982
    Juan José Millás