JORGE LUIS BORGES

 

Por aquel entonces escribía Borges su Historia Universal de la Infamia. Había recogido información valiosísima de muchos lugares, sabía que iba a ser un éxito. Sin embargo, sentía que le faltaba algo, algo inesperado pero determinante y no sabía dónde, cómo ni cuando lo encontraría. Decidió deambular por caminos que se bifurcaban, conectando unos con otros, en un interminable laberinto casi místico con el ánimo de encontrar aquéllo. Por una casualidad remota, un camino le llevó a la Mancha, a beber vino a una venta sórdida y sucia.

 

Dormitaba en un rincón hasta que escuchó la historieta del ventero. En ese momento, no supo exactamente qué vínculo le unía a aquel Don Quijote,  pero lo que sí sabía es que éste debía protagonizar uno de los capítulos de La Historia Universal de la Infamia.  Pegó dos grandes sorbos de vino y voló, conectando pasos e intuición, hasta donde Don Quijote y Sancho se encontraban.

 

Donde se cuenta cómo Jorge Luis Borges entró en la venta y fue testigo de la locura de Don Quijote