Anorexia
nerviosa
Trastorno caracterizado por la presencia de una pérdida
deliberada de peso, inducida o mantenida por el mismo
enfermo. El trastorno aparece con mayor frecuencia en
muchachas adolescentes y mujeres jóvenes, aunque en
raras ocasiones pueden verse afectados varones
adolescentes y jóvenes, así como niños prepúberes o
mujeres maduras hasta la menopausia. La anorexia
nerviosa constituye un síndrome independiente, en el
siguiente sentido:
a)
Los rasgos clínicos del síndrome son fácilmente
reconocibles, de tal forma que el diagnóstico resulta
fiable con un alto grado de concordancia entre clínicos.
b) Los estudios de seguimiento han demostrado
que, de entre los enfermos que no se recuperan, una
proporción considerable continúa mostrando de manera
crónica las características principales de la anorexia
nerviosa.
A pesar de que las causas fundamentales de la anorexia
nerviosa siguen sin conocerse, hay una evidencia cada
vez mayor de que existen una serie de factores
socioculturales y biológicos que interactúan entre sí
contribuyendo a su presentación, en la que participan
también mecanismos psicológicos menos específicos y una
vulnerabilidad de la personalidad. El trastorno se
acompaña de desnutrición de intensidad variable, de la
que son consecuencia alteraciones endocrinas y
metabólicas, así como una serie de trastornos
funcionales. Aún hay dudas sobre si el trastorno
endocrino característico se debe únicamente a la
desnutrición y al efecto directo del comportamiento que
la ha provocado (por ejemplo, restricciones en la dieta,
ejercicio físico excesivo con alteraciones del
equilibrio metabólico, provocación de vómitos y
utilización de laxantes, con los consiguientes
desequilibrios electrolíticos) o si intervienen otros
factores aún desconocidos.
Pautas para el diagnóstico
Deben estar
presentes todas las alteraciones siguientes:
a)
Pérdida significativa de peso (índice de masa corporal o
de Quetelet1 de menos de 17,5). Los enfermos prepúberes
pueden no experimentar la ganancia de peso propia del
período de crecimiento.
b) La pérdida de peso está originada por el
propio enfermo, a través de: 1) evitación de consumo de
"alimentos que engordan" y por uno o más de uno de los
síntomas siguientes: 2) vómitos autoprovocados, 3)
purgas intestinales autoprovocadas, 4) ejercicio
excesivo y 5) consumo de fármacos anorexígenos o
diuréticos.
c) Distorsión de la imagen corporal que consiste
en una psicopatología específica caracterizada por la
persistencia, con el carácter de idea sobrevalorada
intrusa, de pavor ante la gordura o la flacidez de las
formas corporales, de modo que el enfermo se impone a sí
mismo el permanecer por debajo de un límite máximo de
peso corporal.
d) Trastorno endocrino generalizado que afecta al
eje hipotalámo-hipofisario-gonadal manifestándose en la
mujer como amenorrea y en el varón como una pérdida del
interés y de la potencia sexuales (una excepción
aparente la constituye la persistencia de sangrado
vaginal en mujeres anoréxicas que siguen una terapia
hormonal de sustitución, por lo general con pildoras
contraceptivas). También pueden presentarse
concentraciones altas de hormona del crecimiento y de
cortisol, alteraciones del metabolismo periférico de la
hormona tiroidea y anomalías en la secreción de
insulina.
e) Si el inicio es anterior a la pubertad, se
retrasa la secuencia de las manifestaciones de la
pubertad, o incluso ésta se detiene (cesa el
crecimiento; en las mujeres no se desarrollan las mamas
y hay amenorrea primaria; en los varones persisten los
genitales infantiles). Si se produce una recuperación,
la pubertad suele completarse, pero la menarquia es
tardía.
Anorexia nerviosa atípica
Este término debe ser utilizado para los casos en los
que faltan una o más de las características principales
de la anorexia nerviosa, como amenorrea o pérdida
significativa de peso, pero que por lo demás presentan
un cuadro clínico bastante característico. Este tipo de
enfermos es mas frecuente en psiquiatría de
interconsulta y enlace y en atención primaria. También
pueden incluirse aquí enfermos que tengan todos los
síntomas importantes de la anorexia nerviosa, pero en
grado leve. Este término no debe de utilizarse para
trastornos de la conducta alimentaria que se parecen a
la anorexia nerviosa pero que son debidos a una
etiología somática conocida.
Bulimia
nerviosa
Síndrome caracterizado por episodios repetidos de
ingesta excesiva de alimentos y por una preocupación
exagerada por el control del peso corporal lo que lleva
al enfermo a adoptar medidas extremas para mitigar el
aumento de peso producido por la ingesta de comida. Este
término debería restringirse a las formas del trastorno
que estén relacionadas con la anorexia nerviosa por el
hecho de compartir la misma psicopatología. La
distribución por edades y sexo es similar a la de la
anorexia nerviosa aunque la edad de presentación tiende
a ser ligeramente más tardía. El trastorno puede ser
considerado como una secuela de la anorexia nerviosa
persistente (aunque también puede darse la secuencia
contraria). A primera vista, un enfermo previamente
anoréxico puede parecer que está mejorando a medida que
gana peso e incluso recupera la menstruación si es
mujer, pero entonces surge una forma maligna de
comportamiento caracterizado por sobrealimentación y
vómitos. Los vómitos repetidos pueden dar lugar a
trastornos del equilibrio electrolítico, a
complicaciones somáticas (letanía, crisis comiciales,
arritmias cardíacas o debilidad muscular) y a una mayor
pérdida de peso.
Pautas para el diagnóstico
Deben estar
presentes todas las alteraciones que se refieren a
continuación de modo que constituyen pautas diagnósticas
estrictas. Dentro de cada pauta pueden aceptarse algunas
variaciones, tal y como se indica:
a)
Preocupación continua por la comida, con deseos
irresistibles de comer, de modo que el enfermo termina
por sucumbir a ellos, presentándose episodios de
polifagia durante los cuales consume grandes cantidades
de comida en períodos cortos de tiempo.
b) El enfermo intenta contrarrestar el aumento de
peso así producido mediante uno o más de uno de los
siguientes métodos: vómitos autoprovocados, abuso de
laxantes, períodos intervalares de ayuno, consumo de
fármacos tales como supresores del apetito, extractos
tiroideos o diuréticos. Cuando la bulimia se presenta en
un enfermo diabético, éste puede abandonar su
tratamiento con insulina.
c) La psicopatología consiste en un miedo morboso
a engordar, y el enfermo se fija de forma estricta un
dintel de peso muy inferior al que tenía antes de la
enfermedad, o al de su peso óptimo o sano. Con
frecuencia, pero no siempre, existen antecedentes
previos de anorexia nerviosa con un intervalo entre
ambos trastornos de varios meses o años. Este episodio
precoz puede manifestarse de una forma florida o por el
contrario adoptar una forma menor u larvada, con una
moderada pérdida de peso o una fase transitoria de
amenorrea.
Bulimia nerviosa atípica
Este término debe ser utilizado para los casos en los
que faltan una o más de las características principales
de la bulimia nerviosa, pero que por lo demás presentan
un cuadro clínico bastante típico. Los enfermos tienen
con frecuencia un peso normal o incluso superior a lo
normal, pero presentan episodios repetidos de ingesta
excesiva seguidos de vómitos o purgas. No son raros
síndromes parciales acompañados de síntomas depresivos
(si estos síntomas satisfacen las pautas de un trastorno
depresivo debe hacerse un doble diagnóstico.
