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BLACKBERRY-PICKING

 

Late August, given heavy rain and sun
For a full week, the blackberries would ripen.
At first, just one, a glossy purple clot
Among others, red, green, hard as a knot.
You ate that first one and its flesh was sweet
Like thickened wine: summer's blood was in it
Leaving stains upon the tongue and lust for
Picking. Then red ones inked up and that hunger
Sent us out with milk cans, pea tins, jam-pots
Where briars scratched and wet grass bleached our boots.
Round hayfields, cornfields and potato-drills
We trekked and picked until the cans were full,
Until the tinkling bottom had been covered
With green ones, and on top big dark blobs burned
Like a plate of eyes. Our hands were peppered
With thorn pricks, our palms sticky as Bluebeard's.

We hoarded the fresh berries in the byre.
But when the bath was filled we found a fur,
A rat-grey fungus, glutting on our cache.
The juice was stinking too. Once off the bush
The fruit fermented, the sweet flesh would turn sour.
I always felt like crying. It wasn't fair
That all the lovely canfuls smelt of rot.
Each year I hoped they'd keep, knew they would not.

 

 

 

 

 

 

 

DIGGING

 

Between my finger and my thumb
The squat pen rests; as snug as a gun.

Under my window a clean rasping sound
When the spade sinks into gravelly ground:
My father, digging. I look down

Till his straining rump among the flowerbeds
Bends low, comes up twenty years away
Stooping in rhythm through potato drills
Where he was digging.

The coarse boot nestled on the lug, the shaft
Against the inside knee was levered firmly.
He rooted out tall tops, buried the bright edge deep
To scatter new potatoes that we picked
Loving their cool hardness in our hands.

By God, the old man could handle a spade,
Just like his old man.

My grandfather could cut more turf in a day
Than any other man on Toner's bog.
Once I carried him milk in a bottle
Corked sloppily with paper. He straightened up
To drink it, then fell to right away
Nicking and slicing neatly, heaving sods
Over his shoulder, digging down and down
For the good turf. Digging.

The cold smell of potato mold, the squelch and slap
Of soggy peat, the curt cuts of an edge
Through living roots awaken in my head.
But I've no spade to follow men like them.

Between my finger and my thumb
The squat pen rests.
I'll dig with it.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

FROM THE FRONTIER OF WRITING

 

The tightness and the nilness round that space
when the car stops in the road, the troops inspect
its make and number and, as one bends his face

towards your window, you catch sight of more
on a hill beyond, eyeing with intent
down cradled guns that hold you under cover

and everything is pure interrogation
until a rifle motions and you move
with guarded unconcerned acceleration

a little emptier, a little spent
as always by that quiver in the self,
subjugated, yes, and obedient.

So you drive on to the frontier of writing
where it happens again. The guns on tripods;
the sergeant with his on-off mike repeating

data about you, waiting for the squawk
of clearance; the marksman training down
out of the sun upon you like a hawk.

And suddenly you're through, arraigned yet freed,
as if you'd passed from behind a waterfall
on the black current of a tarmac road

past armor-plated vehicles, out between
the posted soldiers flowing and receding
like tree shadows into the polished windscreen.

 

 

COGIENDO MORAS

 

A finales de agosto, dados la fuerte lluvia y sol

Durante una semana, las moras maduraban.

Primero, sólo una, reluciente coágulo morado.

Entre otras, rojas, verdes, duras como un nudo.

Te comías la primera y su pulpa era dulce

Como el vino espeso: tenía sangre del verano

Dejando manchas en la lengua y ansia de

Coger más. Luego aparecían las rojas y esa sed

Nos llevaba a salir con latas de leche, de guisantes[1], tarros de mermelada

A donde las zarzas arañaban y el césped mojado teñía[2] nuestras botas.

Redondos campos de heno, de maíz y de patatas

Caminamos y cogimos hasta llenar las latas,

Hasta llenar el tintineante fondo

de moras[3] verdes, y encima quemaban grandes gotas oscuras

Como un plato de ojos. Nuestras manos estaban acribilladas de pinchazos de espinas, las palmas de nuestras manos pegajosas como las de Barba Azul

Acaparamos[4] con las bayas frescas de la zarzamora[5].

Pero al llenar la bañera encontramos sarro,
Un hongo gris-rata que inundaba nuestro alijo.

El zumo apestaba también. Una vez cogida

La fruta fermentaba, la dulce pulpa se volvía amarga.

Siempre me entraban ganas de llorar. No era justo

Que los hermosos[6] tarros llenos olieran a podrido.

Todos los años esperaba que se conservaran, sabía que no lo harían.

 

 

EXCAVANDO

 

 

Entre mi dedo y mi pulgar

Descansa el rechoncho bolígrafo; cómodo cual pistola.

 

Bajo mi ventana un limpio sonido de raspado

Al hundirse la pala en la grave tierra:

Mi padre, excavando. Miro hacia abajo

 

Hasta su trasero estirado[7] entre los arriates

Se inclina, se alza veinte años más adelante

Agachándose con ritmo por los campos de siembra de patatas[8]

Donde estaba excavando.

 

La bota ruda colocada sobre el cajón, la parte interna de la rodilla atravesando firmemente el hueco.

Arrancó de raíz altos bulbos, enterrando profundamente

La parte brillante

Para esparcir nuevas patatas que nosotros recolectamos

Amando su fresca dureza entre nuestras manos.

 

Por Dios, el viejo sabía manejar una pala,

Al igual que su viejo.

 

Mi abuelo podía cortar más tepe[9] en un día

Que cualquier otro hombre de la ciénaga de Toner

Una vez le llevé leche en una botella

Encorchada de cualquier manera

Con papel. Se erigió

Para bebérsela, luego enseguida comenzó

A cortar cuidadosamente, arrojando tepe

Por encima de su hombro, excavando cada vez más profundo

En busca de la buena turba. Excavando.


El frío olor a moho de la patata, el chapoteo y bofeteo
de la turba empapada, el brusco corte de un filo

atravesando raíces vivas despiertan en mi mente.

Pero no tengo pala para seguir a hombres como ellos.

 

Entre mi dedo y mi pulgar

Descansa el rechoncho bolígrafo.

Excavaré con él.

 

 

DESDE LA FRONTERA DE LA ESCRITURA

 

 

La tensión y el vacío alrededor de ese sitio

Cuando el coche para en la carretera, las tropas inspeccionan

La marca y la matrícula y, al inclinarse uno

 

Hacia tu ventana, alcanzas a ver que hay más

En una colina más allá, mirando intensamente

Con pistolas agarradas que te apuntan

 

Y todo es puro interrogatorio

Hasta que un rifle se mueve y tu te mueves

Con precavida y despreocupada[10] velocidad

 

Un poco más vacío, un poco exhausto

Como siempre por ese temblor en ti mismo,

Subyugado, sí, y obediente.

 

Así que conduces hasta la frontera de la escritura

Donde vuelve a suceder. Las pistolas en trípodes;

El sargento con su micrófono on-off[11] repitiendo

 

Datos tuyos, esperando a la señal

De despeje; el tirador, apuntándote desde arriba,

como un halcón saliendo del sol.

 

Y de repente ya has pasado, acusado pero liberado,

Como si hubieras pasado desde detrás de una cascada

En la negra corriente de una carretera de asfalto

 

Pasando vehículos blindados, y saliendo entre

Los soldados destinados que circulan y se retiran

Como sombras de los árboles en el limpio parabrisas.

 

 

 

 

 

 


 

[1] Dado que ‘can’ y ‘tin’ en español se traducen ambas por ‘latas’ x lo q he traducido sólo una vez

[2] Aunque el autor utiliza la palabra ‘bleached’ que significa ‘decolorar’, ‘blanquear’, creo que traducirlo por ‘teñir’ es más correcto al referirse al césped, que es verde.

[3] En el original el autor utiliza un pronombre ‘green ones’ refiriéndose a las moras que ya ha mencionado anteriormente. En español es necesario volver a utilizar el sustantivo al que hacemos referencia.

[4] Las posibles traducciones de ‘hoarded’ en Word Reference son ‘acumular’ y ‘acaparar’, y opté por la segunda porque creo que transmite mejor la idea de acumular algo que uno no necesita realmente.

[5] No he encontrado la traducción de ‘byre’ en ningún diccionario y al final recurrí a la ayuda de un nativo.

[6] ‘Lovely’ en este caso tiene un uso enfático: la mejor manera que he encontrado de transmitirlo en español es con este adjetivo que no se refiere a que el recipiente fuera hermoso sino a la hermosura del tarro lleno de bayas frescas recién cogidas.

[7] Aunque ‘strain’ significa esforzarse, tensar, tirar, torcer, creo que ‘estirar’ transmite la idea. Lo hubiera traducido por ‘inclinarse’ pero utilizo la palabra en la siguiente frase por lo que no quería repetirla.

[8] No he encontrado ‘potato drills’ en ningún diccionario, pero en Word Reference aparece ‘seed drill’ como ‘máquina de sembrar’, por lo que con el contexto he puesto la opción que me ha parecido más correcta.

[9] En el diccionario, bajo ‘turf’, he encontrado ‘césped, turba, tepe’ y he elegido el tercer término porque me parece el más correcto y el más poético.

[10] Me costó un poco encontrar la manera de traducir estas dos palabras de manera que suene bien ya que son adjetivos opuestos. En el primer caso decidí traducir ‘guarded’ por ‘precavida’, que expresa esa cautela del personaje en todos sus movimientos, y en el segundo caso opté por ‘despreocupada’ en lugar de ‘indiferente’ porque expresa la idea de que el personaje se centra en salir de ese sitio, sin preocuparse de nada más que de eso, mientras que ‘indiferente’ no expresa esta idea.

[11] He decidido dejarlo en inglés porque son palabras también utilizadas en español y me parece la mejor manera de expresarlo, ya que en español (encendido-apagado) me parece que queda demasiado largo.

                                

 

 

Academic year 2007/2008
© a.r.e.a./Dr.Vicente Forés López
© María Errando Schum
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Universitat de València
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