21 gramos. El peso del alma. 21 gramos. La pérdida de peso del cuerpo cuando fallece. Interesante título, pero una simple excusa para hablar de la delgada línea entre la vida y la muerte. Conjuga estos dos ejes a través del actual mundo de los transplantes de órganos.

Al comienzo, el público puede sentirse perdido dentro de la consecución de escenas inconexas entre ellas. Con numerosos primeros planos y otros tantos filmados con cámara subjetiva. Se intercambian historias de los tres personajes principales cuando aún no se conocían con otras donde ya tenían relación. Este hecho mantiene la atención en vilo casi hasta el final donde se logra entender cuál es el motivo que une a Jack (Benicio del Toro), Paul (Sean Penn) y Chris (Naomi Watts).

Las tres historias personales de estos personajes son muy distintas entre sí. Chris es una mujer feliz que vive con su marido y sus dos hijas. Jack acaba de salir de la cárcel e intenta reanudar su vida. Tiene mujer e hijos y la fe ha sido su vida de escape para cambiar su visión de la vida. Pero no tiene suerte. Parece que por mucho que desee reinsertarse, nunca lo conseguirá. Paul es un enfermo terminal. Su corazón ya no le funciona. Su ex-novia siente compasión de él y vuelve a su lado. Ella no pierde el momento de recordarle que lo ha dejado todo para cuidarlo.

Iñárruti, el director, narra como el personaje que tiene todo en su vida puede quedarse sin nada. Es Chris. Un fatal accidente hace que pierda al mismo tiempo a sus dos hijas y a su marido. Y peor aún. El homicida es Jack. Un hombre que a pesar de haber estado en la cárcel siente miedo. Se muere de miedo y los abandona en el momento del atropello. Pero el milagro de la ciencia hace que el corazón de Michael (marido de Chris) devuelva a la vida a Paul. Paul necesita agradecer su vuelta a la vida. Persigue a Chris hasta conseguir entablar una relación con ella.

Pero la historia no acaba ahí. Las tres vidas de los protagonistas están plagadas de matices que su director logra como ninguno transmitir a través de cada imagen. ¿Cómo es la vida de una mujer que pierde a toda su familia? ¿cómo es la situación de un hombre que sólo recibe compasión? y ¿cómo ser un ladrón no significa que seas un asesino?

21 gramos es un largometraje rico por su guión, rico por sus planos y rico por la forma como está organizado. Una obra maravillosa, contada de una forma no menos brillante. Una forma original de contar el recurrido binomio vida-muerte.