Jose Mª Valverde

Una de las características que creemos define a Valverde como traductor de las obras de Shakespeare seleccionadas es la flexibilidad de criterios que emplea para traducir los elementos culturales presentes en ellas. Valverde no tenía un criterio único y definido para traducir estos elementos, y empleaba diversas técnicas en su traducción, desde la adaptación cultural hasta el empleo de préstamos naturalizados.

Así, las alusiones a tickle-brain (apartado 6, páginas 159-165) o a Maid Marian (apartado 24, páginas 220-224) han sido vertidas literalmente por cosquillasesos y doncella Mariana; las referencias a pint (apartado 7, páginas 165-170) o yard (apartado 32, páginas 248-250), aparecen traducidas mediante los préstamos naturalizados pinta y yarda, y un elemento como a game of tick-tack (apartado 51, páginas 334-338) es sustituido por el equivalente cultural juego de chaquete.

En ocasiones, el traductor aplica distintas técnicas de traducción a elementos muy similares y cercanos en el texto shakespeariano, como es el caso de eight shillings an ell (apartado 12, páginas 181-187), que aparece como ocho chelines la vara, o eight yards of uneven ground is threescore-and-ten miles (apartado 13, páginas 187-190), cuya solución traductológica es ocho varas de terreno desigual son para mí como setenta millas a pie. Como consecuencia de esta disparidad en la aplicación de técnicas de traducción, las soluciones pueden considerarse poco sistemáticas e incluso contradictorias.

Valverde emplea, asimismo, equivalentes dinámicos en sus traducciones, como en el caso de Doña Pita-Pita, Doña Gallina por Dame Partlet (apartado 23, páginas 216-219), o Doña Clueca por Lady Margery (apartado 71, páginas 403-405). De la misma manera, el traductor emplea ampliaciones y glosas intratextuales, tal y como se puede comprobar en los casos de Pomgarnet (apartado 8, páginas 171-172) y The Bunch of Grapes (apartado 52, páginas 338-340) Esta variedad de criterios, y su flexible aplicación, pone de manifiesto que Valverde no consideraba que existiera una única técnica para traducir los elementos culturales, por lo que el traductor empleaba diversas técnicas atendiendo al elemento cultural y al contexto en que éste apareciese.

Este criterio traductológico, si bien podría juzgarse de poco sistemático en un traductor, guarda estrecha relación con una de las ideas con las que comenzábamos este trabajo. En nuestra opinión, no consideramos que unas técnicas para traducir elementos culturales sean intrínsicamente mejores que otras; en abstracto, tan aceptable puede resultar el empleo de un préstamo naturalizado como un equivalente cultural. El juicio que emitimos sobre el uso que de ellas hacen los traductores lo hacemos con respecto a uno de los objetivos fundamentales de nuestra investigación: determinar en qué medida el uso de estas técnicas propicia el conocimiento de la cultura isabelina por parte de los lectores españoles.

El empleo que hace Valverde a lo largo de sus traducciones de esta gran variedad de técnicas podría hacernos dudar de si el traductor tenía entre sus objetivos el dar a conocer aspectos de la cultura isabelina a los lectores españoles, ya que unas técnicas propician este conocimiento y otras pueden dificultarlo.

Consideramos que la clave para poder determinar este aspecto de las traducciones de Valverde se encuentra en las notas a pie de página. Éstas son la característica más notoria de las traducciones de Valverde y, a nuestro juicio, su aparición revela la voluntad del traductor por explicar numerosos aspectos de la cultura isabelina a los lectores españoles. Así, independientemente de la técnica de traducción utilizada y de la solución obtenida, Valverde casi siempre suele acompañar su traducción de elementos culturales de una nota extra textual. En la nota, el traductor transcribe el elemento cultural original, explica su significado y justifica su solución.

De esta forma, podemos concluir que Valverde es, de los tres traductores seleccionados, quien más propicia el conocimiento de la cultura isabelina por parte de los lectores españoles, pues les ofrece la versión original del elemento, una aclaración cultural y su solución española. Por lo tanto, el público lector dispone de elementos de juicio para poder entender el sentido del original y para evaluar el mayor o menor acierto de Valverde al encontrar una solución traductológica.

A pesar de esto, cabe señalar que las abundantes notas a pie de página también pueden considerarse como la expresión de la falta de confianza que tenía el traductor con las soluciones a las que él mismo había llegado. En opinión de A. W. Schlegel, crítico literario y traductor de Shakespeare al alemán, el traductor no debe resucitar en las notas los problemas que ya ha solucionado en el texto *Note, y creemos que si Valverde explica todas las dificultades a las que se ha enfrentado, transcribiendo el elemento original e intentando justificar su traducción, es porque no se sentía satisfecho con la solución a la que había llegado. Según este criterio, las notas a pie de página se convertirían en la constatación del fracaso del traductor por traducir de manera satisfactoria un determinado elemento del texto original, puesto que si su solución inicial le satisficiera, no tendría que incluir aclaración extratextual alguna.

En nuestra opinión, la inclusión de notas a pie de página por parte de Valverde no sólo obedece a la concepción que tenía sobre la labor traductora y a su inseguridad como traductor, sino a la necesidad de realizar una traducción que se diferenciara de las anteriores y aportara algo nuevo a los lectores españoles. En las últimas décadas del siglo XX, éstos ya conocían a Shakespeare mediante otras traducciones, por lo que creemos que Valverde emplea las notas a pie de página como estrategia diferenciadora para justificar la existencia de una traducción temporalmente cercana a la de Astrana y para satisfacer las necesidades de un público lector que, a principios de los setenta, exigiría algo más que la mera reproducción en prosa de lo expresado por el dramaturgo.

La inclusión de abundante información sobre la cultura isabelina en las notas constituiría un valor añadido a una traducción de similares características a la de Astrana que, sin embargo, pretendía rivalizar con ella.

 

*Note:“The translator should […] not resuscitate in the notes the problems he has solved in the text”. Schlegel, citado en Lefevere (1992:66).

 

* Referencia

CAMPILLO, L. ESTUDIO DE LOS ELEMENTOS CULTURALES EN LAS OBRAS DE SHAKESPEARE Y SUS TRADUCCIONES AL ESPAÑOL POR MACPHERSON, ASTRANA Y VALVERDE (417-421).

 ENGLISH PHILOLOGY DEPT. (UNIVERSITY OF MURCIA)