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Antes de pasar a la lectura fragmentada del texto, resulta apropiado explicar que durante la narración aparecen tres lectores-narrados, siendo el más trascendente de ellos Robert Walton, tanto por las veces que aparece como por su importancia en la narración, pues como veremos más adelante, es, entre otras cosas, el alter ego del protagonista Victor Frankenstein. La función principal de los otros lectores-narrados es: Margaret Saville es el vehículo mediante el que se nos presenta la historia, y a través de Victor Frankenstein se da voz a otros personajes como sus familiares y la criatura. Las cifras referentes a la aparición de los distintos lectores-narrados son las siguientes:
Victor Frankenstein: fragmentos 25-29, 31, 32, 43-46, 50. Aparece en
doce fragmentos.
Margaret Saville: fragmentos 1-12, 54-60. Aparece en diecinueve fragmentos.
Robert Walton: fragmentos 13-24, 30, 33-42, 47-49, 51-53. Aparece en
veintinueve fragmentos.
Conforme se va realizando la lectura, puede surgir una pregunta como
la siguiente: ¿Qué determina que el lector-narrado
sea uno u otro? Esta duda surge del hecho que Margaret Saville es la destinataria
de la correspondencia en que se cuenta toda la historia de la novela. La
atribución de la recepción de la narración a
los diferentes lectores-narrados, se puede explicar utilizando los
términos destinatario y receptor. El destinatario
de un mensaje es la persona a quien el mensaje está dirigido, mientras
que el receptor es la persona que lee ese mensaje sin ser necesariamente
el destinatario. Por ejemplo, se puede enviar una carta a un destinatario
A, pero suponiendo que ese destinatario sea ciego, podría
pedir a alguien que le leyera la carta, siendo esa persona el receptor.
Teniendo esto en cuenta, en el caso de Margaret Saville, cuando es ella
la lectora-narrada, la razón es que en los fragmentos que
le corresponden es al tiempo destinataria y receptora. Respecto a Robert
Walton, Margaret Saville es la receptora de sus cartas pero el destinatario
de lo que se cuenta en ellas es él mismo. En el caso de Victor Frankenstein,
él es el destinatario, y los receptores son Robert Walton y Margaret
Saville.
Lector-narrado: Margaret Saville.
El capitán Robert Walton
escribe a su hermana Margaret Saville para comunicarle que no ha
sucedido nada malo durante el comienzo de la empresa que va a desempeñar.
De esta forma pretende tranquilizarla pues ella opina que tal empresa es
muy peligrosa. Le comunica que está a salvo y que tiene fe en que
tendrá éxito.
La cercanía del lugar al que se dirige aviva
el deseo de Walton por empezar su viaje. Presenta
a su hermana una visión idealizada de los lugares a los que
se dirige basada en las historias de otros navegantes. Walton siente una
ardiente curiosidad por estar en un lugar donde nunca nadie ha
estado antes, y por hacer algo que nunca nadie ha hecho antes. Ese
es su aliciente, lo que hace que no tema al peligro ni a la muerte.
Walton dice a Margaret que aunque lo
que le ha contado sobre los lugares hacia los que se
dirige no fuera verdad, ella no puede negar el beneficio que la humanidad
obtendría del
descubrimiento de un pasaje para llegar al océano Pacífico
Norte a través de los mares que rodean el polo. Siente un
gran entusiasmo. Ha soñado con realizar esta expedición desde
que era niño,
cuando leía ávidamente libros de viajes que narraban
los esfuerzos de diferentes aventureros que
habían luchado por este mismo objetivo. La lectura de esos libros
hizo que desatendiera el resto
de sus estudios, y leerlos le producía gran placer y cada vez
más interés por los viajes.
Todo su interés por viajar se disipó
durante un tiempo en que la poesía captó su atención.
Pero
el fracaso de su intento por ser poeta unido a una inesperada herencia
despertaron de nuevo su afán aventurero.
Lector-narrado: Margaret Saville.
Walton anhela hacer algo grande, desea la gloria.
Busca el apoyo y consentimiento de
Margaret, pues en ocasiones sus esperanzas se derrumban y su moral
flaquea. Sabe que su viaje
será largo y difícil y que necesitará toda su
fuerza para llevarlo a cabo con éxito.
Lector-narrado: Margaret Saville.
Walton muestra un gran afecto por su hermana. Margaret es un apoyo moral y emocional.
Lector-narrado: Margaret Saville.
Walton se siente terriblemente solo. No tiene ningún
amigo y desea tener a alguien a su lado
que comparta su alegría e ilusión y que le apoye cuando
se sienta decaído. Describe a quien
necesita como alguien que comparta sus gustos, que sea gentil pero
valiente, inteligente, que sea
capaz de aprobar o desaprobar sus intenciones y de reparar sus faltas.
Se describe a sí mismo
como demasiado vehemente e impaciente. Comenta que es autodidacta
y que durante los
primeros quince años de su vida no había leído
otra cosa que libros de viajes.
Lector-narrado: Margaret Saville.
Walton describe su propio carácter como refinado
y sensible. Esto lo atribuye al hecho de que
fue educado bajo la tutela de su hermana y a que pasó su juventud
en soledad. Contrasta su
sensibilidad con la rudeza de la vida en el mar, algo que a pesar de
su pasión aventurera no le gusta demasiado. En el barco conoce a
alguien que podría ser afín a él, y tal vez, ese amigo
que tanto
anhela.
Lector-narrado: Margaret Saville.
La persona a la que Walton conoce en el barco es
un hombre noble, pero inculto y silencioso.
Su forma de ser no cuadra con la imagen que tenia de ese apoyo que
necesita. Aunque se queja de su situación, asegura que su determinación
es firme. Dice a su hermana que no hará nada precipitadamente
y sin pensar en las consecuencias porque, como ella bien sabe, es
prudente y considerado, más aun teniendo en cuenta que la seguridad
de otras personas depende de él.
Ante la proximidad de su viaje, siente una sensación
de
intranquilidad, pero tiene un entusiasmo apasionado por los misterios del
océano, un sentimiento que escapa a su entendimiento, algo instintivo.
Se describe a sí mismo como perseverante. Siente amor por lo maravilloso
y cree que esto es lo que le empuja ha hacer lo que está haciendo.
Vuelve a mostrar el afecto que siente por su hermana, que es, sin duda,
su apoyo moral.
Lector-narrado: Margaret Saville.
Walton le dice a su hermana que no se preocupe por su seguridad
pues no hará nada que le
ponga en peligro. Permanecerá tranquilo y será
perseverante y prudente. Tiene un acceso de
pasión. Tiene esperanza en que conseguirá su deseado
objetivo porque su voluntad está
resuelta ha ello.
Lector-narrado: Margaret Saville.
Un extraño incidente a sucedido. Cuenta a Margaret que tal vez esté de regreso en Inglaterra antes de que le llegue la carta en la que se lo cuenta (ver siguiente fragmento).
Lector-narrado: Margaret Saville.
Walton expresa su sorpresa ante la actitud de un hombre (Victor
Frankenstein) que a subido a
bordo del barco. El estado físico de este hombre es deplorable,
está casi congelado y
completamente extasiado. Sin embargo, antes de acceder a subir
a bordo pregunta hacía donde se dirigen para comprobar si
se ajusta a su conveniencia.
Lector-narrado: Margaret Saville.
Walton dice que en Victor a encontrado al amigo que buscaba. Observa que el espíritu del recién llegado está hundido en la miseria.
Lector-narrado: Margaret Saville.
Walton se refiere a Victor como un hombre extraordinario y maravilloso. Expresa aprecio y admiración por él
Lector-narrado: Margaret Saville.
Victor se dispone a contar su historia. Es una historia llena de infortunios y dolor. Walton siente mucha curiosidad y está impaciente por escucharla.
Lector-narrado: Robert Walton.
Victor dice que la filosofía natural ha regido su destino. Explica
que lo que provocó su
entusiasmo por esta ciencia fue que a los trece años tuvo
acceso a un libro de Cornelius Agrippa
sobre el tema.
Lector-narrado: Robert Walton.
La afición de Victor por la filosofía
natural se disipó. Empezó a dedicarse a otras ciencias. Este
cambio de mentalidad lo atribuye a la inconsistencia de la juventud. Piensa
que el estudio de estas otras ciencias tal vez puede llevarle a un conocimiento
más real.
Según Victor, la línea que separa
la prosperidad de la ruina es muy delgada. (Esta frase se puede comprender
atendiendo a datos que nos da el resto de la obra. Sabemos que más
adelante vuelve a la filosofía natural, lo que significará
su ruina personal, algo que no hubiera sucedido si hubiera seguido los
caminos de las otras ciencias).
Lector-narrado: Robert Walton.
Victor ha estado apartado de su familia y amigos durante
dos años. Estaba enfrascado en
cuerpo y alma en unas investigaciones que tienen mucho que ver con
los postulados de la filosofía
natural. Habla de los alicientes de la ciencia. Anhela el descubrimiento
de lo que nadie antes ha
descubierto, hacer lo que nunca nadie ha hecho antes.
Lector-narrado: Robert Walton.
La labor de Victor habría sido extremadamente desagradable y casi intolerable de no ser por su casi sobrenatural entusiasmo en las investigaciones que estaba haciendo. Estas investigaciones tenían que ver con las causas de la vida, y dice que para examinar estas causas se había de recurrir a la muerte. Eso le impulsó ha estudiar anatomía y los procesos de putrefacción del cuerpo humano tras la muerte.
Lector-narrado: Robert Walton.
Victor recalca que no está loco y asegura
que lo que afirma es cierto: tras innumerables fatigas y trabajo descubrió
la causa de la generación y la vida, y fue capaz de dar vida a un
ser que no la
tenía.
Lector-narrado: Robert Walton.
Victor hace una pausa en la narración. Observa
que Walton está intranquilo, impaciente,
maravillado por lo que le ha contado hasta el momento y deseoso
de que siga con la narración. A
Walton le gustaría saber el secreto de la vida, pero Victor
no se lo desvela. Le dice que escuche su historia y que aprenda de su experiencia
lo peligroso que puede llegar a ser la búsqueda del
conocimiento y la gloria, de ser más grande de lo que el ser
humano es por naturaleza.
Lector-narrado: Robert Walton.
Victor experimenta muchos y diferentes sentimientos ante los primeros indicios de un posible éxito en su intento de dar la vida a un ser que no la tiene.
Lector-narrado: Robert Walton.
Son inconcebibles los horrores que Victor cometió para llevar a cabo su empresa. Esto tiene que ver con la manipulación de cadáveres y sus visitas a cementerios en busca de "materia prima" para la creación de vida.
Lector-narrado: Robert Walton.
Victor hace otra pausa en la narración.
Continúa al ver la impaciencia de Walton. Sin embargo,
antes de seguir le dice que no hay que dejarse dominar por las pasiones
y dejar que eso te aparte
de tu bienestar y de tus seres queridos. Hacer tal cosa es perjudicial
para el hombre, y lo ha sido
siempre. Pone ejemplos históricos del perjuicio de actuar de
tal manera.
Lector-narrado: Robert Walton.
Victor da vida a un ser que resulta ser monstruoso.
Lector-narrado: Robert Walton.
El rostro de la criatura produce un horror en Victor como el que ningún otro mortal podría soportar. Ni siquiera Dante podría haber concebido una criatura tan horrenda.
Lector-narrado: Robert Walton.
Pensar en la criatura tortura a Victor y casi le
hace perder la cabeza. Todo lo acontecido le
produjo una fiebre nerviosa que le mantuvo enfermo durante varios meses.
Henry Clerval, que ha
ido a visitarle y ha visto su extraño sufrimiento se ocupa de
él. Clerval es un amigo de la infancia
de Victor, su único y verdadero amigo. Sin embargo,
no le hará partícipe de su pena porque no es el tipo de persona
que podría comprenderle.
Lector-narrado: Victor Frankenstein.
Victor estuvo muy enfermo. Su hermanastra Elizabeth y el resto de su familia desean recibir noticias suyas escritas con su propia mano, pues quieren calmar la preocupación que sienten por él. Elizabeth le anima a que se mejore y a que vuelva a casa donde encontrará felicidad, afecto y tranquilidad.
Lector-narrado: Victor Frankenstein.
Elizabeth cuenta a Victor que sus hermanos han crecido mucho, que todo es felicidad allí en su hogar, y que poco ha cambiado en casa desde que se marchó. Le habla sobre cuando Justine Moritz entró en la familia como sirvienta.
Lector-narrado: Victor Frankenstein.
.Justine es una sirvienta pero se la trata como si fuera una más de la familia. Victor sentía un gran afecto hacia ella.
Lector-narrado: Victor Frankenstein.
Elizabeth también sentía un gran aprecio por Justine. Le habla a Victor sobre William, su hermano pequeño. Le ofrece una imagen suya tierna y encantadora. Luego le cuenta lo que ha ocurrido en la ciudad para ponerle al día, ya que ha estado fuera de casa durante mucho tiempo.
Lector-narrado: Victor Frankenstein.
Elizabeth pide a Victor que escriba, además de que se cuide. Habla del agradecimiento que siente por la bondad y afecto que Clerval ha mostrado hacia Victor y al cuidarle y al haber mantenido a la familia al corriente de su estado de salud.
Lector-narrado: Robert Walton.
Alaban a Victor por su increíble progreso en el conocimiento de las ciencias. Sin embargo, se siente disgustado porque hablar sobre ese tema le recordaba todo lo relacionado con la criatura que había creado.
Lector-narrado: Victor Frankenstein.
El padre de Victor le informa de que han asesinado al pequeño William.
Lector-narrado: Victor Frankenstein.
El padre de Victor le pide que regrese a casa con la familia en tan tristes momentos causados por el asesinato de William. Dice que sólo él puede consolar a Elizabeth que por alguna razón se siente culpable por la muerte del pequeño. Le pide que vuelva no con odio y sed de venganza por la muerte de su hermano pequeño, sino con amor y afecto por los suyos.
Lector-narrado: Robert Walton.
Victor hace otra pausa en la narración. Se ha entretenido expresando el placer y felicidad que sentía al regresar a su tierra y a su hogar.
Lector-narrado: Robert Walton.
Victor ve a la criatura y se convence de que fue él quien mató al pequeño William. Describe a la criatura como poseedora de una fuerza y agilidad sobrenaturales, pues fue capaz de escalar con gran rapidez la casi perpendicular ascensión del Mont Saléve y desaparecer al alcanzar la cima.
Lector-narrado: Robert Walton.
Han pasado dos años desde que dio vida a la criatura. Siente que ha soltado en el mundo a un monstruo asesino y sufre una gran angustia al pensar que la criatura mató a su pequeño hermano William.
Lector-narrado: Robert Walton.
Victor quiere perseguir a la criatura, pero lo considera muy difícil habiendo comprobado su fuerza sobrenatural al verle escalar el Mont Saléve.
Lector-narrado: Robert Walton.
Victor piensa que si lo contara nadie creería la existencia de la criatura y califica su creación como producto de la presunción y de una ignorancia imprudente.
Lector-narrado: Robert Walton.
Han acusado a Justine del asesinato de William. Victor cree que, de alguna manera la criatura ha hecho que las pruebas la acusen, por lo que siente un terrible remordimiento y angustia.
Lector-narrado: Robert Walton.
Alguien le dice a Victor que Justine se ha confesado culpable del asesinato de William. Eso hace que Victor se plantee su cordura. (En otro momento de la narración sabemos que Justine confesó bajo presión. En cualquier caso, la acabarán ejecutando por un crimen que no ha cometido).
Lector-narrado: Robert Walton.
Las intenciones de Victor al hacer sus investigaciones científicas eran ayudar a los demás, pero ahora el remordimiento y el sentimiento de culpabilidad le torturan de una manera indescriptible.
Lector-narrado: Robert Walton.
Victor teme que la criatura mate al resto de su familia. Siente que debe hacer algo al respecto.
Lector-narrado: Robert Walton.
Victor dice que Elizabeth notó la desesperación y la rabia de Victor y le incitó a dejar esos sentimientos recordándole su amor por él. Le habla sobre la felicidad que les espera (pues piensan casarse). Sin embargo, Victor sabe que esa felicidad es imposible mientras la criatura esté viva, así que toma la determinación darle caza y matarla.
Lector-narrado: Victor Frankenstein.
La criatura explica a Victor el extremo placer que sentía cuando estaba aprendiendo a hablar.
Lector-narrado: Victor Frankenstein.
La criatura se dió cuenta de que no había nadie que fuera como él. Conforme iba siendo más consciente de su condición, más angustia sentía de ser un monstruo a los ojos de los demás porque todos le huían y le despreciaban, y se veía condenado al ostracismo.
Lector-narrado: Victor Frankenstein.
La criatura aprendió a escribir copiando unas cartas. Le cuenta a Victor el contenido de estas cartas.
Lector-narrado: Victor Frankenstein.
La criatura sabe que a pesar de su ardiente deseo de convivir con los humanos, nunca podrá hacerlo porque cuando le ven experimenta el rechazo y disgusto que sienten por él. Eso le produce angustia y pesar, pero también furia y rabia.
Lector-narrado: Robert Walton.
Victor hace una pausa en la narración. Se disculpa por un acceso de tristeza que le ha embargado al recordar a su amigo Clerval (más adelante sabremos que la criatura también le mató). Continua con su historia.
Lector-narrado: Robert Walton.
Otra pausa en la narración. Victor se toma un momento de descanso antes de poder relatar los horribles sucesos que se dispone a narrar.
Lector-narrado: Robert Walton.
Clerval fue asesinado y Victor vio su cadáver. sintió desesperación y dolor por la muerte de su amigo, más aun porque se sintió responsable de ella ya que fue la criatura que él creó quien lo mató.
Lector-narrado: Victor Frankenstein.
Victor pronto regresaría a casa. Este
fue un segundo regreso, pues tras el primero volvió a marcharse.
Elizabeth estaba preocupada por su salud y temía que
su estado de ánimo estuviera todavía menoscabado.
Desde niños, Elizabeth y Victor sabían
que sus padres (padrastros en el caso de Elizabeth) querían que
se casaran, e incluso les confesaron estos planes a ellos cuando eran jóvenes.
Elizabeth amaba a Victor pero temía que Victor amase a otra mujer
y que su infelicidad fuera causa de que no quisiera casarse con ella,
pero que se viera forzado a ello por lealtad al deseo de sus padres. Elizabeth
sabía que Victor había pasado por muy malos trances (aunque
no sabía nada de la criatura) y prefería que Victor
rehusara casarse con ella a que lo hiciera sin amarla y por compromiso.
Lector-narrado: Robert Walton.
La criatura arrebató a Victor de toda esperanza de futura felicidad, y se encontró inmerso en una miseria extrema. Su historia había estado plagada de horrores. Uno por uno, había ido perdiendo a sus seres queridos y estaba desolado. Se siente exhausto, pero quiere contar lo que queda de su historia.
Lector-narrado: Robert Walton.
Los sentimientos de Victor son tan amargos como nadie podría imaginar.
Lector-narrado: Robert Walton.
Victor vio el barco de Walton cuando estaba a punto de desfallecer
por su intensa persecución a la criatura. Se dirigió al barco
en busca de auxilio, pero no antes de saber si se dirigía hacia
el norte, que era hacia donde se dirigía la criatura. Como
el barco seguía ese rumbo, subió a bordo.
Victor pide a Walton que jure que si muere
antes de dar caza a la criatura, él la perseguirá hasta matarla.
Al instante se arrepiente de haberle pedido que dedique su vida en tal
empresa, pero le hace jurar que si se encuentra con la criatura la matará.
Le advierte que en caso de encontrarse cara a cara con ella no se fíe,
que no la escuche pues es muy astuta. Le pide que recuerde a aquellos
que ha asesinado y que la mate.
Lector-narrado: Margaret Saville.
Walton pregunta a su hermana si su sangre no se ha congelado de horror tras haber leído esta historia.
Lector-narrado: Margaret Saville.
Walton asegura a Margaret que la historia es cierta. Le dice que la prueba está en las cartas de las que la criatura habló a Victor (de las que había aprendido a escribir) y en el hecho de que antes de que Victor subiera a bordo de su barco, el mismo había visto una figura extrañísima en la nieve, la figura de la criatura.
Lector-narrado: Margaret Saville.
Después de que el barco se libere del hielo, Walton continúa con su viaje, pero está pasando por muchos peligros y teme no volver a casa.
Lector-narrado: Margaret Saville.
La situación de Walton y su tripulación
es grave. Walton parece mostrar más preocupación por el dolor
de su hermana ante sus infortunios que por su propia posible muerte. Bendice
a su hermana y le dice que al menos tendrá el consuelo de su marido
e hijos. Es una despedida.
Algo ha ocurrido y Walton se lo explica a su hermana.
(ver siguiente fragmento)
Lector-narrado: Margaret Saville
Victor evita un motín, pero Walton tiene que decidir si continuar el viaje hacia el polo o abandonar la empresa y volver a casa.
Lector-narrado: Margaret Saville.
Walton abandona su empresa y vuelve a Inglaterra. Victor ha muerto.
Lector-narrado: Margaret Saville.
Walton está terriblemente triste y decepcionado
por el fracaso de su empresa, pero espera encontrar consuelo en su hogar.
Algo le interrumpe mientras escribe a su hermana. Ha oído ruidos
en el camarote del difunto Victor, donde todavía está su
cadáver. Escucha una voz humana pero más ronca. (Resultará
ser la criatura. Walton hablará con ella y al final ella se llevará
el cadáver de Victor, con el consentimiento de Walton, para sepultarlo
en el hielo y después suicidarse).
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