Discutían un día una zorra y una leopardo hembra acerca de su belleza. La leopardo hembra alababa muy especialmente los especiales pintados de su piel. Replicó entonces la zorra diciendo:
-¡Mucho más hermosa me considero yo, no por las apariencias de mi cuerpo, sino más bien por mi espíritu!
Las cualidades del espíritu son preferibles a las del cuerpo.