CINE

Estaba a punto de entrar en la sala cuando sonó el móvil. Era Laura. Quería verme. Me dijo que comprendía que no le hubiera contado lo de Marta antes. “Lo siento cariño, tengo que colgar va a empezar la película”. “¿Estás en el cine? ¿con quién”, me preguntó sin ánimo de censura. “Con un amigo”, mentí.Cuando llegué a la butaca 8 Marta ya estaba allí. Puse mi voz más grave para que no me reconociera y la saludé. No habíamos hablado mucho cuando empezó la película y cuando esta lo hizo pude relajarme hasta el final porque Marta nunca se perdía una escena.