GRANDES DIRECTORES | El cine y sus maestros
FURIA
Fritz Lang (1936)
Joe Wheeler llega a la ciudad de Strand, en el condado de Illinois, para casarse con su prometida Catherine Grant tras haber estado más de un año separados. Pero al entrar a la ciudad el ayudante del sheriff le detiene y es acusado de un crimen que no ha cometido. Mientras espera en la cárcel, una multitud sedienta de venganza intenta lincharle y acaba por quemar la prisión. Joe, que logra salir con vida, hace creer a todo el mundo, excepto a sus dos hermanos, que ha muerto en el incendio y planea concienzudamente las pistas que acusarán y condenarán a los cabecillas del grupo linchador.
Sobre la película:
Furia es una película espléndida por la naturaleza de sus personajes, por su sentido ético demoledor, por su incordio, por el tono realista que Lang, inspirándose en mil y una noticias desperdigadas por los periódicos leídos, impone a su incendiario relato. Pero lo es más aún porque, pese a utilizar métodos europeos (el tan comentado inserto, a modo de símbolo, de un corral de gallinas en la secuencia del chismorreo de las mujeres, escasamente del gusto del público americano), asume como propia la narrativa clásica hollywoodiense. Cabe recordar que Furia es la primera película americana de Lang, tras su huida del nazismo en Alemania. Sin duda, con este primer film allí ya quedó consagrado como uno de los mejores directores del momento.
Pese al tema que trata, el linchamiento frustrado de un inocente que luego intentará vengarse de forma ilegal de los que intentaron acabar con su vida, Furia es una película nada recargada, que sacrifica la tensión tan querida por Lang por la limpieza expositiva. Para un extranjero que aún no había tenido tiempo de aclimatarse a la sociedad norteamericana, su pintura de los personajes que forman esa inmadura colectividad es de una precisión admirable. Furia no es tanto una historia sobre los linchamientos sino una historia sobre cómo alguien puede perder su inocencia, sobre cuán sutil es la línea que separa la venganza de la justicia, el bien del mal, núcleo sin duda de toda la obra de Fritz Lang.
Sobre el estilo realista (documentalista, periodístico) del Lang americano se ha hablado mucho. En Furia es algo más que estilo, es una forma de entender y exponer los acontecimientos, de otorgarles su justo tono, su sentido último. Durante la secuencia del asalto e incendio a la cárcel, Lang dedica algunos planos a un equipo de noticiarios que filma los acontecimientos. Esa película rodada in situ actúa de prueba concluyente en el proceso e incluye, congeladas, algunas de las imágenes más perdurables de este soberbio film: una pacífica mujer lanzando la primera antorcha que destruye la cárcel y un tranquilo ciudadano cortando con un hacha la manguera de los bomberos para impedir que estos sofoquen el incendio.
Sobre los problemas durante el rodaje:
Ya hemos comentado que Furia es la primera película que Lang rodó en América. Cabe decir que este director europeo se adaptó perfectamente a la manera de trabajar de Hollywood, cosa que no ocurrió con cineastas como Renoir o René Clair. Sin embargo, es lógico que en este primer film hubiera unos pequeños problemas. Como explica el propio Lang:
“Cuando estaba rodando Furia en el plató tuve algunos problemas. Por ejemplo, en Europa estaba acostumbrado a terminar una escena sin importar cuánto tiempo era necesario. Sin embargo, yo era muy considerado con mi equipo, y el equipo siempre me quería. Nadie me contó que aquí en América hay una ley según la cual cada cinco o cinco horas y media todos los extras deben ser alimentados. Yo no sabía eso. Así que cuando llegué a una escena que quería acabar, ni siquiera les pregunté si se querían quedar. Uno de mis mayores enemigos en este asunto era Spencer Tracy, impuesto por la productora como protagonista. Si alguien me hubiera puesto previamente al corriente de las costumbres que imperan en Hollywood, las hubiera acatado. Pero nadie me había dicho nada y el asunto asumió proporciones desagradables”.
La película obtuvo una nominación al Oscar por el mejor guión original. Junto a M, Furia es una de las películas favoritas del autor (según él mismo afirmó en el nº 99 de Cahiers du Cinéma).