RUTAS, PARAJES NATURALES Y MIRADORES

PERDERSE EN LA VILA.

Cuando se cruza por la Porta de Sant Roc, una de las antiguas entradas a la población, construida en 1256, todavía resuenan las palabras de los caballeros que habitaban dentro de estas murallas medievales, cuyas serranías llegaron a ser fronteras entre reinos.

En el centro se encuentra la iglesia gótica de Santa María (siglo XIII) donde Jaime I acudió a oír misa después de reconquistar Ontinyent, y sobre ella se eleva su imponente torre, la más alta de la Comunidad Valenciana, con más de 71 metros de alzada.

La Vila Barrio de La Vila

Entrar en la Vila es perderse por callejones entre sombra y siglos de historia. Es el origen urbano del municipio, conserva múltiples restos de murallas, torres y fortificaciones que ponen de manifiesto el carácter defensivo de la zona. En la parte más cercana al río Clariano se pueden encontrar restos de murallas que sirven de muro de contención, así como chimeneas pertenecientes a antiguas fábricas o molinos que aprovechaban la energía hidráulica del agua. El encanto del barrio de la Vila se encuentra en las pequeñas callejuelas, rampas, escalinatas y atzucacs o callejones sin salida que, junto a las viviendas de la época, tanto señoriales como populares, aportan una íntima y especial belleza al conjunto.

Bajar por el empedrado del Callarís es revivir el paseo de los partidarios del Islam y los caballeros de la cruz entre las paredes del Palau de la Duquessa d’Almodòvar, donde estuvo el antiguo alcázar islámico, la casa de Mossén Vidal (siglo XVIII), los restos de la muralla, el viejo molino, el mirador.







EL OASIS DEL POU CLAR

El Pou Clar no es un monumento de construcción, es un monumento natural. Se encuentra a las entradas del pueblo si se proviene del termino de Bocairent.

Remontando el curso del río se conquista el paraje más bello, donde el agua respira helada y cristalina, y en cada salto surge el Clariano. El Pou Clar es un jardín de rocas i remansos, modelado por el capricho del río que aquí nace, donde ha esculpido en la piedra unas balsas perfectas para el baño.

Entre chopos y pinos aparecen el "Pou de Reixa", el "Pou dels Esclaus", el "Pou Gelat", el "Pou Fosc" y el "Pou dels Cavalls", que configuran un paisaje inolvidable que invita a disfrutar de la naturaleza en su estado más puro.

En las peñas refinadas por la acción de la continua corriente aparecen escavadas en la piedra las conocidas como "Finestres dels Moros", que sirvieron en su época como graneros y almacenes de alimentos.

En verano los habitantes de la ciudad suelen pasar los días o las tardes en este lugar, respetando su naturaleza y entorno.


Pou Clar





GAMELLONS

Una excursión hacia los pulmones de la sierra conduce a un paraje sombrío al cual se llega en un desviamiento de la carretera que lleva a Fontanars dels Alforins.

Gamellons celebra su valor paisajístico alrededor de una fuente y un merendero. Se trata de uno de los pocos paisajes que ha sobrevivido al fuego. Gamellons es una escapada a la tranquilidad, un lugar donde uno se siente rodeado por la vegetación mediterránea, única, por especies vegetales y animales que aún se pueden encontrar en este refugio silvestre.


Gamellons







SANT ESTEVE, EL MIRADOR D'ONTINYENT

San Esteve

En el balcón del término aún queda en pie el santuario donde llegaban trabajadores del campo a implorar que el pedrisco pasara de largo.

En este imponente marco se obtiene el privilegio de barajar, con solo una mirada el valle blanco, el Benicadell y como telón de fondo, la Serra de Mariola.

La ermita de Sant Esteve permite asomarse a toda la comarca de La Vall d’Albaida que desde este punto se divisa como un cuadro lleno de impresiones de color. Hay una tierra en el interior de la Comunidad Valenciana, donde nace el agua, donde las piedras cuentan historias, donde aún es posible dar un paseo al caer la tarde y olvidarse del mundanal ruido.






ERMITA DE SANTA ANA Y CALVARIO

La ermita de Santa Ana, fundada en el siglo XV, se encuentra en lo alto de una colina poblada de pinares entre los que se sube el camino del Calvario. Así, el entorno adquiere un carácter natural desde el cual se domina un extenso paisaje, incluyendo la ciudad entera. Pero, además, para sus habitantes constituye un entrañable emblema sentimental ya que allí se venera la imagen del Santísimo Cristo de la Agonía, patrón de la ciudad y en honor del cual se celebran las fiestas de moros y cristianos. En la capilla destaca la imagen de Santa Ana.



Santa Ana