El lobo se fue asustado y caperucita pensó que el peligro había pasado. Ella no sabía que el lobo la seguiría, y al ver que iba en dirección a casa de su abuelita, se adelantaría y al comprobar que la anciana no estaba en casa, se pondría su camisón y se metería en la cama para esperarla.
© 2007 - Mar Pastor Campos