Chesterton
escribió alrededor de 80 libros, varios cientos de poemas, alrededor de
200
cuentos e innumerables artículos, ensayos y obras menores. Al comienzo
de su
carrera se hizo conocido por sus artículos periodísticos, y dio un gran
salto
cuando publicó su primera novela “El napoleón de Notting Hill” (1904),
la cual inspiró a Michael
Collins
en su defensa irlandesa ante los ingleses. A ésta le siguieron otros
libros
de crítica, como "Dickens" (1906)
y
"G.B. Shaw" (1909).
Iba perfilando así sus opiniones, que exponía con un aire acentuadamente
polémico y no exento de humor. Combatía todo lo que consideraba errores
modernos: al racionalismo y al cientificismo oponía el sentido
común y la fe;
a la crueldad de la civilización industrial y capitalista, el ideal social de la
Edad Media. "Ortodoxia" (1908) es
la historia de su evolución espiritual (que más tarde lo llevaría al
seno de la
Iglesia
Católica),
y también su esfuerzo apologético de "La Esfera y la Cruz"
(1910). Su actitud ante los problemas sociales la
definió
en "Qué está mal en el mundo" (1910).
De 1908 data su novela más conocida, El
hombre que
fue Jueves, una alegoría sobre el mal y el libre albedrío. En 1912
compone La balada del caballo blanco, extenso poema épico sobre
el rey Alfredo el Grande y su defensa de
Danes en 878,
y del cual C. S.
Lewis sabía
muchos versos. J. R. R.
Tolkien,
que en su juventud lo consideraba excelente, en una carta a su hijo
comenta que
lamentablemente G. K. Chesterton, con toda la admiración que le
merecía, no
conocía nada sobre lo nórdico. De 1925 es El hombre eterno, que versa
sobre la Historia del
mundo, y
está divido en dos partes, la primera trata sobre la humanidad hasta el
año 0 y
la segunda desde ese año en adelante. Este libro nació como reacción a
uno
publicado por H.G. Wells
sobre la Historia de
la Humanidad, al
cual,
tanto Chesterton como Belloc, le
criticaban que
de sus cientos de páginas, las dedicadas a Jesús eran ínfimas. Algunos
afirmaron que El
hombre eterno fue su libro más trascendente a causa de su
influencia en
literatos como C.S. Lewis
y Evelyn Waugh.
Sus obras
son
frecuentemente editadas en otros idiomas. En la Argentina su
pensamiento
ha adquirido un auge todavía mayor desde finales del siglo XX, dadas las
constantes reediciones y la aparición de obras desconocidas para el
público de
habla hispana: "La Iglesia Católica y la conversión", "De
todo un poco", "La
Tierra de los Colores", "La Nueva
Jerusalén",
"Cien años después". Pórtico, Vórtice, Lumen y Ágape son algunas de
las editoriales argentinas que realizan esta
tarea.
Todo lo que dice y hace
Chesterton lo lleva, con un estilo inimitable, a la paradoja, al
contraste, al
absurdo y, sobre todo, a la risa y hasta la carcajada. "La obra de
Chesterton es vastísima y no encierra una sola página que no ofrezca una
felicidad" (Jorge Luis Borges). En su Autobiografía muestra de un modo muy personal el camino de su notoria
conversión al
catolicismo: "El universo es un intrincado tejido – dice en
Ortodoxia
– de admirable variedad, y su explicación es el cristianismo, que
contiene
dentro de sí todo lo que de verdadero y justo pueden dar las otras
religiones y
filosofías
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