ATRÁS


PATRIMONIO CULTURAL

La ciudad de Teruel está marcada arquitectónicamente por su pasado medieval. Teruel posee uno de los mejores ejemplos del urbanismo medieval aragonés, además de contar con otro de los valores más importantes, como lo son sus representaciones mudéjares, declaradas Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO; La Catedral con su torre y artesonado, las torres del Salvador, de San Martín y de San Pedro son un magnífico ejemplo de esta manifestación artística.

Teruel cuenta con bellísimos ejemplos de arquitectura civil y militar, como castillos, palacios y con la mejor colección de torres e iglesias mudéjares de todo Aragón.

Los siglos XVII y XVIII, son claves para Teruel en remodelaciones urbanísticas y reformas en todos los edificios religiosos, y se levantaron nuevos palacios fruto de la influencia renacentista. La Casa del Deán, el Palacio Episcopal (que acoge el Museo Diocesano), y la Casa de la Comunidad (donde se alberga el Museo Provincial) son ejemplo de esta arquitectura.

Durante el primer tercio del siglo XX se produce un notable desarrollo de la arquitectura modernista. Una amplia muestra de este estilo lo podemos encontrar, sobre todo, en tres edificios tradicionalmente denominados ‘Casa Ferrán’, ‘La Madrileña’ y ‘El Torico’, construidos por el arquitecto tarraconense Pablo Monguió, impulsor de la arquitectura modernista en Teruel y que trabajó en ella desde el año 1897 hasta el 1923.


Obras:

Catedral Catedral de Santa María de Mediavilla: Los ocho siglos de historia de esta Catedral otorgan gran complejidad a su conjunto. En ella se encuentra la primera torre –campanario de estilo Mudéjar- de la ciudad (edificada de 1257-1258), cuya parte baja está abierta mediante arcos apuntados y bóveda de cañón.

Su decoración es uno de los elementos más significativos: el interior viene determinado por arcos de medio punto entrecruzados, frisos de esquinillas con fustes de cerámica, ventanas abocinadas en arco de medio punto, platos y azulejos, vidrieras en colores…

Otro elemento del Mudéjar lo encontramos en la techumbre (1300), donde destaca su construcción en madera con armadura de par y nudillo y decorada con elementos vegetales estilizados, geométricos y epigráficos de tradición islámica y decoración figurada gótica lineal.

Otros elementos destacados de la Catedral son su cimborrio (Martín de Montalbán, 1538), la portada Sur (P. Monguló, 1909), el retablo Mayor (Gabriel Joli, 1532).



San Pedro Iglesia y Torre de San Pedro: Su estructura y decoración es similar a la de la Catedral, destaca sobre todo por la armonía de su conjunto. La Iglesia es de una sola nave, con capillas laterales entre los contrafuertes.

Está diseñada con un ábside poligonal con tribuna sobre las capillas. Su claustro Mudéjar recibió una profunda reforma en 1901, al igual que el interior de la Iglesia.

La torre está construida antes de 1257, con una altura original de 25 metros, es la más antigua de las torres turolenses.




San Martín Torre de San Martín: Está formada por dos torres de forma que una envuelve a la otra. Entre ambas, discurre una escalera que da acceso al campanario. La torre interior contiene tres estancias superpuestas, mientras que la exterior es la que soporta todo el repertorio decorativo.

En el apartado ornamental destacan los paños en ladrillo resaltado, lazos formando estrellas de ocho puntas, friso de arcos mixtilíneos y arcos lobulados.
En 1549 fue objeto de una importante restauración dirigida por Pierres Vedel.





San Salvador Torre de San Salvador: Se cree que su construcción es inmediatamente posterior a la de San Martín. Las principales diferencias entre ellas son el uso de la bóveda de crucería en el pasaje que discurre bajo esta última y un mayor desarrollo de los paños ornamentales.

La Torre de El Salvador ha precisado de varias restauraciones, la última de ellas en 1993, que le devolvió una apariencia más próxima a la edificación original.





Iglesia de los franciscanos Iglesia de los Franciscanos: Se trata de uno de los edificios góticos más importantes de toda la provincia. Cuenta con una magnifica sillería que sirve de contrapunto al ladrillo Mudéjar tan habitual en el resto de obras de la ciudad.

Su construcción se inició en 1392 y su estructura responde a una cabecera poligonal y de una nave de 5 tramos cubierta por una bóveda de crucería sencilla sobre arcos fajones. En el exterior, llaman la atención sus ventanas ojivales y las dos portadas. Posteriormente, en el siglo XVI se edificó a su lado un palacio típico renacentista.





Seminario Seminario de Teruel: Destruido en la Guerra Civil el inmenso Colegio de la Compañía de Jesús, su reposición pretendió aportar un volumen semejante siendo su cara posterior, vertiente a la fachada Oeste de la ciudad, la que define con mayor precisión la gran dimensión del edificio.

La composición hacia la plaza recupera modelos del Renacimiento italiano como el potente zócalo de granito acompañado por una planta noble formando galería.





Acueducto Acueducto de Los Arcos: Construcción renacentista (1537-1558), obra de Pierres Vedel. El acueducto-viaducto de los Arcos es la parte visible de un trazado mucho más complejo que permitió captar las aguas mediante un dilatado sistema de puentes y arquetas desde la Peña del Macho, abasteciendo así las fuentes de la ciudad, una de las cuales es la conservada junto a la Casa del Deán en la Plaza de la Catedral.





Mausoleo Mausoleo los Amantes: Una antigua tradición posteriormente documentada, nos cuenta la historia de amor y tragedia entre Isabel de Segura y Juan Martínez de Marcilla en el Teruel medieval hacia el año 1217. Desde Septiembre de 2005 los restos de los Amantes reposan en un nuevo edificio que combina tradición y vanguardia bajo las estatuas yacentes esculpidas por Juan de Ávalos.





Plaza del torico Plaza del Torico o Plaza Carlos Castel: es el centro vital de la ciudad. Triangular y alargada, porticada en todo su perímetro, fue sede desde el medievo del mercado, de las casas de los gremios más ricos, de corridas de toros y de celebración de las grandes solemnidades. En el centro se halla la Fuente del Torico (1858) con una sólida columna de piedra sobre la que se halla la escultura de un pequeño toro de bronce, emblema de la ciudad. La Plaza del Torico, con sus diferentes denominaciones, entre ellas Plaza Mayor o del Mercado, ha ocupado a lo largo de la historia, una posición centralista en la trama urbana de Teruel desde la Edad Media, y por lo tanto una situación privilegiada y clave para su desarrollo social.





Escalinata La Escalinata: La influencia de la arquitectura mudéjar en el patrimonio turolense, es sumamente importante, como se puede comprobar en esta escalinata, construida entre 1920 y 1921 en estilo claramente neo-mudéjar. Sin embargo, pese a las bellas formas que posee, el ascenso de sus numerosos escalones es un tanto fatigoso, lo cual no impide admirar su grandeza y majestuosidad.

Fue ideada, para unir la estación de ferrocarriles, ubicada en la parte baja de Teruel, con el casco histórico, salvando así el fuerte desnivel existente.
En su parte superior, se puede observar, un relieve del artista Aniceto Marinas en el que se representa al símbolo de Teruel, los Amantes.






Viaducto Viaducto: El Viaducto, construido en 1929, fue en su momento y hoy en día lo sigue siendo una necesaria infraestructura ingenieril y urbanística, muy apreciada por los turolenses. Hoy en día, el Viaducto está declarado Bien de Interés Cultural desde el año 2004. Si bien lo más importante, es su valor urbanístico, ya que desde su construcción en 1929 supuso una importante reforma urbana que mejoró el acceso a la ciudad desde la antigua carretera de Valencia. Esta obra la llevaron a cabo tres ingenieros, Hué, Liñán y Carlos Castel, y para imaginar el valor que le dieron los turolenses a esta obra, basta saber que a éste último le dedicaron la Plaza del Torico.




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