En la primera mitad del siglo XIX tuvo lugar la entrada y el asentamiento de un nuevo movimiento artístico y político, acorde con las nuevas formas de sociedad y con la nueva manera de pensar: el Romanticismo, que ya se dejaba entrever en los últimos años del siglo anterior.

Con la palabra Romanticismo se alude a un movimiento cultural y político que tuvo su apogeo en la primera mitad del siglo XIX, y que afectó tanto a los países europeos como a los americanos. La nueva forma de ver y entender el mundo que supone el Romanticismo empezó a gestarse a finales del siglo XVIII, en el momento en el que una serie de pensadores y de artistas de diversa procedencia se preguntaban si la pura razón (el gran instrumento intelectual del siglo XVIII, con el que se intentaba codificar el arte, la moral, la política, etc.) era realmente el único medio para explicar el mundo y para actuar sobre él.

De esta forma, los románticos empezaron a decantarse por lo que ellos denominaban los “derechos de la fantasía, de la imaginación y de las fuerzas irracionales del espíritu”. Así, se lanzaron a conseguir obras “menos perfectas”, menos “regulares”, pero más profundas, más íntimas y sugestivas. Es decir, la libertad en todos los órdenes de la vida se convirtió en la consigna de los románticos.

 INICIO