Llegas a la Biblioteca de Humanidades con el papel donde tienes apuntada la referencia para encontrar el libro que te ha recomendado. La miras de lejos y piensas que es más grande de lo que aparenta.

Pasas por la puerta giratoria y preguntas en recepción a qué piso corresponde la signatura que le enseñas. Subes al tercero, el que te han indicado, y comienzas a deambular por las salas buscando el código que tienes en tus manos, pero es imposible. No recuerdas el sistema que se utiliza para catalogar los libros y estás más perdido de Wally.

Recorres una sala y después otra y otra hasta que comienzas a desesperarte. De pronto, no sabes exactamente cómo volver a los ascensores y miras a tu alrededor en busca de alguien que te pueda ayudar. No parece haber nadie, pero oyes unos pasos detrás de una estantería que queda a unos cinco metros de ti y te lanzas esperanzado a preguntar a quien allí esté.

Tu sorpresa no tiene límites cuando ves que quien anda por ahí es Rosa, tu profesora de Documentación, una de las asignaturas más duras que diste en segundo. Ella te ve y sonríe:

--¡Hola! ¿Qué tal? --se la ve muy alegre de verte-- ¿Quieres que te ayude a encontrar algo?

Le muestras la signatura y ella asiente con la cabeza y su rictus se vuelve algo más serio.

--Te diré dónde puedes encontrarlo si me respondes qué es una desiderata.

El deseo de realizar un proyecto.

No puedes irte al Castillo, pese a que lo desees, porque no sabes por dónde queda la salida.

o...

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