--¡Qué bien que lo conozcas! ¿Cuándo te lo leíste? A mí me encantó. Recuerdo que cuando me leí La isla del tesoro me enganché tanto que mi madre me regaló éste para que siguiera con las aventuras románticas. Qué pena que mucha gente de nuestra clase no se haya leído estas pequeñas joyas.
Por otra parte era normal que no los conocieran, pensabas tú, ya que no existía ninguna asignatura ni troncal, ni obligatoria relacionada con la literatura. ¿Podría redactar bien una persona que no leyera desde su infancia? Es evidente que no, pero el plan de estudios es el que es, por ahora.
--¡Uy, qué hora es! Llego tarde a clase. Toma los apuntes que me pediste.
Ella ya ha comenzado a andar hacia la puerta cuando te pasa un puñado de fotocopias que para ti valen su tinta en oro.
¿Qué quieres hacer?
Voy corriendo a clase que yo tampoco llego.
Me repaso los apuntes con 3/5 de cerveza en el Castillo.o...
