Lo he dicho. Mis paseos no serían los mismos si no llevara estos zapatos. Porque más que calzado son una filosofía de vida y, en mi caso, son mi vida. Aunque a veces no tanto...

Vivo por y para mis Manolos, y me di cuenta de ello cuando por poco me quedó sin casa, no tenía dinero sufiente para pagar la entrada de un apartamenteo, sin embargo, en mi armario almacenaba más de 100 pares que, multiplicados por 400 dólares que cuestan cada par... No quiero ni mirar el resultado, por casi tengo que irme a vivir a uno de mis zapatos.

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