INSTITUTO
DE EDUCACIÓN SECUNDARIA
AVE MARIA PENYA-ROJA
1. Origen y vocación del Colegio Ave María de
Peñarrocha.
La Fundación “Escuelas Ave María de Peñarrocha” se constituye en el año 1944 por
disposición testamentaria del matrimonio Coltell-Olmos, y que se halla vinculada
por expreso deseo de sus fundadores, a las parroquias de San Juan de la Ribera y
de Santo Tomás Apostol. Entre los fines de la Fundación destaca “la instrucción
escolar de los niños y niñas pobres de la partida de Peñarrocha así como su
formación cristiana”.
En los orígenes del Colegio se manifiesta su vocación irrenunciable:
LA EVANGELIZACIÓN: El Colegio Ave María de Peñarrocha, como “Escuela Católica”
vive por y para la evangelización en el ámbito escolar.
LA EDUCACIÓN: El Colegio tiene como función específica adentrar al alumno en el
conocimiento adquirido por la humanidad a lo largo de los tiempos, mediante la
profundización en los distintos saberes, y con el uso indispensable que las
nuevas tecnologías y los avances científicos nos pueden proporcionar.
2. Proyecto para una educación de futuro.
El ideal educativo del Colegio Ave María de Peñarrocha permite planificar unos
objetivos alcanzables y evaluables, al tiempo que garantiza que los alumnos
reciban una educación integral y armónica desde una atención personalizada y
personalizadora a cada uno de ellos. Esto supone una visión del Colegio como una
entidad viva y participativa donde todo tiene una repercusión en un proyecto
común, cuyos elementos más característicos son:
* Reconocer en la práctica cotidiana, y en cada
acción educativa, los valores propios del proyecto educativo.
* Concretar el currículo propio desde el respeto a
las leyes vigentes y la fidelidad al propio proyecto de centro.
* Asumir y fomentar la realidad sociolingüística de
la Comunidad Valenciana, junto a la apuesta por otras lenguas que refuercen
nuestra identidad europea.
* Acoger la diversidad, especialmente en aquellos
más desfavorecidos, respondiendo a las necesidades de cada uno, según sus
características y posibilidades.
* Crear un clima cálido y exigente en el Colegio
adecuado para optimizar los procesos de enseñanza y aprendizaje, donde los
alumnos disfruten aprendiendo.
* Elevar las expectativas sobre los alumnos, de
modo que cada alumno se sienta acompañado y escuchado de forma individualizada,
favoreciendo así que alcance la plenitud de sus posibilidades.
* Incrementar la implicación de las familias de los
alumnos en la vida del centro y en el proceso educativo de éstos.
* Posibilitar espacios e iniciativas de educación
para el ocio y el tiempo libre.
* Establecer criterios de disciplina claros, que
fomenten la responsabilidad, el respeto y el esfuerzo y que sean un marco
adecuado para los aprendizajes.
* Idear formas de evaluación continua y formativa
que valore las capacidades de los alumnos, establezca metas claras, cuestione
las metodologías utilizadas y genere nuevos procesos.
A este proyecto común pertenece también la acción evangelizadora, pues toda
actividad docente, extraescolar, de tiempo libre, y de atención y servicio a
padres y madres de alumnos, está inspirada en los valores evangélicos, y se
concreta, mediante el plan de pastoral del Colegio, en las acciones encaminadas
a la formación y a la iniciación cristiana de la comunidad educativa.
3. La comunidad educativa.
La tarea de la educación sólo es posible con la participación de hombres y
mujeres dotados de una especial actitud hacia el trato con la infancia y la
juventud, y preocupados por la transmisión de conocimientos y de los valores
necesarios para el desarrollo integral de la persona. Por ello, la comunidad
educativa requiere de la entrega y el compromiso de todos los miembros que la
forman, en la que cada uno aporta, desde su tarea específica, lo mejor de sí
mismo. El educador aparece como un artesano que va modelando y sacando todo lo
que de bueno, noble y valioso hay en cada uno.
* El educador motiva y organiza el aprendizaje de
los alumnos desarrollando nuevos estilos pedagógicos.
* El educador conoce profundamente a cada uno de
sus alumnos, y el contexto en el que se desenvuelven: Educación personalizada.
* El educador tiene un estilo participativo y
democrático que involucra a los alumnos en la toma de decisiones y los convierte
en protagonistas de sus procesos de aprendizaje.
* El educador trabaja en equipo, desde proyectos
compartidos y grupos de trabajo que estimulen la comunicación, el apoyo mutuo y
la interdisciplinariedad.
* El educador favorece las relaciones con las
familias como vehículo para lograr la necesaria comunión educativa que alimenta
el acompañamiento de los alumnos.
* El educador utiliza las nuevas tecnologías al
servicio de los objetivos de motivación y de aprendizaje de los alumnos.
* El educador se compromete con el desarrollo ético
de los alumnos y en la transmisión de los valores cristianos.
* El educador previene toda forma de conflicto y
discriminación, favoreciendo la acogida e integración de todos los miembros de
la comunidad educativa, especialmente de aquellos más desfavorecidos, o con
riesgo de exclusión.
* El educador acompaña a los alumnos en el
crecimiento de la vida espiritual y la experiencia de la fe cristiana.
4. La experiencia del aprendizaje:
La filosofía educativa del Colegio es “aprender a aprender” desde una mente
abierta y un espíritu crítico, potenciando la capacidad de iniciativa y de logro
personal.
El conocimiento no es un espacio de almacenaje de datos sino que se construye en
un proceso abierto y permanente en la mente del niño, lo que nos compromete al
estímulo de sus capacidades y el uso creativo de procedimientos y estrategias
para que pueda alcanzar su propia autonomía.
El verdadero aprendizaje transforma no sólo la mente, sino también la
personalidad del niño, y desemboca en el desarrollo de actitudes y
comportamientos participativos y éticamente comprometidos.
El derecho a la atención personalizada.
La persona es única e irrepetible, con una identidad propia, y un destino de
plenitud.
La educación de la persona exige un esfuerzo de contextualización, de diálogo
permanente con los tiempos y los signos de la cultura en la que los alumnos se
mueven.
La sociabilidad de la persona exige desarrollar la sensibilidad y las
competencias necesarias para convertirse en ciudadanos conscientes y
comprometidos con la sociedad en la que viven.
Los padres tienen la misión de educar a sus hijos. Esto comporta a la vez
obligaciones y derechos. Para la realización de esta misión han de tener el
apoyo de los recursos públicos y el amparo legal que facilite la libre elección
del modelo educativo que, acorde con sus principios y creencias, deseen para sus
hijos. Con la elección de un centro no termina la misión de los padres, pues el
Colegio es colaborador de quienes tienen esta obligación y derecho, y a los que
no puede sustituir. Por ello:
El Colegio proporciona cauces para las iniciativas, preocupaciones e intereses
de las familias, desde el convencimiento de la importancia de su participación
en la dinámica del centro.
Y los padres y madres de alumnos participan en la misión del Colegio
compartiendo los objetivos educativos que afectan a sus hijos y apoyan esta
misión con sugerencias e iniciativas.
5. Estructuras de participación y
corresponsabilidad en las actividades educativas y en el funcionamiento del
Colegio.
La participación y la corresponsabilidad son dos valores fundamentales que hacen
del Colegio un centro abierto, dialogante, donde cualquier propuesta es
escuchada y valorada.
El Consejo Escolar del Colegio es el medio de participación y corresponsabilidad
en el que se integran los diferentes sectores de la comunidad educativa. Hace
posible una mayor integración, participación y representatividad de todos los
que son parte de la comunidad educativa aportando, con su trabajo, iniciativas,
sugerencias y mejoras en la gestión y la calidad de la educación del Colegio.
El claustro es el espacio donde cada profesor siente que es responsable de la
marcha del Colegio, donde se aprecia la pertenencia al grupo de profesionales
educadores que comparten una misma misión y unos ideales semejantes, creando,
así, el vínculo de la unidad tan necesario en la misión docente si se quieren
alcanzar todas las metas educativas propuestas en el Ideario del Colegio y
explicitadas en las programaciones de cada área.
El S.A.I.C.E. es un servicio de reflexión y apoyo que orienta, informa y asesora
a la comunidad educativa sobre los retos que se plantean en la vida del Colegio,
involucrando a sus miembros (alumnos, profesores y familia), ofreciendo una
respuesta integral, es decir, que completa la acción pedagógica, orientadora y
pastoral. De este modo el S.A.I.C.E. busca: Proporcionar información,
orientación, asesoría y, si se cree necesario, materiales de apoyo a los
profesores, a los padres y madres de familia y a la comunidad en general que les
permitan apoyar la atención integral de los niños, niñas y jóvenes que presentan
necesidades especiales ya sea en el ámbito educativo, personal, familiar, social
y cristiano, así como promover la cultura de aceptación y respeto a la
diversidad.
Nuestros alumnos pueden expresar sus inquietudes, propuestas, disconformidades,
ilusiones, en definitiva, todo aquello que puede ser considerado como una mejora
para la vida del Colegio y, por tanto, para la de ellos mismos. Todo alumno
tiene derecho a presentar sus inquietudes de manera individual y también a
través de los delegados.
La misión que tienen los padres en relación a la educación que quieren para sus
hijos y el seguimiento de la misma quedaría menoscabada sin el derecho a
participar de manera activa y directa en la vida del Colegio. Este derecho,
recogido por la ley, tiene su concreción en la Asociación de Madres y Padres de
Alumnos (A.M.P.A.). Ciertamente el A.M.P.A. contribuye mediante sus iniciativas
y esfuerzos a la vitalidad del Colegio.
* Colabora con el Equipo Directivo y el Claustro de
profesores del Colegio en la tarea de orientar a todos los padres sobre sus
responsabilidades como primeros educadores de los hijos.
* Canaliza las iniciativas y sugerencias de los
padres para la mejora de la labor del Colegio, respetando siempre la autonomía
de la Dirección y del Claustro.
* Estimula la colaboración de los padres con el
Colegio para alcanzar los fines señalados en el Ideario y en el Proyecto
educativo.
* Ayuda en la organización y el desarrollo de las
actividades que son complementarias en la formación de los alumnos.
* Fomenta, en general, cuantas actividades puedan
redundar en el desarrollo de la personalidad de sus miembros, siempre en
colaboración con el Consejo Escolar del Centro.