a vida de Ana Frank era muy normal hasta el momento en el que
tuvo que refugiarse. Transcurría en su pueblo, sus calles
le
transmitían seguridad y confianza.
A Ana le encantaba ir al colegio, allí se reunía con sus compañeros y
pasaba momentos muy divertidos.
Después de colegio la niña salia a jugar al parque un ratito junto su
hermana y su mascota, a la que queria mucho.
Al regresar a casa escribía en su diario. Para Ana su diario era mucho
más que una libreta, era su gran amiga. En su diario escribía sus
sentimientos, emociones y creencias en
Dios.
Para la niña el colegio y el parque fueron lugares que marcaron su
vida, pues allí se sentía realmente libre.