Diez años... Hacía casi diez años que los griegos, a las órdenes de
Agamenón, tenían
sitiada Troya. De todos los guerreros, el más valiente era Aquiles .
Pues descendía de Zeus, y su madre, Tetis ,
tenía entre sus antepasados
a Poseidón ,
dios del mar.
Una noche, Aquiles regresaba al campamento y al entrar en la tienda vio
a su amigo Patroclo.
-¡Ay mi fiel Patroclo
!-exclamó Aquiles-. Voy a saludar a Briseida y soy
todo tuyo.
- De eso quería hablarte-dijo Patroclo-. Agamenón, nuestro rey, ordenó
que te quitasen a Briseida.
Briseida era una esclava troyana que Aquiles se quedó sin poder
resistirse a sus encantos.
- Pero, ¿cómo se ha atrevido?-exclamó Aquiles
Aquiles encolerizó.
- ¿Te acuerdas de
Criseida , la esclava de Agamenón? -preguntó Patroclo
- Pues Agamenón, la devolvió a su padre para que la peste que nos
acecha desde
hace años desaparezca -prosiguió el joven-. Y como
sustituta, el rey se ha quedado a Briseida.
Todavía más encolerizado, Aquiles se dirigió a la tienda de Agamenón.
- ¿Con qué derecho me arrebatas a la esclava que me pertenece?
- Aquiles, no olvides que estás hablando con tu rey -contestó Agamenón.
- ¡Menudo rey! ¡Exijo que me devuelvas a esa esclava! -exclamó Aquiles
desenvainando su espada
- ¡Me estás insultando Aquiles! No te atreverás a desafiar a tu rey,
¿verdad? -prosiguió Agamenón asustado
Aquiles, a quien se le apareció la diosa Atenea en esos momentos,
anunció algo que molestaría aún más a Agamenón...
- Puedes quedarte con Briseida. Pero has de saber que yo no lucharé más.
Al fin y al cabo, ¿a mí qué me importa que Paris le haya quitado a tu
hermano Menelao la tal Helena?
Todos sabían que para poder tomar Troya era indispensable la presencia
de Aquiles, tal y como predijo el Oráculo.
Este, además también predijo que Aquiles moriría poco después del mejor
soldado troyano,
Héctor , hijo de Príamo , rey de Troya.
Para evitar este destino, su madre Tetis, bañó a su pequeño en el río
Estige.
Pero no lo pudo meter del todo, y el talón, por el que sujetaba al
niño,
quedó fuera del agua convirtiéndose en el único punto vulnerable de su
cuerpo.
Pasaron los días y
Odiseo , mandado por
Agamenón, pidió a Aquiles que
volviera al combate,pues el bando griego estaba sufriendo grandes
bajas.
Pero Aquiles no aceptó a pesar de las recompensas que le aseguraban.
Un día, su fiel amigo y alumno, Patroclo le pidió su armadura para
luchar.
Con la armadura de Aquiles, los troyanos le temerían y volverían a
ganar las batallas.
Por la tarde, un guerrero griego entró en la tienda de Aquiles.
- ¡Aquiles! -gimió-. ¡Patroclo ha muerto! ¡Héctor, el mejor de los
troyanos, lo ha matado pensando que eras tú quien luchaba!
Al oír estas palabras, Aquiles, clamando al cielo su dolor, acrecentó
su rabia. Empuñó rápidamente las armas y se dirigió a los muros de la
ciudad.
Allí, se encontró frente a frente con Héctor. En ese momento, a Aquiles
le vino a la cabeza la famosa predicción: Morirás poco después que
Héctor . Pero le daba igual, quería vengar la muerte de Patroclo.
Tras una larga batalla, Aquiles clavó la espada a su enemigo y murió. Y
además, humilló a su cadáver, arrastrándolo por el suelo.
Tras los funerales de Patroclo y Héctor, Aquiles volvió al combate. En
uno de los ataques, Paris, hermano de Héctor, vio al héroe griego y
disparó una flecha con él. Esta flecha fue directa al talón y Aquiles
cayó fulminado.
Aquiles había muerto. Ahora que se había cumplido el destino del
Oráculo, Troya tendría que caer,¿pero cómo?