La manzan­a de la discordia

Toda guerra tiene su origen



En el Olimpo se iba a celebrar la boda de Tetis , diosa marina , y de Peleo, rey de Tesalia.
- ¡Hay que organizar un banquete suntuoso! –dispuso Zeus .
- ¡Habrá que invitar a todos los dioses! –añadió Hera, su esposa.
- ¿A todos? De eso nada. No vamos a invitar a Discordia .

Allí donde se presentaba Discordia surgían las discusiones, los problemas y los conflictos. La fiesta de boda fue todo un éxito y a ésta acudieron Afrodita , Atenea , Apolo y el resto de divinidades. Pero Discordia rondaba por los alrededores de palacio. Ofendida porque no la habían invitado, rumiaba su venganza. Entró sigilosamente en el salón y dejo sobre la mesa una hermosa manzana de oro sobre la que había escrito: “para la más bella” .

Cuando Hera descubrió la manzana exclamó:
- ¡Qué maravilla! ¿Quién me ha traído este regalo?
- ¿Me la dejas? –dijo Afrodita cogiendo la fruta-. No cabe duda de que es para mí, ¿o acaso no soy la diosa de la belleza?
- Cuidadito –intervino Atenea - . Reclamo que me pertenece por derecho. ¿Acaso no has dicho siempre, padre, que yo era la más bella?
–añadió dirigiéndose a Zeus .

Zeus se vio en un aprieto: Atenea era su hija predilecta, pero Hera es su esposa y tampoco quería disgustarse con Afrodita.
Entonces decidió preguntar a los invitados, pero estos eligieron a la diosa que más les convenía.
- ¡Basta de discusiones! –exclamó Zeus-. Acudiréis las tres al monte Ida.
Allí, Hermes se hará cargo de la manzana, que entregará a un pastor, y este será quien decida, pues deberá dársela a quien considere más bella.

Las tres diosas acataron la decisión, cada una de ellas convencida de que sería la ganadora. Aquel día, en el monte Ida , era el joven
y apuesto Paris el que apacentaba las ovejas. Pero él no era un pastor normal… Justo antes de nacer, su madre, soñó que daría a luz
una roca en llamas que destruiría la ciudad de Troya, en la que reinaba su esposo, Príamo . Este último decidió matar a su hijo para evitar
la desgracia, pero su madre abandonó al pequeño en el monte Ida y entregó al rey el cadáver de otro niño recién nacido.

Hermes cuando encontró a Paris le explicó la misión que le había encargado Zeus. Cuando Paris observó a las tres diosas quedó maravillado
por su belleza. Cada una de ellas se acercó al joven mozo y le ofreció una recompensa si la elegía a ella. Así, Atenea le ofreció ser un poderoso
rey, Hera le ofreció su protección y el reino de Asia Menor, y Afrodita, desnudándose ante él, le prometió el amor de Helena , la mujer cuya
hermosura podía equipararse a la de la propia Afrodita.

Paris no lo dudó y entregó la manzana a Afrodita. Nadie vio a una diosa que, oculta en un árbol, estaba encantada con el giro de los acontecimientos. Era Discordia y su manzana tendría muchas repercusiones.

Mientras tanto, en Grecia, la famosa Helena debía elegir un pretendiente. Al fin, eligió a Menelao, rey de Esparta. Por su parte, Paris se vio obligado por su padre, el rey Príamo, (con quien se reencontró en su juventud) a casarse con Enone , a quien abandonó porque estaba enamorado de Helena.

Paris viajó a Esparta y, aprovechando la ausencia de Menelao, y fue a ver a Helena, quien se enamoró perdidamente cuando vio al joven.
- Soy Paris, hijo de Príamo, rey de Troya. ¡Huyamos, Helena!

Cuando Menelao regresó enfureció al enterarse del rapto de Helena y convocó a todos los reyes de Grecia para rescatar a su esposa de las manos de Paris. Entre los convocados estaba su hermano Agamenón , quien aprovechó el secuestro de Helena para conquistar más tierras y hacerse más poderoso.

Así fue como se declaró la guerra de Troya. Desde el Olimpo, Afrodita comprendió que la situación se le iba de las manos y todo por culpa de una fruta de oro: la manzana de la discordia .





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