A pesar de que se trata de restablecer el credo neoclásico, intentándose el principio fundamental de la "mimesis", la concepción de las reglas y la opinión de que la creación literaria es fruto de la reflexión tanto como el talento, esta nueva revisión resultaría muy pronto inaceptable en Alemania.
Aquí era cada vez más violenta la reacción contra el gusto francés y la Ilustración importada de Francia, hasta que, al fin, a principios de la década de 1770, estalló en un movimiento conocido por el nombre de Sturm und Drang.
Sus ideas siguen, en lo esencial, las del sentimentalismo francés y el primitivismo inglés aunque las volvieron a expresar mucho más enérgicamente y las prepararon de modo más ruidoso. Así, Lenz prescindió por completo de las reglas: Bürger ensalzó la poesía popular, Stolberg glorificó la divina poesía que "brota del corazón".
El "genio" se convirtió en cómoda muletilla en la que se unía la completa repulsa de toda disciplina y tradición con la creencia en la espontaneidad creadora. "Naturaleza" significaba ahora naturalidad, naturalismo.
Las ideas del prerromanticismo inglés ingesarón por Alemania por obra de Heinrich Wilhelm Gerstenberg (1737-1823) pero de modo mucho más radical.
Con ocasión de recomendar a los alemanes con obras de Shakespeare, Gerstenberg, echa a un lado todos los problemas de género, reglas y composición: "¡Fuera con todos las clasificaciones dramáticas!"
La mención de este contexto de Shakespeare y no sólo él porque también es reconocido Cervantes, reviste una especial importancia porque supone la rehabilitación, que a partir de ahora será definitiva, de la novela, la cual, como ha sido señalado por los estudiosos del tema, mantiene una relación conflictiva con el resto de géneros.
En definitiva, a partir de ahora la novela pasará a tener una posición privilegiada.
Gerstenberg rechaza el tener en cuenta la "catharsis" e incluso la fuerza conmovedora de las emociones de piedad y terror.
"Genio" es la palabra clave para Gerstenberg
como para Hammam (de quién hablaremos después): es inspiración,
imaginación, fuego, creador de ilusión, de invención,
de novedad, de originalidad:
"Un poeta sin genio superior no es poeta".
El "genio" ese concepto tan importante de la tradición romántica que llega a nuestros días, se puede afirmar de él que es clave para la modernidad y que es a partir de estos momentos históricos cuando nace la historiografía como disciplina académica.
Y es que las reflexiones sobre el genio, marcará el tono para glorificar la espontaneidad, el poder creador y el orden irreflexivo, es decir, todo lo que las nuevas generaciones esperaban de la poesía.
Pero al hablar del "Sturm und Drang" tengo que hacer referencia a los autores más sobresalientes de este movimiento, que son Goethe y Schiller, que tendrán un análisis aparte en estos links que puedes encontrar en mi página web ya que los considero como un grupo aparte, quiero destacar a Herder (1744-1803) no sólo por sí mismo sino por el influjo que tuvo sobre los mismos Goethe o los hermanos Shegel.
Johan Gottfried Herder, como todo el que desea llegar a ser un reformador verdadero de la crítica o propulsor de una nueva filosofía literaria, Herder tuvo que seguir distintos caminos y buscar otros antepasados.
Sin los críticos ingleses y escoceses de finales del XVIII, los que constituyen el fondo de sus ideas y combinados entre sí, representan casi la totalidad de su pensamiento poético.
Apenas hay idea herderiana que no pueda perseguirse hasta llegar a Blackwell o Harris, Blair o Percy, Warton o Young.
Claro que también leyó a los alemanes coetáneos y anteriores, sobre todo a Lessing, Hamman y Winckelman.
Herder afirma que la labor de la crítica no es juzgar si una obra poética es buena o mala según determinados preceptos, sino comprender y explicar la obra poética o artística en general como medio que encarna la auto-conciencia espiritual de un individuo o de una colectividad.
Lo crucial de este argumento es que rompe con una determinada concepción de la crítica y marca una concepción que será decisiva porque será el nacimiento de una teoría de la literatura moderna y contemporánea.
Herder se diferencia mucho de la finalidad crítica de los principales neoclásicos o sea rechaza una y otra vez teorías, sistemas y normas inmutables de juzgar.
En una pieza temprana, Gragmente Über
die neuer deutsche Literatur; el crítico debe ser servidor del autor,
su amigo, su juez imparcial. Que procure llegar a conocerle, estudiarle
a fondo como su señor, pero no ser él su propio señor...
Es difícil, pero razonable, que el
crítico se transfiera a los pensamientos de su autor y lo lea con
el espíritu con que escribió. Esta concepción es una
revolución de la crítica poética misma, también
lo es respecto al papel del crítico, pues este debe vivir en el
espíritu del mismo autor, entonces el crítico no puede ser
sino el gemelo de ese autor. Para comprender lo que Shakespeare expresó
en Lear o Macbeth, hace falta ser el doble de Shakespeare.
Podemos describir su concepción e ideal de la lírica muy concretamente. La estética es de curiosa sensualidad. Trata de deducir las distintas artes de sus respectivos sentidos, distinguiendo con precisión pintura (arte de vista), música (arte del oído) y escultura (arte del tacto).
Luego llegó a la conclusión de que la poesía ocupaba una posición especial, por ser el arte de la imaginación, "la única de las bellas artes inmediata al alma", la "música del alma", la que "afecta al sentido interior, no al ojo externo del artista".
Nunca abandonó Heder la idea de que la poesía ocupa lugar aparte, como arte de emoción, expresión y energía, dirigida a la imaginación.
Y es que aconsejaba a un amigo que al leer las traducciones de la lírica de Shakespeare: "Has de cantar solamente, no leer".
Claro esta que lo que Heder entiende por lírica es bastante amplio, pues consideraba como lirismo puro, las tragedias de Sófocles.
Herder llegaría a decir incluso que "el teatro griego fue puro canto" y llegara a definir la tragedia de Sofócles como "opera heroica".
Pero Herder también es el fundador de la historiografía. Esta tematiza la problemática de la historia literaria y enuncia lo que debe realizar, según él, dicha historia de la literatura: el crítico debe conocer el ambiente global de los escritores si quiere comprenderlos profundamente.
La principal consecuencia de ese método histórico es que rechaza cualquier abstracción o clasificación de los géneros, pues es la historicidad lo que convierte a toda obra poética en una obra única y diferente de todas las demás. Por ello no se puede hablar de tragedia y englobar bajo ese nombre el Rey Lear y Edipo Rey, pues Shakespeare y Sofócles son hijos de dos climas espiritual y materialmente diferentes.
Herder cree que sin el lenguaje no hay conocimiento, pues lo que permite este es el que algo se encarne en una forma lingüística determinada. El lenguaje es el medidor entre el mundo de los sentidos y el mundo de la imaginación. Herder dice que la analogía es la llave para llegar al interior de las cosas, es decir, lo que define a toda metáfora.
"Cuanto conocemos, lo conocemos por analogía". Y así, el papel de la poesía es claro, porque en las imágenes se basa y juegan un papel extraordinario: el conocimiento. Así, lo más genuino del lenguaje esta representado por la poesía, el mito y la metáfora.
Conclusión: los poetas geniales como Cervantes, Dante o Shakespeare han aportado más conocimientos que todos los Aristóteles y Leibniz juntos.
El anti-aristotelismo salta a la vista. El genio, por tanto, es la totalidad de imaginación, intuición y razón y por eso, el mito y el conocimiento van a la par. Nos hallamos ante una concepción del genio que no coincide completamente con los que se desarrollaron a lo largo del Romanticismo.
Pero Herder, a pesar de su historicismo teórico, se revela como un ferviente patriotismo alemán. Lamento que el pueblo alemán, a diferencia del inglés, no haya potenciado, era especialidad alemana e incita a los alemanes a hacerla.
Para Herder, la poesía popular es la más plena y entrañable encarnación del alma de un pueblo. Y de modo precipitado opina sobre los gustos autóctonos de cada una de las grandes naciones europeas: "el italiano canta; la prosa francesa razona y narra; el inglés piensa en su lengua, tan falta de musicalidad". En definitiva asegura que la poesía alemana es superior a todas las demás.
Así pues hemos descubierto porque el período neoclasicista se encontró con una serie de contradicciones que no pudieron resolver y que acabaron poco a poco su rígido sistema de leyes y reglas.
Y hemos visto también como el Sturm
und Drang propondrá y dejará pasa a la filosofía y
teoría de la literatura de finales del XVIII y principios del XIX
con nuevos conceptos como la aparición del genio, la crisis de los
géneros...
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