Las hijas de Tespio

    ­Cuando cumplió los 18 años Heracles abandonó la hacienda de ganado, resuelto a matar al león de Citerón que hacía estragos en los ganados de Anfitrión y su vecino el rey Tespio, el erectita ateniense. Este tenía cincuenta hijas de su esposa Megamede, hija de Arneo, tan alegr­e como cualquier habitante de Tespias.

    Tespio temiendo que pudieran contraer matrimonios inapropia­dos, decidió que cada una de ellas tuviera un hijo con Heracles, que entonces se dedicaba durante todo el día a la caza del león,ya que Heracles se alojó en Tespias durante cincuenta noches seguidas. “ Puedes tener a mi hija mayor como tu compañera de lecho”, le dijo Tespio hospitalariamente. Pero cada noche visitaba otra de sus hijas a Heracles, hasta que las gozó todas. [Otra versión]

    Cuando por fin descubrió al león y lo mató con una clava sin adornos cortada de un acebuche que desarraigó en el monte Helicón, Heracles se vistió con la piel del animal y se puso como yelmo sus fauces abiertas. Sin embargo, algunos dicen que llevaba la piel del león de Nemea, o de otro animal que mató en Teumeso, cerca de Tebas, y que fue Alcátoo quien mató al león de Citerón.

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© 2008 - Clara Mª Pérez Juan