1. EL RETRASO MENTAL

La discapacidad intelectual, o retraso mental, se caracteriza por limitaciones significativas en el funcionamiento intelectual y en la conducta adaptativa que se manifiesta en habilidades adaptativas prácticas, sociales e intelectuales. Esta discapacidad se origina antes de los 18 años.

Las personas con retraso mental obtienen una puntuación baja en las pruebas de inteligencia (CI por debajo de la media) y los efectos sobre el desarrollo de la vida diaria dependen de su gravedad y de los deterioros asociados.

Los niños con discapacidad intelectual pueden presentar problemas en los aspectos fonético-fonológicos, semánticos, morfosintácticos y pragmáticos del lenguaje y en otros campos, que están asociados a alteraciones neurológicas y a deficiencias en la estimulación.

El marco conceptual del funcionamiento humano abarca cinco dimensiones:

-Habilidades intelectuales: razonamiento, planificación, resolución de problemas, pensamiento abstracto, capacidad de aprendizaje…

-Conductas adaptativas: habilidades conceptuales (lectura, escritura, números..), sociales (autoestima, ingenuidad, normas), y prácticas (vida diaria, cuidado personal, manejo del dinero, salud…)

-Salud: Condición física y mental

-Participación: interacciones y roles en áreas de la vida del hogar, empleo, educación, ocio…

-Contexto: relación con la familia, vecindario, comunidad…