Pasó el tiempo desde la última carta, y no recibía respuesta alguna; hasta que quiso el destino que otro día en que acababa de salir del examen de prácticas de electro de septiembre decidiera ir a mirar mi correo. Allí estaba otra vez, la carta en respuesta a la mía. Esta era muy breve, pero continuaba con el cachondeo inicial de las anteriores:
"Raboman mío, te sigo queriendo.
Emi también que no tiene novio
y Maria suavemeeente.
Adiós."
¿¡Tres líneas!?, ¿¡me había respondido sólo con tres líneas después de escribirle yo una carta aun más larga que la primera!? Pues yo no iba a ser menos, así que esto le escribí:
"Yo también os quiero bucho, bucho; tengáis o no tengáis novio.
Hasta la próxima."