grandes clasicos del cine

 

Desde las representaciones con sombras, pasando por la cámara oscura y la linterna mágica, hasta llegar al Taumatropo, el Fenaquistoscopio, el Zootropo, el Praxinoscopio, y finalmente el Kinetoscopio y el Cinematógrafo, el cine ha recorrido un gran camino.

El 28 de diciembre de 1895 los hermanos Luis y Augusto Lumière inauguran la historia del cine. Los Lumière se plantean el cine como un paso más allá de la fotografía pero el cine es para ellos una operación de plasmar la realidad. Tuvieron la habilidad de patentar su propia cámara y la ocurrencia de grabar esas películas y proyectarlas. Así se inaugura la exhibición. Aunque no inventan el cine, propiamente dicho.
Los Lumière envían a sus delegados (representantes que vendían su cámara, la cual filmaba y proyectaba) a difundir su invento.
En 1896 llega el cine a España importado por quienes se conocen como peliculeros.
Cada persona que compra esa cámara se convierte a su vez en un realizador. El cine entonces era plural. Pronto comenzó a generalizarse el comercio.

El segundo escalón lo constituye George Meliés. Meliés aporta una actividad creadora porque va a manipular la realidad de las películas. Para él el cine es un medio extraordinario para desarrollar la fantasía. Estudió cinematografía en su propia casa donde creó el primer estudio de cine, y donde inventa los primitivos efectos especiales visuales.
Otros le siguen, como Segundo de Chomón, a la hora de dejar a un lado la captación de la realidad para crear un cine compuesto, una ficción recreada.
El cine entra en el artificio del lenguaje. La realidad se recrea, se compone. Así se instaura el cine de ficción. Viaje a la Luna (1902) y Viaje a través de lo imposible (1904) son una muestra feaciente de ello. Entre sus trucos, uno de los más frecuentes era hacer aparecer y desaparecer cosas, las sobreimpresiones de imágenes, las dobles exposiciones o el uso de maquetas.

 

 

 

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